jueves 18 de abril de 2024
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Xu Jiayin, el lobo de Henan

El ultra millonario inmobiliario chino, Xu Jiayin es el dueño de Evergrande (Heng Da Group en chino) la empresa desarrolladora que se desmorona hoy ante los ojos azorados del mundo económico.

A diferencia del personaje de la película El lobo de Wall Street, Xu Jiayin –de origen humilde y ascenso meteórico- no vende acciones o papeles de especulación financiera -lo que diferencia esta crisis de la de 2008– sino obras de infraestructura fabril y sanitaria, y viviendas o como se dice hoy: “soluciones habitacionales”. Desde 1996, Evergrande construyó y vendió millones de esas soluciones a familias chinas de clase media con una renovada capacidad de ahorro, dispuestas a invertir en un auge inmobiliario aparentemente interminable que incluye la construcción del estadio de fútbol más grande del mundo con capacidad para 100.000 espectadores para el equipo de Xu Jiayin, el popular Guangzhou FC, con un valor de casi 2000 millones de dólares.

Pero la burbuja inmobiliaria se está desinflando y la empresa ya no encuentra financiamiento para seguir girando. Hoy, Evergrande vale el 1 por ciento de su deuda de 300.000 millones de dólares. La capitalización de mercado de Evergrande se ha desplomado de casi 40 mil millones de dólares el año pasado a menos de 4 mil millones, esta semana. La escasez de efectivo ha detenido la construcción en docenas de sitios en todo el país. La semana pasada, proveedores y empleados enojados invadieron la sede del grupo en Shenzhen exigiendo sus pagos.

Se espera que la crisis de liquidez resultante termine en uno de los mayores defaults de China, en lo que sería el fin de la burbuja especulativa y un golpe para la campaña del Partido Comunista de China para abordar los riesgos financieros sin dañar el crecimiento económico o los medios de vida cotidianos de la población. Ante el estrépito, los mercados bursátiles mundiales se hundieron el lunes en medio de un pánico creciente por un contagio más amplio, comenzando con los acreedores extranjeros que se quedaron sin sus pagos. Evergrande debe dinero a unos 171 bancos nacionales y 121 financieras. Por lo tanto, si la empresa incumple por completo, habrá consecuencias para el sistema bancario. Los analistas temen que podría seguir una crisis crediticia, lo que sería una mala noticia para China y la economía mundial.

El estado chino, a través de sus reguladores enfrentan un dilema: intervenir para apoyar a los acreedores, avalando indirectamente el mal comportamiento empresarial causado por la suposición de que el gobierno intervendrá cada vez que un empresario entre en emergencia. O podría optar por no evitar el incumplimiento y arriesgarse a una convulsión de los mercados, lo que implicaría sufrir mayores dificultades financieras.

Lo cierto es que el auge de la construcción ha involucrado en China a tantos actores políticos y económicos que su desvanecimiento sólo podrá provocar un gran tormento, con o sin intervención del estado.

Hasta ahora, el liderazgo chino parece inclinado a permitir la caída, confiados en que el contagio no tendrá lugar y no se extenderá el quebranto a las otras desarrolladoras.

El hecho de que Pekín incluso esté considerando permitir que una empresa tan grande vaya a la quiebra, algo que hubiera sido impensable hace una década, refleja un cambio en las prioridades del gobierno y podría ser un ejemplo aleccionador de parte del presidente Xi Jinping, quien ha hecho de la ética uno de los puntos altos de su discurso actual, al punto de plantear la lucha contra los riesgos financieros como una de las tres “duras batallas” para el partido, junto con la reducción de la contaminación del aire y la eliminación de la pobreza. El año pasado, las autoridades establecieron “líneas rojas” para obligar a los desarrolladores de bienes raíces a reducir drásticamente la deuda, lo que indica un ajuste de cuentas para empresas altamente apalancadas como Evergrande.

En respuesta a las crecientes críticas, los censores en línea han sofocado la discusión sobre la posible quiebra de Evergrande. Al menos 30 blogs financieros se cerraron a principios de septiembre como parte de un esfuerzo por “rectificar” la discusión en línea.

El impacto potencial en los ingresos familiares por la caída de Evergrande se produce cuando Xi ha predicado un evangelio de “prosperidad común” y ha lanzado medidas enérgicas que abarcan todas las áreas. En una economía tan interrelacionada, lo que pase en China, tarde o temprano, como el Copvid-19 llegará a todas partes.

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