sábado 14 de diciembre de 2024
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¿Vuelven los nuevos locos años veinte?

Son varios los investigadores en las principales universidades de los Estados Unidos que sostienen, desde una mirada histórica, que de toda pandemia (duran entre dos y tres años) hubo, al concluir, increíbles nuevas costumbres. Si así fuera estaríamos hablando del 2024.El profesor de la Universidad de Yale, Nicholas Christakis, es autor del libro La flecha de Apolo: el impacto del coronavirus en la forma que vivimos. Christakis es considerado por la revista Time de los Estados Unidos como una de las 100 personas más influyentes en su país y en el mundo. Sus proyecciones sobre los cambios sociales y el futuro de la humanidad han tenido resonancia.

¿Qué puede ocurrir en los próximos años? Si bien Chirstakis no coincide con el modo en el que la Casa Blanca enfrentó la pandemia, tiene la esperanza de que las vacunas ayudarán a salir de la crisis actual. Advierte que la inmunidad grupal no se logrará inmediatamente y que durante este año y el que sigue habrá que lidiar con el impacto biológico del covid-19, con las secuelas sociales, psicológicas y económicas del virus y sus mutaciones. Le preocupa demasiado la gestión de nuestro cerebro frente las situaciones extremas. “Si miras lo que pasó en los últimos 2.000 años, cuando las pestes terminan hay una fiesta que pueden durar 20 años o 10, la magna fiesta como fue la década del veinte sólo en los Estados Unidos” (Europa no dejó de sufrir la Primera Guerra y se le vino encima la Segunda Guerra en 1939).

Esta hipótesis de Christakis no rigió en pestes antiguas, como la de Europa en el 1300 que mató un tercio del total de la población del viejo continente. Fue tan terrible y avasallante que los padres abandonaban sus familias enfermas y los hijos, a sus padres sufrientes en sus últimos suspiros.

Cuando se logre la inmunidad grupal, explica Christakis, se podrán enfrentar los numerosos problemas individuales y grupales. La luz se verá cuando esté vacunada la mitad de la población total en el mundo. Pero es solo la primera parte de un largo proceso. Porque económicamente todo es una gran depresión, con montañas de desempleados y maquinarias paradas. Estamos vivos en un momento que hay una peste que ocurre cada cien años. No se puede comparar la actual realidad con la gripe española, que mató entre 30 y 50 millones de seres humanos. La del presente mata a cerca del 1% de la población infectada.Christakis es el exponente de un movimiento que cuestiona a Donald Trump y sus colaboradores. Todos sabíamos que el virus sería un problema grave hacia finales de enero del 2020 y sabemos que el presidente Trump fue informado desde hace más de un año y no tomó medidas.Ya sabe el investigador de Yale que culpar a otros es típico de las pandemias. En el medioevo le echaron la culpa a los judíos que envenenaron los pozos de agua. Cuando apareció el SIDA, fueron los homosexuales. Y mucho antes los griegos le echaron la culpa a los espartanos.

Negación, mentiras, supersticiones, siempre han estado presentes. En tiempos de pandemias la gente se vuelve más religiosa, ahorra dinero y le toma aversión al riesgo, tiene menos interacciones sociales, deja de ver a sus amigos. Cuando se logre la inmunidad de grupo, aunque el virus aún estará con nosotros, su poder será menor.

A partir de 1921 hubo euforia en los Estados Unidos donde habían muerto millones. Se decidieron por la interacción, fue una época de desenfreno sexual. Cuando se termine el peligro del covid-19, la gente gastará el dinero que no pudo gastar antes. 

Toda la década del 20 fue de desenfreno. Terminó con la crisis de 1929, la Gran Depresión, tema de innumerables escritores que nos mostraron el derroche (prender un puro cubano con el fuego de un billete de 100 dólares) y la locura generalizada. 

Publicado en El Auditor el 22 de enero de 2021.

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