I. Qué nadie se sorprenda por el título. La consigna no tiene copyright, pero en todos los casos lo que está fuera de discusión es que en las jornadas parlamentarias de esta semana la “libertad” fue la protagonista central. Y no es para menos. Estaba en juego la designación de jueces para la Corte Suprema de Justicia, uno de los momentos institucionales más importantes en una república. La libertad acaba de ganar una batalla decisiva en la Cámara de Senadores impidiendo que el Poder Ejecutivo designe jueces por decreto violando expresas disposiciones constitucionales. ¿Se impugnó el DNU de Milei; se impugnaron sus ajados pliegos; se impugnaron nombres de los candidatos a cortesanos; se impugnó a la Libertad Avanza? Como se dice en estos casos, debe de haber habido un poco de todo, pero en política cuentan más las consecuencias que las intenciones. Y las consecuencias de la sesión en la Cámara de Senadores es que los candidatos de MIlei: Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, no serán jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
II. Las maniobras, intrigas, torpezas y amenazas de operadores del gobierno para imponer los pliegos, y luego un DNU sacado entre gallos y medianoche, no impidieron que el Senado se reúna y por una contundente mayoría le diga a Lijo que carece de idoneidad moral para ser juez de la Corte, y le sugiera a García Mansilla que si su palabra mantiene un mínimo de credibilidad, si le preocupa en algo respetar el octavo mandamiento y pretende honrar la memoria de José María Escrivá de Balaguer, lo más aconsejable que puede hacer es volverse a su casa. En el caso de Lijo, la habilidad y la destreza más eficaz que ha podido demostrar como juez federal fue la de enriquecerse como un jeque árabe, con caballos de carreras de pura sangre incluido. García Mansilla presentaba un currículum profesional más aceptable que su colega respaldado por Ricardo Lorenzetti y la casta judicial, pero en su brevísima exposición pública la única virtud que pudo exponer fue su talento para ejercer el viejo, marrullero y picaresco oficio de la mentira.
III. Según trascendidos, operadores de primera línea de Lijo se dedicaron en los días anteriores a las sesiones parlamentarias a amenazar senadores para que lo voten. Cartón lleno. Un honorable juez de la justicia recurriendo a métodos de barras bravas o de matones sindicales. A García Mansilla lo único que se le puede imputar es que tras su estampa de hombre piadoso y sus modales de caballero temeroso de Dios, se oculta un embustero de alta escuela, un mentiroso que sin rubores, y lo más campante hoy dice una cosa y mañana dice exactamente lo contrario. Hoy dice con tono académico y elevando los ojitos al cielo que jamás aceptaría ser designado juez por decreto, y al otro día, cuando el presidente lo designa por decreto, corre arremangándose la sotana para sentarse en el sillón al que considera que se construyó para que él acomode sus asentaderas.
IV. La pregunta del millón es qué pasará de aquí en más. Por lo pronto, el gobierno ha sufrido una derrota política, pero ello no significa el fin del mundo. No hubo golpe de estado, golpe parlamentario ni nada que se le parezca. El senado legalmente constituido decidió como más o menos estaba previsto. Lo extraño, lo sorprendente e incluso lo sospechoso, hubiera sido que una mayoría de senadores acepten a Lijo y García Mansilla. El gobierno perdió un partido, no se va a ir al descenso, pero haría muy bien en tomar nota sobre lo sucedido sino quiere seguir perdiendo más partidos, porque ahí si la cosa puede empezar a tomar color castaño oscuro. Consejo de amigo: déjense de joder con atriburle a la mítica “casta” lo sucedido, porque si alguien ejerció comportamientos de casta, si alguien hizo uso y abuso de influencias, si alguien se animó a dar el paso de apretar en voz baja pero con pulso firme a los senadores para que cambien el voto, ese alguien fue algún influyente operador del gobierno. Alguien me pregunta si los que voltearon a Lijo y a García Mansilla son tiernos angelitos. No lo sé, pero me atrevería a decir que, del primero al último, de angelitos no tienen nada y, además, no sé si es necesario y deseable que un senador sea un angelito. Lo seguro es que quienes levantaron la mano el miércoles a la noche estaban autorizados políticamente para hacerlo, y no es competencia de nadie averiguar qué pasaba en ese momento por la cabecita de cada uno. Tipo pié de página les adelanto que cuando se discuta la designación de más de cien jueces y fiscales, tendrán la ocasión de conocer el tamaño y el filo de las uñas de estos angelitos. Fastidiados, Adorni, Francos y Bullrich, políticos profesionales a tiempo completo, dicen con tono severo y admonitorio que hubo intereses políticos. Chocolate por la noticia. Qué ganas de decir obviedades ¿Acaso esperan que una deliberación en el Senado no juegue intereses políticos? ¿O me quieren hacer creer que La Libertad Avanza no juega intereses políticos? ¿Qué el Pro se alió con el kirchnerismo? Puede ser, pero si así fue, ¿cuál es el problema? ¿O solo los hermanos Milei están autorizados a trenzar y enroscar?
V. Imposible entender las idas y venidas que hubo en este proceso. Tampoco hay que molestarse por ello porque precisamente un parlamento está para que se delibere, se acuerde, se rompan alianzas, se dé o no se dé quórum. Así es acá y así es en todo el mundo. Lo que se entiende menos es saber qué pretendió el gobierno protagonizando este candombe desafinado y desteñido. ¿Es verdad que el presidente de la nación compró el paquete que le ofreció Lorenzetti con Lijo incluido? Imposible saberlo, pero sí es posible y necesario preguntarse por qué Milei jugó todas sus cartas para sostener a Lijo con el que no se conoce que haya tenido alguna relación política o compartido intereses? ¿Quién fue la lumbrera que le aconsejó sacar un DNU de la galera para designar a candidatos que era cantado que se los iban a rebotar? Al gobierno le pasó lo que todos le dijeron que le iba a pasar: ser sometido a una derrota en toda la línea. Javier, Karina y Santiago. Los tres, los que según los comedidos ejercen el poder real y efectivo. ¿Será tan así? Es posible. Con Milei todo es posible. Y a no llamarse a engaño o a no reeditar la andrajosa teoría de Montoneros cuando inventaron que el General estaba “entornado” por López Rega. Resulta que ahora pareciera que Milei también está entornado por una tarotista y un sigiloso y colérico Peaky Blinders. Terminemos con estos versos. Perón nunca estuvo políticamente entornado, y lo mismo puede decirse de Milei. López Rega e Isabel fueron un invento de Perón, como Karina y Santiago son un “invento” de Javier. Como diría tía Cata, “Yo no sé que les vio Javito a esa chica y a ese muchacho”. Pobre tía Cata. Imposible explicarle que Santiago y Karina no son un error o una fatalidad sino un espejo, un espejo donde Javier se contempla y de vez en cuando conversa, pregunta, pide consejos y se equivoca.
VI. Los hermanitos Milei han recibido las malas noticias en EEUU (noveno viaje en quince meses, con el agravante en este caso que Trump, su amigo del alma, lo dejó con la mano tendida) y la secretaría de prensa de su gobierno emitió un comunicado denunciando que han sido víctimas de una artera maniobra política de la casta, sorprendente reproche ya que si alguna observación hay que hacerle a los senadores es que hayan demorado un año lo que podrían haber decidido en seis meses, es decir, ponerle límites, marcarle la cancha a una maniobra que sólo funcionarios convencidos de que poseen privilegios de casta, pueden perpetrar. Los hermanitos Milei podrán recurrir a los argumentos más diversos; el Gordo Dan y su perrada famélica seguramente ensayaràn su repertorio más florido de insultos, pero lo cierto es que la consigna “Viva la libertad, carajo”, hoy ha sido una consigna de la oposición.