viernes 26 de julio de 2024
spot_img

Una jura del gabinete de espaldas a la prensa

La prensa no tuvo acceso a la jura de los ministros en Casa Rosada. No hubo tampoco una transmisión oficial. A la mañana el juramento del Presidente y su discurso inicial salió en cadena nacional

Cuando Javier Milei dio el salto a la política se caracterizó por cubrir parte de sus equipos técnicos y políticos con un halo de misterio. “Hay un Gabinete en las sombras”, deslizaba ante la prensa cuando le preguntaban quiénes trabajaban en su plan de gobierno en caso de llegar a Casa Rosada.

Consumado su triunfo y su toma de posesión, el Gabinete, conformado por nueve ministros todos confirmados previamente de manera pública, se estrenó en las sombras. Se juramentaron en el Salón Blanco de Casa Rosada sin permitir ninguna transmisión oficial ni acceso a periodistas. Al momento de la edición de esta nota filtraron fotografías en las que aparecen los titulares de cada cartera, acompañados de Milei y de su hermana, Karina Milei, quien quedó confirmada al frente de la Secretaría General de Presidencia.

A lo largo de la jornada todos los actos del gobierno ya en funciones fueron públicos. Incluso el traspaso de la banda y el bastón de mando, como el discurso que dio Milei en las escalinatas del Congreso, fueron transmitidos en cadena nacional. Es lo que ha sido común no solo en la Argentina sino en todos los países democráticos: que la prensa y la gente tengan acceso y puedan seguir estas ceremonias.

Con el oscurantismo del Gabinete de Milei no había precedentes en la Argentina.

Tampoco se sabe si este será el puntapié inicial para censurar anuncios, reuniones, decretos o actos en el futuro cercano.

Así, el gobierno libertario de Milei, en menos de 12 horas en funciones, tuvo su primer desliz con respecto al acceso a la información y su difusión.

spot_img
spot_img

Veinte Manzanas

spot_img

Al Toque

Fernando Pedrosa

La renuncia de Joe Biden: el rey ha muerto, ¿viva la reina?

David Pandolfi

Hipólito Solari Yrigoyen cumple 91 años

Maximiliano Gregorio-Cernadas

Cuando Alfonsín respondió a Kant