Una jirafa en el balcón es una notable película argentina protagonizada y producida por Andrea Frigerio, con la dirección de Diego Yaker, cineasta local radicado en Barcelona. Este filme tiene la virtud de combinar la historia de la violencia y militancia setentista con un thriller de mucha acción y suspenso.
Llama la atención que esta producción no haya tenido la publicidad que se merecía por su calidad. Acompañan a Andrea Frigerio, Juan Leyrado, Mirta Busnelli, Mimi Ardu y Claudio Gallardou. Párrafo especial merecen las actuaciones de la española Diana Gómez, cómo la hija de la exmilitante exiliada y Fini Bochino (hija de Andrea Frigerio), representando a la guerrillera en su juventud.
Lydia Muñoz es una exiliada argentina que vive en Barcelona desde hace más de cuarenta años. Tuvo que escaparse de Argentina cuando un grupo de tareas de la Dictadura intentó secuestrarla en el hospital donde era médica residente. Su novio, el padre de su hija, fue secuestrado, torturado y desaparecido por los mismos que la perseguían.
En Barcelona, Lydia, ya se ha jubilado, y vende empanadas criollas a comercios de su barrio. Inesperadamente le llega una citación judicial de Buenos Aires para declarar cómo testigo en la causa por la desaparición de su pareja. La protagonista rechaza y descarta la citación, pero al encontrarla su hija, le exige que viaje a Argentina, para tener más información sobre su padre, a quién nunca conoció.
Lydia acepta el pedido de su hija y viaja a Buenos Aires. Allí se reúne con sus excompañeros de militancia de un grupo armado trotskista. Uno se ha convertido en concejal peronista, que recibe las críticas de Lydia, por su buen pasar económico. Otra sigue con su profesión de médica y mantiene intactas sus convicciones revolucionarias.
Cuando declara ante el Juez, este le dice a Lydia que tiene derecho a ver el expediente que el Estado argentino tiene de ella, y también a cobrar una indemnización por los daños causados por la persecución que sufrió.
Leyendo el expediente Lydia se entera que ella y su novio fueron delatados por otro militante de su mismo grupo, con quién la mujer había tenido una relación romántica. Allí comienza una tenaz persecución contra el traidor, a quién la exmilitante piensa en matar.
Para ello se dirige a La Rioja, donde estaría oculto el delator, temiendo alguna venganza.
La película, cuyos derechos son de Disney, probablemente se vea en dicha plataforma en las próximas semanas. Aun puede verse en el Gaumont.