sábado 12 de julio de 2025
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Un asado campestre

I. Año 2014 o 2015, da lo mismo. Una casona de campo o un casco de estancia. El dueño o el patrón Luis Alberto. Don Luis. Unos 75 años muy bien llevados. Recibe en su casa frente al río a tres  personas. En realidad no las recibe. Las ha invitado o, según se mire, es probable que ellos se hayan invitado. Los huéspedes son tres: Jorge, Pablo y Claudia. Los hombres son de la edad de don Luis, Claudia es mucho más joven. Conociendo los datos posteriores de la historia podría afirmarse con cierta certeza que la reunión la ha convocado ella.

II. Don Luis dispone de una buena posición económica. Sus padres eran estancieros y él heredó. No sabemos si es único hijo; tampoco importa demasiado saberlo. Sí importa saber que la reunión se realiza para recordar algo que ha ocurrido en 1975. Todos han militado en una organización guerrillera y don Luis fue uno de los jefes políticos de la organización. El principal para ser más claro. La cena, un asado criollo, se celebra en la galería con vistas al río. Un hombre, Francisco, es el asador. Él mismo acaba de carnear un cordero para agasajar a las visitas.

III. El tema a conversar es el asalto al cuartel militar dos o tres meses antes del golpe de estado. Luis y su comando mayor estuvieron a cargo de la planificación del operativo, pero alguien los delató. El operativo fracasa. Cuando los guerrilleros entraron al regimiento los militares los estaban esperando y los mataron uno por uno. No hay prisioneros y sólo sobreviven algunos jefes  de la organización. A los pocos días del fracasado asalto al cuartel, se admite que el delator fue Raúl. Lo buscan para detenerlo, hay un tiroteo y Raúl escapa. Nunca más se sabrá de él. Por lo menos a la fecha de esta reunión no hay noticias acerca de lo que fue de la vida de Raúl.

IV. Unos días después de la huida de Raúl, tal vez una semana, a la comandante María Elena, ex esposa de Raúl, unos pescadores la encuentran muerta en la orilla de un arroyo. Un solo tiro entre ceja y ceja. La delación de Raúl y el crimen de María Elena aparentemente no tienen vínculos políticos. ¿Quién es María Elena? ¿Una víctima de la dictadura o una víctima de la guerrilla? No hay una sola respuesta. Delatora es lo que le imputan oficialmente. Hasta que empieza a circular la información de que al momento de morir lideraba una fracción interna de la organización, por lo que la orden de muerte pudo haber sido emitida por un jefe guerrillero.

V. Hay otras preguntas. Esta reunión se celebra porque Claudia, que vive en España desde su infancia, la ha solicitado, aprovechando, según dice, un inesperado viaje por motivos profesionales. Lo que se sabe en principio, o lo que se conoce como relato oficial, es que María Elena fue detenida por el ejército y acordó con sus captores delatar a sus compañeros a condición de que permitan que su hija Claudia, de cinco o seis años, viaje a España. También se sabe que la orden de muerte por el motivo que sea no pudo haberse dado sin el conocimiento de Luis.

VI. De la relación de María Elena con Raúl nació Claudia. Tiempo después, Luis fue pareja  de María Elena, una información que no será muy difundida. ¿Fracasa el operativo y Luis inventa por despecho, celos, resentimiento o lo que sea, la traición de Raúl o de María Elena? Algunos dicen que está fuera de discusión que Raúl es el traidor, pero también circula el rumor que Luis quiere sacarse a Raúl de encima por razones pasionales. Asimismo, como para que los enredos sean más escabrosos, no se sabe con certeza si María Elena arregló con los militares y luego fue ejecutada por ellos, o fue ejecutada por alguna fracción de la organización por considerar no que había adelantado detalles decisivos del operativo a los militares, sino porque lideraba una facción interna que discutía la estrategia militarista de la organización.

VII. Tampoco se sabe con certeza cómo Claudia, que entonces tenía cinco o seis años, es trasladada a España. ¿Un acuerdo con los militares o una decisión de la guerrilla después que asesinaron a la madre?. No concluyen aquí las complicaciones. Importa regresar a Raúl. Puede que él haya sabido de la relación amorosa de María Elena con Luis y que ella, además, encabezaba una corriente interna en una organización en la que una iniciativa de ese tipo era considerada una traición. Todos estos trascendidos circulan mientras comparten el asado en la galería del casco de la estancia de Luis.

VIII. Ahora importa conocer la intervención de Benito y Pablo. Fueron comandantes de la organización con un rango inferior al de Luis, pero en las condiciones de clandestinidad han desarrollado espacios propios de poder interno. Ellos podrían haber sido los que convencieron a Luis de que Raúl delató a los militares y dio a conocer la hora y el lugar del ataque al cuartel. La huida de Raúl justificaría esta sospecha.  También los que descubrieron que María Elena lideraba una fracción interna y estaba interesada en que el ataque al cuartel fracase.

IX. Los interrogantes siguen abiertos. Básicamente son tres: una delación,  un intento de constituir una fracción interna y un hipotético drama amoroso. Las posibilidades pueden combinarse, pero en todos los casos los comprometidos son los que ahora participan en este asado, salvo Claudia, claro está. Y habría que agregar a Francisco, el hombre que ahora sirve la carne, el hombre que durante los años duros fue el colaborador, el asistente, el guardaespaldas y algo así como el valet de Luis, el hombre que posiblemente sea el que conoce algunas de las claves de estos secretos.

X. El último enigma es  Claudia. ¿Por qué conoce ella estos hechos? ¿Quién se los contó? Luis y Francisco están descartados porque nunca salieron de Argentina y, además, son los menos interesados en que lo sucedido se revele. ¿Benito o Pablo? Ellos vivieron durante todos estos años en Brasil. Benito estuvo preso hasta principios de los años ochenta y Pablo antes de llegar a Brasil se refugió en Formosa, vivió unos años en Paraguay hasta instalarse en Porto Alegre. Pablo vive desde hace años en Río de Janeiro, actualizó su profesión de médico y hay motivos para creerle que nunca tuvo noticias de Claudia.

XI. La única ausencia es Raúl. Raúl fue jefe militar, fue el marido de María Elena, el padre de Claudia y uno de los cabecillas de la fracción interna. Siempre fue considerado el más lúcido, el intelectual más consistente y el heredero de Luis que siempre lo protegió hasta que ocurrió lo que ocurrió, un desenlace que no se produjo de la noche a la mañana “¿Qué fue de mi papá?”, pregunta Claudia. “Es un desaparecido”, responde Luis. “¿Y los que desaparecieron a papá son los mismos que desaparecieron a mamá?”. Puede que sí, contesta Benito, pero no hay certezas absolutas. Ahora el que habla es Francisco. Se ha sumado a la mesa y hasta el momento no ha abierto la boca.

XII. “Hay  cosas que nunca se sabrán -dice Francisco- porque hay personas que no quieren o no les conviene que se sepan; yo lo único que puedo decir es que Raúl no fue el traidor, es más, él sabía muy bien quién era el traidor. Y también sabía que Maria Elena en ninguna circunstancia delataría a sus compañeros, ni siquiera para salvar a su hija”. La respuesta de Luis no se hace esperar: “A esta altura del partido la única certeza que tengo es que la traición existió, pero si no fueron Raúl y María Elena, ¿quién fue?” Benito agrega: “María Elena no creo que haya delatado, no hay pruebas de que los militares la hayan secuestrado, pero a mi me consta que encabezaba una corriente interna y pedía la ejecución de los jefes responsabilizándolos de los sucesivos fracasos”.

XIII. La reunión continúa. Los hombres son todos mayores de setenta años. No están perseguidos por la justicia; su causa política ya no existe, ellos mismos hace rato que no creen en ella;  ninguno parece tener remordimientos o culpas. Saben que lo que hicieron o dejaron de hacer ha prescrito, pero hay un enigma en el pasado que por diferentes razones los desvela. Todo se tensiona más cuando Claudia admite que su padre, es decir Raúl, le escribió desde Alemania contándole lo que había sucedido. Esa carta es la que explica la presencia de Claudia en esa reunión, la presencia de la jovencita que por un motivo o por otro sobrevivió a la represión de los años setenta y ahora llega desde Europa a pedir explicaciones o algo más.  “¿Pero vos estás segura de que esa carta es la del hombre que dice ser tu padre?”, pregunta Luis.

Publicado en El Litoral el 9 de julio de 2025.

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