El Gobierno hará un último intento para acordar con la oposición los pliegos de los jueces Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para sumar nuevos integrantes a la Corte Suprema, pero de no haber avances recurrirá a nombrarlos por decreto.
“Hoy queremos hacer más esfuerzos para lograr los consensos.
Tenemos un mes de changüí porque está la feria judicial”, reveló ante la Agencia Noticias Argentinas una alta fuente involucrada en el tema, que evalúa que se aborde esta cuestión en febrero, en unas eventuales sesiones extraordinarias.
Pese a la predisposición al diálogo, no se descartan la posibilidad de avanzar en los nombramientos en comisión, de dilatarse las conversaciones y de no conseguir los dos tercios necesarios para su aprobación en la Cámara de Senadores.
La decisión del Poder Ejecutivo de sumar dos miembros al máximo tribunal, que desde el 29 de diciembre funcionará con tres integrantes por la salida de Juan Carlos Maqueda, es innegociable.
En la actualidad, el máximo tribunal está integrado por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti y Maqueda, hasta su salida a finales de diciembre por haber alcanzado los 75 años.
Otro de los puntos inamovibles es el de los nombres propuestos por el presidente Javier Milei y que, hoy, pese a la tarea del viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, no sumaron los respaldos necesarios para su aprobación en el Senado.
“No hay ningún escenario en el que cambiamos o retiramos los pliegos”, dijeron las fuentes, y agregaron: “No tenemos problema de discutir una futura ampliación”.
Al respecto, aladieron: “Sabíamos que la negociación de los jueces implicaría que con algún sector del kirchnerismo tendríamos que hablar, pero la charla estuvo muerta desde el inicio porque las cosas que pedían no eran aceptables para nosotros”, confesaron sobre el vínculo con el bloque que responde a las dos veces presidenta Cristina Kirchner.
Sin embargo, un funcionario reveló a la Agencia Noticias Argentinas que los canales de diálogo con todos los sectores están abiertos, incluso con el kirchnerismo que, si bien intenta torcer las condiciones de la negociación, “no cierra la puerta”.
“Por ahora estamos escuchando distintas voces, veremos si no es factible esa negociación. Consideramos que todavía hay posibilidad, pero si mañana, desde la oposición, plantean que todo lo que charlamos al momento no sirve para nada, recurriremos a otras opciones”, advirtió el funcionario.
La segunda de las vías que se baraja es la de avanzar con nombrar a Lijo y a García Mansilla por decreto, sin la necesidad de intervención del Senado.
Amparados en la Constitución Nacional, que prevé que el Presidente tiene la potestad de ocupar cargos vacantes con nombramientos en comisión cuando el Congreso esté en receso, no descartan recurrir a esta posibilidad.
Previsores, el equipo que rodea al asesor presidencial, Santiago Caputo, tiene listo el decreto y la argumentación a la espera de un movimiento de cabeza del jefe de Estado.
“Al final del día, el que define el el Presidente”, reconocen.
Lo cierto es que el número con el que funcionará el máximo tribunal preocupa, a tal punto que hoy el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, hizo pública la opinión del Gobierno.
“Me cuesta creer que podamos seguir teniendo una Corte con tres miembros”, dijo y agregó: “Cuando uno mira el tiempo que llevan los fallos de la Corte Suprema de Justicia, la verdad que es lamentable. Que la Corte tenga 15 o 20 años un tema para dictar sentencia es un tiempo absolutamente inusual”.
Los dichos de Francos se dieron tras la acordada de la Corte Suprema del pasado miércoles, con Ricardo Lorenzetti en disidencia, en la que se reglamentó la forma de funcionar con tres jueces, con el auxilio de conjueces.
Al respecto, en el Gobierno tomaron distancia y revelaron que tenían la información que saldría en la acordada.
“No nos sorprendió. No tiene nada que ver con nosotros”, respondieron.