jueves 26 de diciembre de 2024
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Trump: un triunfo que trasciende las fronteras

El categórico triunfo de Donald Trump en la elección presidencial de Estados Unidos tiene un profundo sentido ideológico. Mirando hacia atrás, en el corto plazo, el año clave es 2016, hace ocho años. En ese entonces los nacionalistas británicos ganaron el referéndum del Brexit y Trump lo hizo por primera vez en Estados Unidos.

La que puede ser denominada como “derecha populista” en el mundo occidental comenzó un proceso de crecimiento en Occidente, pero al mismo tiempo implicó que por primera vez en la historia la cultura populista penetrara en el mundo anglosajón.

Así como desde fines del siglo XVIII en el mundo anglosajón fue un ejemplo la llamada “democracia liberal”, en los latinos, germanos y eslavos la inestabilidad política y sucesivas experiencias populistas, dictatoriales y hasta totalitarias, mostraban la falta de adhesión permanente a la “democracia liberal” y tendencias populistas de diversa procedencia ideológica.

Los anglosajones fueron la clave de las articulaciones estratégicas globales para derrotar a Napoleón a principios del siglo XIX, para vencer a los imperios centrales en la Primera Guerra Mundial, a los totalitarismo europeos en la Segunda, al comunismo en la Guerra Fría, y contener al terrorismo del extremismo islámico en los primeros años del siglo XXI.

Esto está dejando de ser así y el triunfo de Trump, más allá de su contundencia y legitimidad, es una evidencia de ello.

Pero este fenómeno se da en un contexto histórico más amplio, que lleva a la crisis de la democracia liberal en el mundo occidental. Una insatisfacción se extiende en el mismo y la desigualdad social pareciera ser la causa principal. Esto se ha puesto en evidencia en la reciente elección estadounidense. La economía no anda mal, pero la sensación de desigualdad genera malestar en los sectores populares y en las clases medias.

Quizás esta sea la causa principal del giro de los sectores populares, tanto en Estados Unidos como en Europa, hacia una agenda ideológica fuertemente conservadora que confronta con las clases medias que en general mantienen su adhesión a la democracia liberal.

La argumentación de personalidades como Donald Trump respecto a este problema es que el sistema político de la democracia liberal, proveniente hace dos siglos y medio de la revolución estadounidense y la francesa, hoy ha quedado desactualizado frente a los grandes cambios que se han producido en la sociedad y el mundo de la tecnología, que está cambiando modos de vida, valores y modalidades del funcionamiento de la política.

Frente a este fenómeno, el mundo académico del mundo occidental está demorando necesarios debates, discusiones e investigaciones sobre este problema álgido y trascendente. El populismo conservador que acaba de imponerse en los Estados Unidos ha tenido diversas manifestaciones electorales, tanto en Europa como en América Latina. Cabe mencionar que hace pocos días, el candidato de Jair Bolsonaro en San Pablo, la ciudad más poblada del continente americano, se impuso en la segunda vuelta con el 60% de los votos.

El populismo de derecha ha mostrado más eficacia que los progresistas para manejarse en el mundo de la tecnología. Probablemente Elon Musk sea la figura más importante en este campo y se proyecta hacia el futuro. Es un hombre que tiene 54 años y Trump 78. Probablemente este empresario, que es el más rico del mundo, sea quien tenga más peso en la derecha populista respecto al mundo que viene.

En julio anunció, antes que el gobierno estadounidense y la NASA, que una nave espacial de su empresa iba a llegar a Marte en 2026, que un astronauta lo haría en 2030 y que en los años siguientes planea construir un asentamiento humano permanente en este planeta que sea autosustentable, iniciando una etapa de la humanidad interplanetaria. Puede parecer ciencia ficción, pero es un proyecto que ya está en marcha.

Tiene diversas empresas, como Starlink en el mundo de los satélites, Tesla en los autos eléctricos y X en el mundo de las redes sociales. También empresas en el campo de la salud, las cuales están experimentando cuestiones como la inserción de microchips en el cerebro humano.

Empresas o emprendimientos como The Boring Company, que construyen autopistas subterráneas, hoy son utilizadas experimentalmente para ensayar construcciones en Marte. Pero quizás sea SpaceX su empresa más importante en cuanto al protagonismo espacial y la visión de futuro.

Este es en realidad el pensamiento y la ideología en gestación y desarrollo de la derecha populista, que se ha adueñado de la tecnología y el futuro. Esto ha dejado a los progresistas y los defensores de la democracia liberal a la defensiva y sin propuestas de largo plazo. Hoy son defensores del status quo. Tener una agenda alternativa que trascienda la formalidad de la política representativa quizás sea el mayor desafío para quienes defienden la democracia liberal.

La ola de la derecha populista, que representa el rotundo triunfo de Trump sólo se frenará en el campo de las ideas y para ello resulta fundamental crear un horizonte distinto. La pugna entre democracia liberal y democracia iliberal posiblemente sea fundamental para enfrentar este problema. Cabe recordar que durante sus dos años de campaña Milei repetidamente dijo: “Yo soy Trump, Bolsonaro y el partido VOX de España”.

Publicado en Clarín el 8 de noviembre de 2024.

Link https://www.clarin.com/opinion/trump-triunfo-trasciende-fronteras_0_aUDCtlnEoB.html

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