sábado 31 de mayo de 2025
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Sobre padrones, extranjeros y abstención: observaciones sobre la participación electoral en las elecciones de legisladores de la Ciudad de Buenos Aires en 2025

El autor agradece los comentarios de Martín D’Alessandro y Alejandro Tullio.30

La magnitud de la abstención

Una de las evidencias más destacadas sobre las elecciones de legisladores porteños del 18 de mayo de 2025 fue la altísima abstención en los comicios. A partir de la difusión del dato sobre una participación del 53% de los votantes se tejieron diferentes interpretaciones para dar cuenta del fenómeno. Todas ellas asumen una importante desafección ciudadana. Las interpretaciones divergen, pero, en general, comparten las referencias a luna tendencia global de desafección política, el malestar nacional con la situación económica o el funcionamiento del sistema político y el menor atractivo que tienen las elecciones locales. También parece claro que la abstención fue mayor en las comunes donde hay mayor porcentaje de sectores de menores recursos. Para la mayor parte de los analistas el ausentismo es un síntoma y un llamado de alerta. Coincido con esta valoración, pero creo que es útil añadir algunos elementos para profundizar en el análisis de la abstención. En estas breves notas me interesa poner en perspectiva el fenómeno de la baja participación, tratando de observar con atención algunos datos disponibles antes de formular interpretaciones.[1]

Sin duda existe un fenómeno general de desafección política, una de cuyas manifestaciones es el descenso de la participación electoral. Pero creo que para analizar el extremadamente bajo nivel de participación electoral de las últimas elecciones porteñas el punto de partida necesario del análisis de la convergencia de dos procesos: la inclusión de poco más de medio millón de residentes extranjeros residentes permanentes en el padrón electoral y la bajísima participación de esos extranjeros en las elecciones locales.

Para empezar, buena parte de las valoraciones del ausentismo parten de una comparación incorrecta: el contraste de la participación electoral en las elecciones porteñas de los argentinos residentes en Buenas Aires (76,7%) en 2023 con la participación del total -argentinos más extranjeros residentes permanentes-, que fue en 2025 del 53,35%. El cuadro siguiente permite comparar los datos de cada uno de los conjuntos.

Cuadro 1

Evolución de la participación electoral en elecciones locales, Ciudad de Buenos Aires, electores y porcentaje de extranjeros, participación total, de argentinos y de extranjeros, 2019 a 2025

Año Electores en el padrón y porcentaje de extranjeros Participación total (argentinos y extranjeros) Participación de argentinos sobre el padrón de argentinos Participación de los extranjeros en el padrón de extranjeros
2019 2583527 (0,08%) 79,5 80,1 43
2021 2972846 (14,2%) 65,5 73,4 18,7
2023 3013219 (16,1%) 66,5 76,7 20
2025 3088750 (16,9%) 53,3 61,7 14,3

 

Como puede apreciarse, las comparaciones deben hacerse entre las cifras de la misma columna. Idealmente, los datos deberían reportarse mostrando las tres columnas de participación total, de argentinos y de extranjeros. Pero no se trata solamente de un problema de cómo se presentan los datos o de comparaciones inadecuadas. Un 53% es un porcentaje muy bajo, aun asumiendo la desafección electoral y el desinterés de una elección local. Como señalé previamente, hay que empezar por mirar el padrón de extranjeros.

Extranjeros residentes

El Código electoral de la Ciudad de Buenos Aires (ley 6031), sancionado en 2018, estableció que la inscripción al Registro de Electoras Extranjeras y Electores Extranjeros Residentes es automática, a diferencia de lo que sucedía antes de la sanción de esta norma. Los extranjeros que pueden votar en las elecciones locales son los que tienen la categoría “residente permanente”, más de 16 años, DNI de extranjero, domicilio en CABA y no estén incursos en las inhabilidades que establece el Código Electoral. Además, los extranjeros  no están obligados a votar.

El nuevo código electoral comenzó a aplicarse a partir de la elección de 2021, en la que se incorporaron automáticamente al padrón a los extranjeros con documento de identidad que acreditaba su residencia en la Ciudad de Buenos Aires. Durante muchas décadas, la cantidad de votantes habilitados en las elecciones porteñas había oscilado alrededor de los 2.5 millones -en 1996 fueron 2.554.130 y en 2019, 2.583.527 -. Esta cantidad de votantes representaba alrededor del 80% de los habitantes de la ciudad. Desde la elección de 2021, el padrón aumentó y en las elecciones del 18 de mayo pasado, el padrón llegó a los 3.088.040 electores.

Ese número es prácticamente igual al de la población de la ciudad de acuerdo con el Censo de 2022 -3.095.454- y sustancialmente mayor al de habitantes mayores de 16 años -83% del total-. Por lo tanto, el padrón electoral supera en alrededor de un 20% al número de habitantes censados mayores de 16 años. Esto requiere alguna explicación. El fenómeno principal es la discrepancia entre los extranjeros empadronados y los que efectivamente residen en la Ciudad. Como señalamos, el padrón de extranjeros residentes permanentes es de 524.000. Para empezar, el censo de 2022 -la fuente más confiable con la que contamos- estimó en 419.091 la cantidad total de nacidos en países extranjeros que residen en la Ciudad. Entre ellos hay alrededor de un 6% de menores de 16 años y un porcentaje -cuya magnitud ignoramos- de naturalizados y de residentes temporarios -los primeros están en el padrón de argentinos y los segundos no pueden votar-. Por lo tanto, de los 419.091 nacidos en el exterior hay que restar una cantidad apreciable; la cantidad de nacidos en el extranjero censados en la Ciudad de Buenos Aires que está en condiciones de votar es probablemente inferior a los 350.000.

¿Por qué entonces hay 524.000 electores en el padrón?  Porque esos son los que tienen un DNI con una dirección en la Ciudad. Pero eso no significa que residan allí. El Censo 2022 muestra un descenso importante de la cantidad de chilenos, bolivianos, paraguayos, uruguayos residentes en la Argentina con respecto a los que consignaba el Censo 2010. Esto permite suponer que hubo una migración de retorno importante de personas que tenían las condiciones de residencia permanente y domicilio en la Ciudad.

Para 2022, los registros del RENAPER consignaban poco más de 3 millones de DNI con residencia argentina, contra poco menos de 2 millones de nacidos en el extranjero relevados en el Censo Nacional. Los datos de registro documental, entones, superaban a los censales en un 50%.[2] ¿Qué cifra es más confiable? Más allá de los problemas de cobertura que el Censo pueda tener, sus relevamientos son más confiables para estimar los residentes en la Ciudad en un momento específico que los registros del RENAPER.

Para complicar las cosas, además de los extranjeros hay otros residentes legales que no viven en Buenos Aires. En los últimos años la Argentina ha experimentado un significativo éxodo hacia el extranjero. De acuerdo con los datos que proporciona la división de población de las Naciones Unidas alrededor de 1.2 millones de argentinos residen en el exterior. Podemos asumir que los menores de 16 años son menos del 10% y sabemos que hay unos 450.000 argentinos que cambiaron su domicilio en el DNI y están habilitados para votar desde el exterior en elecciones nacionales. Por lo tanto, quedan unos 650.000 que residen en el exterior y que no cambiaron su domicilio, por lo que siguen figurando en los padrones locales. No sabemos qué porcentaje exacto de ellos tuvo su último domicilio en la Ciudad de Buenos Aires, pero no es aventurado estimar que puede ser superar el 20%. Si así fuera, hay al menos unos 130.000 argentinos que residen actualmente en el exterior y que figuran en el padrón porteño.

Coda

Las observaciones precedentes enfatizan la importancia de prestar atención a cuál es la población que está comprendida en el padrón electoral. En general, se asume que todo padrón electoral tiene algunas fallas, pero son poco relevantes, estables a lo largo del tiempo y, en consecuencia, representan razonablemente bien al universo de votantes. Estas condiciones se cumplían en el padrón electoral de la Ciudad de Buenos Aires entre 1983 y 2019, que oscilaba alrededor de los 2.5 millones de electores, más/menos 5%. El problema desde 2021 es que en las elecciones locales se agrega un conjunto muy grande de electores extranjeros, con características particulares, que complica el análisis del comportamiento electoral.

Las dos situaciones reseñadas -inclusión en el padrón de nacidos en el extranjero que retornaron a sus países de origen conservando la condición de residencia permanente y argentinos que emigraron sin cambiar de domicilio electoral- distorsionan de manera significativa -estimo que en el orden del 10%- la confiabilidad del padrón como representación legal de los habitantes de la Ciudad habilitados para votar. Esta distorsión es inevitable, en la medida en que los extranjeros residentes permanentes y los argentinos emigrados sin cambio de domicilio tienen todo el derecho a conservar su facultad de votar en las elecciones locales.

Pero esto nos obliga a ser cautelosos en la estimación de los porcentajes de ausentismo y las comparaciones a lo largo del tiempo y entre jurisdicciones, y profundizar sobre la dinámica de participación de diferentes sectores -por ejemplo, los electores extranjeros-. Para ello sería de suma utilidad que los organismos que controlan la información electoral proporcionen información para saber con mayor exactitud cuántos son los extranjeros y argentinos que no votan de manera sistemática y cuál es su perfil sociodemográfico. Por ejemplo, si sabemos que hay 100.000 argentinos menores de 70 años que hace cuatro elecciones que no votan podemos suponer que un alto porcentaje de ellos no reside más en el país. La información que podemos obtener es siempre aproximativa, pero para analizar tendencias puede ser muy útil.

Como señalé al comienzo, la participación en las elecciones porteñas del 18 de mayo fue baja -no de 53,3% contra 76,7% en 2023, sino contra 66,5%-, y la de extranjeros muy baja -con la salvedad de que el padrón está muy inflado. No obstante, el papel del voto de los extranjeros en las elecciones porteñas es un asunto que merece atención. Si bien la participación fue baja, el paso del registro voluntario al empadronamiento automático hizo que la cantidad de extranjeros que votaron en las elecciones locales se multiplicara por más de siete veces entre 2019 y 2025. Y aunque su influencia en los resultados finales fue pequeña -representaron el 4,7% de los que votaron-, su distribución entre las fuerzas políticas difirió del patrón general. La Libertad Avanza obtuvo el 29,6% de los sufragios entre los argentinos y el 39,5% entre los extranjeros, Es Ahora Buenos Aires, el 27,4% entre los argentinos y el 26,8% entre los extranjeros y Buenos Aires Primero, el 16,2% entre los argentinos y el 10% entre los extranjeros. En un escenario de elecciones reñidas, el aumento de la participación de los extranjeros residentes permanentes puede adquirir una importancia no desdeñable.

[1] La nota de Paz Rodríguez Niell sobre el impacto del voto y el ausentismo de los inmigrantes es una de las pocas miradas sistemáticas sobre este tema https://www.lanacion.com.ar/politica/el-voto-de-los-extranjeros-cuanto-influyo-en-la-caida-de-la-participacion-y-cuanto-incidio-en-el-nid21052025/

[2]https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2022/12/caracterizacion_de_la_migracion_internacional_en_argentina_a_partir_de_los_registros_administrativos_del_renaper_dnp.pdf

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