domingo 1 de diciembre de 2024
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Sobre los fundamentos de la democracia en América

El 14 de Julio de 1789 el pueblo de Francia tomó la fortaleza de la Bastilla, símbolo de la opresión del antiguo régimen sobre los sectores que estaban más lejos del poder, de la nobleza y del rey.

Con este acto comienza un gigantesco cambio, tanto en Francia como en todo el mundo, donde la libertad y la igualdad de derechos se convierten en principios fundamentales. La revolución francesa sentó las bases de la democracia moderna, y abrió un nuevo horizonte político basado en el principio de la soberanía popular.

Tan solo seis semanas después del ataque a la Bastilla, la Asamblea Nacional Constituyente redactó y adoptó la Declaración de los Derechos del Hombre y de los Ciudadanos, inspirada en la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos. Esa declaración se convirtió en el documento precursor de los derechos civiles.

Las ideas de la revolución francesa fueron fuertemente impregnadas desde su comienzo por los pensadores de la “Ilustración”. Rousseau, Montesquieu y Voltaire, le dieron forma a esas nuevas maneras de concebir la representación política. La igualdad de todos los hombres ante la ley, la separación de poderes, la libertad de pensamiento y expresión, la fuerza de la razón y el conocimiento, la tolerancia y el rechazo al absolutismo.

Sin embargo, cuatro años después de la caída de La Bastilla, la revolución francesa se convirtió en un reinado de terror que asesinó en la guillotina y en las cárceles a más de 30.000 franceses. La guillotina también se llevó a los mismos lideres de la revolución que la habían implementado. Robespierre y Saint-Just, que llevaron adelante la política de eliminar los que consideraban “enemigos públicos”, fueron detenidos el 27 de julio y guillotinados al día siguiente.

La historia de la revolución francesa, que va desde la defensa de la libertad en sus comienzos, hasta la imposición de un régimen autoritario en sus finales, la vamos a encontrar en muchas otras reseñas de hechos que ocurrieron en otros momentos y lugares. En nombre de valores relacionados con la libertad se termina aplastándola y generando lo contrario.

Una de las pensadoras más profundas de nuestros tiempos, Hannah Arendt, analizó la violencia asesina en larevolución francesa, comparándola con la revolución americana donde esto no había ocurrido. En su libro, “Sobre la revolución”, observa que Robespierre, el líder de los jacobinos, confundía el origen del poder con la fuente de la ley, retomando la idea de Rousseau de la “voluntad general”, decretada como única y dictatorial opinión válida.

En cambio la revolución americana tuvo la ventaja de tener como modelo a Montesquieu, es decir el principio de la división de poderes que ponía la ley por encima de las decisiones del poder de turno, y permitía entonces el debate y el cambio de poderes sin que esto cuestionara la estabilidad del sistema democrático.

Estamos en una época signada por la cultura de las redes sociales, que trastocaron todas las formas de comunicación, los límites de la agresividad, y los parámetros del funcionamiento de la democracia. Cuando sustituimos el respeto por las diferentes maneras de opinar por el autoritarismo y la agresión, corremos peligro de que nos pase lo que tantas veces sucedió en la historia, que reemplacemos la libertad por el autoritarismo.

Publicado en Clarín el 11 de noviembre de 2024.

Link https://www.clarin.com/opinion/fundamentos-democracia-america_0_AxBQ25eaAe.html

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