lunes 14 de octubre de 2024
spot_img

Sin respuestas, aún, frente a la erosión de la democracia

La Argentina se enfrenta a una elección que divide a la opinión pública como ninguna otra desde 1983. Se habla de una opción entre democracia y fascismo. Se sugiere que la opción real es entre un país que va rumbo a transformarse en Estados Unidos o Venezuela. Se conjetura que la decisión constituye una coyuntura crítica.

Una narrativa, la más simple, es que Argentina podría elegir un gobierno de extrema derecha en el molde de Trump y Bolsonaro. Y la evidencia que apoya este pronóstico son varios dichos de Javier Milei. Muy significativamente, este candidato ha roto un consenso básico sobre la dictadura y la violación de derechos humanos, esencialmente repitiendo palabras usadas por el almirante Emilio Massera en el Juicio a las Juntas en 1985.

Milei también ha mostrado una actitud preocupante hacia los medios. Ha sugerido que las mujeres no enfrentan discriminación en el mercado laboral, algo que va en contra de lo que muestran muchos estudios. Se ha mostrado a favor de un mercado para la venta de órganos humanos, una sugerencia altamente preocupante.

La otra narrativa es que el candidato oficialista, Sergio Massa, continuaría varias prácticas problemáticas que han caracterizado a los últimos gobiernos kirchneristas. Y la credibilidad de esta perspectiva está basada en varios dichos y hechos. La corrupción de los gobiernos kirchneristas está bien documentada. Los ataques de los kirchneristas a la Justicia son conocidos.

Además, la conducta de Massa mismo viola ciertos principios democráticos. El candidato Massa no siguió una práctica saludable de renunciar a su cargo en el Gobierno cuando decidió entrar en la carrera presidencial. Ha usado una cantidad inusitada de recursos del Estado para fines electorales. No ha rechazado sin ambigüedad el juicio político contra la Corte Suprema.

Estos dos candidatos se diferencian en términos de ideología. Milei propone programas que le darían más centralidad al mercado. Massa tiene una predisposición más favorable al rol del Estado. En breve, Milei ve al Estado como problema y Massa lo ve como solución.

Sin embargo, la elección entre Milei y Massa no gira sólo en torno a cuestiones ideológicas. Ambos candidatos tienen rasgos que en la Ciencia Política son considerados como condiciones conducentes a la erosión de la democracia. Y por eso en el ballotage del 19 de noviembre no hay una opción netamente positiva, que proponga simultáneamente fortalecer a la democracia y abordar los problemas estructurales del país.

Ante esta disyuntiva, los votantes tienen tres opciones. Muchos, basados en sus preferencias, apoyarán a Milei o a Massa. Para unos, la elección reflejará una apreciación positiva de al menos ciertas propuestas de los dos candidatos. Para otros, será una cuestión de mal menor.

Pero aún otros optarán por una opción usada en el país en el pasado como signo de protesta antes las alternativas presentadas al votante, el voto en blanco. Y en las circunstancias actuales del ballotage esta tercer opción es legítima.

Más allá de esta elección, hay una tarea política que debería priorizarse gane quien gane la elección y asuma la presidencia el 10 de diciembre. Como dijo Montesquieu, “todo hombre investido de autoridad abusa de ella. No hay poder que no incite al abuso, a la extralimitación”. Y esto se aplicará sin duda al nuevo gobierno.

Por eso, aunque muchos políticos están enfocados en la elección y la posibilidad de acceder a cargos en el nuevo gobierno, es bueno que algunos ya estén pensando en cómo hacer oposición si es que no se sienten representados por Milei o Massa.

Las instituciones no se defienden solas. Y ante el peligro de una amenaza a la democracia, un rol central lo juegan los políticos opositores que no atentan contra la gobernabilidad, pero que insisten en el respeto a las instituciones. En efecto, como insistió el distinguido politólogo Juan Linz, una oposición leal, que se opone al gobierno pero no cuestiona al régimen democrático, es clave en una democracia.

El futuro de la democracia en Argentina va a estar determinado tanto por lo que trate de hacer un gobierno de Milei o Massa como por los límites que fundamentalmente el Congreso le ponga al nuevo gobierno del país. Y la fortaleza de la oposición leal es tan importante como quién sea el próximo presidente.

Publicado en Clarín el 15 de noviembre de 2023.

Link https://www.clarin.com/opinion/respuestas-frente-erosion-democracia_0_jUQrdr6Gv3.html

spot_img
spot_img

Veinte Manzanas

spot_img

Al Toque

Rodolfo Terragno

Aerolíneas: privatizar no se improvisa

Alejandro J. Lomuto

Entre Lula y Bolsonaro, vuelve a hacerse fuerte el amplio centro en Brasil

Alejandro Garvie

Postales del fin del trabajo conocido