Despojado de su nacionalidad hace poco más de un año y exiliado desde casi tres en España, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez hace suyo el canto a la libertad que Miguel de Cervantes, cautivo en Argel, selló para la posteridad en un fragmento del Quijote.
Ramírez citó ese pasaje en un acto este viernes con motivo del homenaje anual que la ciudad española de Valladolid tributa a Cervantes, su Vecino de Honor, en la casa que habitó entre 1604 y 1606, única de cuantas existen en España vinculadas a la biografía del autor del Quijote donde consta documentalmente que residió.
“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos (…) por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida”, escribió Cervantes.
Ramírez escogió este fragmento perteneciente al capítulo LVIII de la segunda parte del Quijote donde Cervantes advierte al lector, a través del consejo dado a Sancho, acerca del espejismo de la abundancia y de las ataduras que contra la libertad individual conllevan los “beneficios y mercedes recibidas”, porque “no dejan campear el ánimo libre”.
Breve como una sentencia y suspendida como la nota final de un concierto resultó la lectura escogida para clausurar el homenaje anual a Cervantes con motivo del Día del Libro, instituido el 23 de abril por ser la fecha de la muerte del célebre escritor español.
La casa que habitó Cervantes en Valladolid se ha conservado gracias al segundo Marqués de la Vega-Inclán, de nombre Benigno y que entre 1912 y 1916, como comisario Regio de Turismo, instó al rey Alfonso XIII y al hispanista británico Archer Milton Huntington a comprar tres de las cuatro viviendas del edificio donde residió, que posteriormente fueron cedidas al Estado español. EFE