jueves 28 de marzo de 2024
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Segundo Davos sin Moscú

Los millonarios del mundo que se reúnen todos los años en la villa suiza de Davos han dejado a los bulliciosos rusos fuera de su meeting anual por segunda vez consecutiva.

Casi todos extrañan la lujuria de la Casa de Rusia –espacio sugestivamente ocupado hoy por la demandante delegación ucraniana- en la reunión anual del poder económico mundial y los negocios que se hacían con los oligarcas rusos en rubros como la alimentación, energía y medicamentos.

Hoy, con más sobriedad, las sanciones occidentales aplicadas después de la Operación especial sobre Ucrania, algunas de las más duras que jamás se hayan impuesto contra Moscú, están excluyendo a los principales agentes del poder de ese país. Y la ausencia de Rusia en Davos tiene a los funcionarios y empresarios occidentales preguntándose hasta cuándo durará este período de sanciones para volver a la rutina de las ganancias con Moscú y, mientras tanto, encontrar nuevos mercados para la energía, los metales y los alimentos.

“Rusia se ha convertido en uno de los principales exportadores de granos… y lo ha hecho bajo sanciones, y en parte en respuesta a las sanciones”, dijo Thomas Graham –especialista en desarme nuclear- quien se desempeñó como asistente especial del presidente y principal director para Rusia en el Consejo de Seguridad Nacional durante la administración de George W. Bush. Rusia comenzó a fortalecer su sector agrícola antes de que entraran en vigor las sanciones, dijo Graham. Después de que Occidente comenzó a imponer esas medidas financieras, Rusia invirtió mucho en la producción nacional de trigo, en lugar de depender de las importaciones, para alimentar a su gente.

Además de eludir las restricciones mediante la triangulación con China y otros países, es claro que: “las sanciones no tuvieron el tipo de impacto inmediato que los líderes de Occidente pensaban que podrían tener”, dijo Angela Stent, profesora de Gobierno y Servicio Exterior en la Universidad de Georgetown y directora de su Centro de Estudios de Eurasia, Rusia y Europa del Este.

Los expertos y funcionarios creían que las sanciones devastarían la economía de Rusia. Un mes después, el gobierno ruso dejó de pagar la deuda externa por primera vez en décadas. Pero a medida que pasaban los meses, la economía del país comenzó a adaptarse a una nueva normalidad.

Hoy en día, las góndolas de los almacenes y supermercados todavía están abastecidas y la vida, en su mayor parte, ha continuado de forma normal para las personas que viven en el campo y la ciudad. Inesperadamente, las sanciones han favorecido al gran contrincante de los EE.UU. Las marcas chinas ahora representan casi un tercio del mercado de automóviles de Rusia después de que las empresas occidentales abandonaran el país debido a las sanciones, según datos compilados por Reuters.

“Rusia está en gran parte aislada de Occidente, pero por supuesto no está aislada del resto del mundo. El Sur global no ha condenado a Rusia ni ha sancionado a Rusia”, dijo Stent, refiriéndose a un grupo de países que a menudo se describe como uno de los que tienen algunas de las economías más pobres y menos industrializadas. “Tienes un país como India, que es un socio de EE. UU., que es conocido por comprar grandes cantidades de petróleo ruso”.

Rusia está reinvirtiendo en relaciones diplomáticas en África, donde ha estado ampliando sus oportunidades comerciales en los últimos años. Rusia organizó su primer foro económico Rusia-África en 2019, en la ciudad “mundialista” de Sochi. Moscú también confía en el grupo Wagner, una organización paramilitar con vínculos con el Kremlin, para expandir la influencia de Rusia en el continente. Wagner está ayudando a los gobiernos de Malí, Libia y Madagascar a través de contratos de seguridad.

Y las restricciones financieras han dañado la capacidad de Rusia para realizar operaciones militares. Moscú está luchando por obtener semiconductores, que necesita para sus programas de armas. Dado que sus esfuerzos de almacenamiento se están quedando atrás, Moscú ahora está forjando nuevas asociaciones de defensa con Irán y Corea del Norte para ayudar en su lucha en Ucrania.

Pese a algunos resquemores y tironeos entre los EE.UU. y la UE, “la alienación con Occidente es casi total en la estrategia de sanciones”, dijo Graham. “Y es difícil ver las circunstancias bajo las cuales se reactivaría la relación de manera significativa en el futuro cercano”.

Al cierre del foro, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva dijo: “Mi mensaje es: es menos malo de lo que temíamos hace un par de meses, pero menos malo todavía no significa bueno”. Esas palabras de cierre parecen haber dado un poco de esperanza a los más de 2.700 asistentes que al llegar completaron la encuesta de rigor del Foro. En la misma, dos tercios de los principales economistas creen que es probable que haya una recesión global en 2023, y casi uno de cada cinco dice que es seguro que ocurra. Los líderes empresariales también estaban ansiosos: el 73 por ciento de los directores generales de todo el mundo creían que el crecimiento económico mundial disminuirá en los próximos 12 meses. La encuesta mostró el ánimo más pesimista desde la primera realizada por el Foro hace 12 años.

Aparentemente, las palabras de Georgieva y el cierre de Christine Lagarde augurando el repunte de la economía China debido a su abandono de la política de Covid 0 –que causará muchos muertos agregó cínicamente– insuflaron cierto moderado optimismo en una audiencia ávida de buenas noticias.

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