“Hay quien es todavía más prisionero que yo”, era la frase que resumía la única esperanza posible.
Albert Camus, La peste.
“Transcurridos cincuenta días de cuarentena (al momento de esta nota ya mas de sesenta) los argentinos evidenciamos altos niveles de preocupación, incertidumbre y ansiedad”. Así lo señala el último estudio de la serie coronavirus “50 días de cuarentena: salud mental, economía y gestión política” llevado adelante por el Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. El relevamiento se organizó en torno a tres ejes bien definidos: salud mental, economía y gestión de gobierno a nivel país, y estuvo centrada en los principales centros urbanos.
En este artículo presentaré un breve resumen con el afán de invitar a la reflexión sobre la necesidad de pensar estrategias y políticas públicas que contrarresten y/o aplaquen los efectos negativos de las medidas sanitarias necesarias que debieron adoptarse por la pandemia, y aspectos esenciales a tener en cuenta a la hora del abordaje de la salida de la cuarentena.
Le dedicaré un énfasis especial al tema de la salud mental, ya que es uno de los aspectos menos considerados por los gobiernos en el marco de las pandemias (OMS) y, sin embargo, es una variable psicosocial determinante para llevar adelante las medidas sanitarias necesarias y por supuesto para enfrentar los efectos económicos suscitados por la situación.
Economía vs. salud mental o la falsa dicotomía
Los principales temores que manifiestan las personas en el estudio mencionado sobre la economía se refieren a la posible reducción de los ingresos familiares, la merma en las oportunidades de empleo y/o a perder el trabajo actual. El 74% de la gente cree que sus ingresos se reducirán mucho o directamente no tendrán ingresos y casi el 70% de los segmentos más vulnerables de la población (estratos bajos y muy bajos) manifestó que sus recursos económicos se agotarán en un mes.
La preocupación sobre la economía personal y familiar crece a medida que se desciende en la escala social, observándose mayor intensidad (8,5% sobre un máximo de 10) que en el estudio realizado el 25 de abril.
Al 58% de la población le preocupa más la salud que la economía mientras que al 42% restante lo expresa de modo inverso. Lo cierto es que economía y salud están en el tope de las preocupaciones de los argentinos, y de manera bastante equilibrada.
La salud es un concepto integral
Según el informe al que nos venimos refiriendo, la pandemia del COVID-19 y los cincuenta (ya sesenta) días de aislamiento, han tenido un impacto psicológico negativo sobre la salud mental de la población. Resulta muy significativo que los índices más preocupantes en este sentido se manifiesten en el segmento entre 18-29 años, quienes expresan los índices más altos de ansiedad, depresión y pérdida del sentido de la vida. Y otra vez, los sectores más vulnerables de la población son los que presentan mayor intensidad en las emociones negativas.
Paralelamente a estos datos, hemos presentado otro estudio especifico sobre el tema de salud mental que compara índices de riesgo psicológico entre los 7-11 días del aislamiento y los 51-56 días (1).
Allí se observa claramente como el malestar psicológico de la población se ha duplicado en toda su sintomatología negativa. Asimismo, se detecta un incremento también significativo de la cantidad de personas en riesgo de padecer un trastorno mental. Y coincidente con el anterior estudio, los adultos jóvenes manifiestan mayor sintomatología que los mayores, y con mayor intensidad en los sectores más vulnerables, quienes a su vez tienen aun más dificultado el acceso a la salud. Incremento de la automedicación, trastornos del dormir, desatención de los problemas médicos anteriores al COVID-19 y aumento del consumo de alcohol son todos indicadores del malestar que expresa el 70% de la población.
Evaluación de la gestión de gobierno
Las opiniones acerca si el país está preparado para enfrentar el coronavirus aparecen divididas en tres partes casi iguales. Un 38% cree que “en absoluto el país está preparado”, mientras que un 29% considera que si lo está y un 33% dice no saberlo.
Las consideraciones emanadas del estudio respecto de la gestión de la crisis indican que un 77% de la población aprueba la gestión del Alberto Fernández, aunque bajando 10 puntos porcentuales con respecto a la medición anterior del 21 de abril. Lo mismo ocurrió respecto a las gestiones de Larreta y Kicillof quienes bajaron 8 y 7 puntos porcentuales respectivamente.
Respecto a la crisis sanitaria un 76% percibe que el gobierno nacional (a cargo de Alberto Fernández) está priorizando lo sanitario por sobre lo económico.
¿Para qué sirven estos datos?
Todo intento de buen gobierno exige algo más que la buena intuición o lectura política, con toda la valoración positiva que pueda hacerse de ella. La importancia de contar con estos datos excede por mucho el interés de lo estrictamente académico. Las políticas públicas deben estar basadas en indicadores reales para que, una vez implementadas, puedan ser monitoreadas para optimizar la gestión y medir su impacto. Conocer sobre que realidad se toman decisiones resulta indispensable para las acciones de gobierno, más aun cuando las realidades se subvierten drásticamente por un evento inesperado.
La irrupción de la pandemia del coronavirus trajo consigo cambios inesperados en las vidas de las personas, con consecuencias sobre la salud y la economía que generan un riesgo psicosocial elevado. Sin embargo, se muestra claramente como los jóvenes y las mujeres de los sectores de menores recursos son los que más están sufriendo las consecuencias de esta crisis.
Pensar políticas diferenciadas con foco en esta población redundaría en un beneficio más allá de la coyuntura. Es necesario considerar las respuestas de los grupos poblacionales afectados en términos conductuales, para pensar mejores propuestas a la hora de abordarlas y lograr su participación en las medidas requeridas para controlar la epidemia.
Más allá de la gestión de la emergencia sanitaria, se requiere pensar en un escenario pospandemia donde los múltiples problemas de la Argentina, ahora agravados a niveles aun no suficientemente dimensionados, puedan atenderse de manera responsable, con una política alejada del populismo y basada en datos objetivos. Una política responsable que posibilite resolver algunos de los acuciantes problemas que afectan a nuestra sociedad, fortaleciendo la confianza en el sistema democrático y las instituciones.
Link a información de los estudios
https://www.psi.uba.ar/opsa/informes/Crisis%20Coronavirus%206%2010-5-2020-FINAL.pdf
https://www.psi.uba.ar/opsa/informes/Crisis%20Coronavirus%207.pdf
1. Salud mental en cuarentena. Relevamiento del impacto psicológico a los 7-11 y 50-55 días de la cuarentena en poblacion argentina. Observatorio de Psicología Social Aplicada. Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. https://www.psi.uba.ar/opsa/