Con organización de la Fundación Alem y el radicalismo de la provincia de Buenos Aires, los especialistas analizaron la caída de otras dictaduras, las irregularidades en las elecciones del 28 de julio, el plan de la oposición de presentar las actas de los comicios y el impacto que tendrá en la región el desenlace de la pulseada contra el chavismo.
Expertos y referentes del radicalismo analizaron el impacto en la región y posibles salidas ante la crisis que generó el fraude de la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela. En una charla organizada por el Comité de la provincia de Buenos Aires y la Fundación Alem, repasaron antecedentes de salidas de otros regímenes autoritarios e hicieron un cruce con cómo pudiera la oposición venezolana encauzar una transición hacia la democracia.
Miguel De Luca, doctor en Investigación en Ciencia Política, recordó que son pocos los casos de dictaduras que cedieron el poder tras convocar elecciones por su propia cuenta, sin haber encarado alguna negociación previa.
“Suelen salir por una derrota militar con alguna intervención de terceros países, o por garantizar una elección con alto grado de transparencia”, remarcó De Luca.
Tomó por casos la dictadura de Filipinas, donde hubo elecciones trampeadas, más el asesinato del líder de la oposición, lo que conllevó a una revuelta popular y a que Estados Unidos quitase apoyo a quienes tenían el poder. También citó a Chile, donde la Constitución garantizó a Augusto Pinochet preservar poder en las Fuerzas Armadas y luego, además, continuar su carrera como senador.
“Se le garantizó enclaves autoritarios y garantías”.
Manuel Terrádez, licenciado en Ciencias Políticas y especializado en temas electorales, repasó varias de las irregularidades que ejecutó el chavismo en la previa de la contienda, como lo fue evitar que votaran alrededor de cinco millones de venezolanos en el exterior, o que María Corina Machado pudiera inscribirse como candidata, pues la justicia, que maneja el chavismo, la dejó inhabilitada.
“Las actas son la base de un escrutinio y permiten reconstruir lo que ocurrió en un proceso electoral. Es una prueba documental. Tienen que ser accesibles para poder hacer estudios que permitan detectar irregularidades”, señaló Terrádez.
En ese sentido elogió la estrategia del comando de Corina Machado y Edmundo González para salvaguardar las actas, al tiempo que criticó al chavismo por esconderlas.
“Hubo una iniciativa política de la oposición que fue muy inteligente. Las actas parecen ser muy confiables”, consideró. Y contrapuso: “Ya las actas que presente el Consejo Nacional Electoral no sirven, han tenido mucho tiempo para hacer maldades”.
En la plataforma web que armó la oposición, las actas cuentan con el número de votos por escuela, mesa, ciudad y estado (provincia), además de las firmas de autoridades y testigos (fiscales). A eso se suma un QR que las hace accesibles desde cualquier dispositivo electrónico con conexión a internet.
Pasados diez días de la elección, el Consejo Nacional Electoral, manejado por el chavismo, no hizo ningún desglose.
Consecuencias inevitables para la región
Lo que suceda en Venezuela, bien sea la continuidad de la dictadura de Maduro o una transición hacia la democracia, tendrá consecuencias que salpicarán a toda la región.
Elsa Llenderrozas, politóloga y magister en Relaciones Internacionales, puso la lupa en que Maduro no se sostiene únicamente por las cúpulas militares y esas armas, sino también por actividades ilícitas como el narcotráfico.
Una caída de la dictadura conllevaría no solo el desafío de reinstitucionalizar el país sino también el desmantelamiento de esas estructuras paraestatales.
“Afectaría la seguridad regional, especialmente Colombia y Brasil. Por eso son los principales interlocutores para buscar alguna forma de contención”.
En el escenario de que Maduro continúe prevé más represión y violencia contra la sociedad venezolana.
“Habrá una oleada migratoria, especialmente hacia Colombia y Brasil”.
Por otra parte advirtió que el solo reconocimiento de países a Edmundo González como presidente electo no garantiza que pueda asumir el poder.
Lilia Puig, parlamentaria del Parlasur, alertó que no puede analizarse este caso como en las dictaduras sudamericanas de la década de 1980, en tanto Venezuela tiene impacto y apoyo de potencias como Rusia, China e Irán.
Puig fue crítica de la postura que ha asumido Javier Milei, pues si bien en la embajada argentina en Caracas permanecen aislados seis colaboradores de Corina Machado, conducir hacia una ruptura total de relaciones diplomáticas con Venezuela podría dejar el terreno despejado para países que no son del continente ni del hemisferio.
“Venezuela, aislada, continuará respaldada en Rusia, China, Irán”.
Con respecto al Mercosur consideró clave que todos los países miembros tengan como bandera común la democracia y el respeto a los derechos humanos, más allá de las diferencias ideológicas o de gestión que tenga cada gobierno.
“La democracia tiene que ser pilar del Mercosur. Y el mundo no se puede dividir entre comunistas o no comunistas como pretende el presidente Milei, en tal caso, países democráticos o no democráticos”.
Junto con Agustín Campero, presidente de la Fundación Alem, coincidió en que el radicalismo, como partido que ha luchado históricamente por el valor y la preservación democrática, debe alzar su voz y hacerse escuchar en esa dirección.
Y elogió, también, la lucha del pueblo venezolano, que además de la persecución de Maduro y los militares, padece una crisis económica y alimentaria, que no ha logrado que la gente abandone las calles.
“Los venezolanos creen en la democracia, son democráticos y siguen saliendo pese a las desapariciones y la persecución”, aplaudió Puig.
