miércoles 9 de octubre de 2024
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Para esto sí debe haber plata

Mientras un pelotón, de funcionarios de distintos rangos, siguen viajando a destajo por el mundo, un puñado de los chicos y chicas más destacados se ven anclados en Buenos Aires bajo el lema ¨No hay plata¨. Las Olimpíadas en distintas disciplinas tienen una larga historia en Argentina y hemos sabido cosechar innumerables logros a lo largo de los últimos 40 años.

Estos estudiantes, apasionados por la ciencia, estudian, se esfuerzan, compiten, se agigantan a lo largo de su escolaridad. Forman parte de un colectivo que tiene poca visibilidad porque no pertenecen al grupo de donde emergen los Maradona o los Messi, pero sí podrían ser parte de los menos considerados por la sociedad y de los cuales surgieron Bernardo Houssay, Luis Federico Leloir y César Milstein.

Adolescentes a lo largo y ancho del país participan de las Olimpíadas de Matemática, Física, Química, Astronomía, Biología o Informática entre otras y después de una serie de instancia escolares, regionales, provinciales y nacionales llegan a un selectivo ultra exigente de cuyas entrañas surge un grupo de entre 4 y 6 jóvenes que nos representan en Olimpíadas Internacionales en diferentes puntos del planeta.

Este año, por ejemplo, la Olimpíada Internacional de Biología se realizará en Astana -Kazajistán- del 7 al 14 de julio, la Olimpíada Internacional de Informática será en septiembre, en Alejandría, Egipto; el certamen de Matemática se lleva adelante desde hace 75 y esta vez la cita es a mediados de julio en Bath -Reino Unido-; la competencia internacional de Química es en Riad, Arabia Saudita.

A cada competencia asiste un grupo de chicos acompañados por uno o dos profesores universitarios que son parte de un equipo que los entrena muy duro durante semanas. Pero el placer por el conocimiento supera cualquier obstáculo. Bueno, casi cualquiera, porque a menudo estos jóvenes necesitan fondos para solventar pasajes aéreos, hoteles y comidas.

Son pibes del Instituto Politécnico de Buenos Aires, del ILSE, de la Escuela Nuestra Señora de Fátima, del Instituto Industrial Huergo, de la EETP N°279, del Instituto Politécnico Superior General San Martín, del Colegio Nacional de Buenos Aires, de la Escuela Técnica ORT, de la Escuela Técnica N° 469, del Colegio Anglo Americano Alta Gracia, de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, del Colegio Nacional de Monserrat, de la Escuela Técnica Arq. Fco. Pinaroli, de la E.E.T.P N°696, de la Escuela Paritaria Italo Argentina Dante Alighieri, de la Escuela Experimental ProA de La Falda entre muchísimas otras.

Parece que para esto en el país ¨no hay plata¨. ¿Pueden algunos funcionarios ser tan obtusos e incapaces para malograr estas actividades? ¿Pretenden acaso hacernos creer que el Ministerio de Desarrollo Humano -que este año no compró 14 millones de libros- o que el Senado de Nación que discontinuó el “Premio a las Ciencias Matemáticas” y que eran quienes regularmente financiaban estos viajes no tienen los fondos suficientes? No. No podemos permitir que ellos hagan de la Argentina una nación empobrecida intelectualmente.

Publicado en Clarín el 26 de junio de 2024.

Link https://www.clarin.com/opinion/debe-plata_0_KGxVxdLfjP.html

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