martes 8 de julio de 2025
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Nicaragua: El camino de la transición democrática

La necesidad de la transición democrática en Nicaragua es imperante para lograr la estabilidad, la justicia y los derechos fundamentales en el país.

La dictadura de los Ortega Murillo, en el afán de apuntalar su proyecto totalitario y la sucesión de Ortega, hizo aprobar la nueva Constitución -disfrazada de reformas- que establece la copresidencia (Ortega y Murillo),elimina la división de poderes del Estado y anula las libertades ciudadanas.

Sin embargo, la sucesión no es un camino allanado para el orteguismo. Al interior de sus filas, hay fisuras, persecución y purgas. Trabajadores del Estado, incluyendo policías y oficiales del ejército, de nivel intermedio y bajo, son objeto de chantaje y amenazas permanentemente. De otra parte, la aprobación de la población a la dictadura muestra su nivel más bajo históricamente. La última encuesta apunta que el orteguismo cuenta con menos del 13 % de apoyo.

La transición a la democracia en Nicaragua, pasa inevitablemente por el cumplimiento de demandas indispensables. Algunas de ellas están recogidas en los acuerdos que la dictadura suscribió con representantes de la oposición en marzo del 2019, pero que nunca cumplió.

Hoy esas demandas son: la liberación de todos los presos políticos, el respeto y la garantía de libertades fundamentales como la de expresión, de organización y de manifestación pública.

La persecución, el acoso policial y las amenazas contra opositores deben cesar, garantizando que ninguna persona sea detenida sin orden judicial y que los derechos civiles y políticos sean plenamente restablecidos, incluyendo la restitución de la nacionalidad a quienes hayan sido desnacionalizados. Además, es fundamental anular condenas y juicios por motivos políticos, tanto para quienes están dentro como fuera del país. El retorno seguro de los exiliados y la devolución de sus propiedades son pasos igualmente indispensables. En el ámbito electoral, es imperativo reorganizar el sistema y la ley electoral para garantizar procesos transparentes, neutrales y participativos, con mecanismos efectivos para la defensa del voto y la participación equitativa de todos los partidos políticos. La observación internacional será clave para asegurarla legitimidad de los comicios.

Finalmente, la supervisión y cumplimiento de estas exigencias deben contar con la participación de organismos internacionales, garantizando que sean efectivamente cumplidas. Solo mediante un proceso de transición que cumpla estas demandas, Nicaragua podrá avanzar hacia una democracia plena, con respeto a los derechos humanos, libertad y justicia.

Publicado por Unamos.

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