En el Panteón Nacional de Francia, un imponente monumento del siglo XVIII, de estilo neoclásico, situado en el V distrito de París en el corazón del Barrio Latino, descansan los restos de los héroes de la Patria. Alberga los féretros de 75 hombres y 6 mujeres que se destacaron especialmente a lo largo de su historia.
Entre otros, están allí Voltaire, Rousseau, Victor Hugo, Émile Zola, Jean Jaurès, Jean Moulin, Louis Braille, Jean Monnet, el padre de la termodinámica Sadi Carnot, Pierre y Marie Curie, André Malraux y Jacques-Germain Soufflot, su arquitecto.
También están allí enterrados Germaine Tillion, Geneviève de Gaulle-Anthonioz, Jean Zay y Pierre Brossolette, miembros de la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial, Simone Veil, abogada y política sobreviviente del Holocausto y primera mujer en presidir el Parlamento europeo y promotora del proceso de integración europea, junto con su marido, y Joséphine Baker, la bailarina, cantante y actriz francesa de origen afroamericano, considerada la primera vedette y estrella internacional, que fue espía francesa contra la Alemania nazi y activista por los derechos de las personas negras, la cuarta personalidad de origen africano tras Félix Éboué, Aimé Césaire y Alexandre Dumas.
El 21 de febrero pasado entraron al Panteón Missak y Mélinée Manouchian, sobrevivientes del genocidio armenio, que fueron también miembros de la resistencia francesa frente a la ocupación alemana.
Esto ocurre 80 años después de que Missak, obrero y poeta, integrante de una organización partisana, fuera ejecutado por los nazis. Melinée, su gran amor, sobrevivirá y dará testimonio de sus vidas. Ella falleció en 1989. En este reconocimiento también estuvieron los otros 21 partisanos que fueron fusilados junto a él en el Monte Valerien. Missak y Melinée son los primeros extranjeros en ser enterrados en el Panteón junto a los otros héroes franceses.
La propaganda nazi había empapelado las calles de París con afiches con fotografías de diez miembros del grupo Manouchian, sobre un fondo rojo, denunciando “al ejército del crimen contra Francia”. Todos ellos entrarán en la leyenda bajo el nombre de “L’Affiche rouge“, que inspiró en Louis Aragón un poema, musicalizado por Léo Ferré, y varias películas.
Según los fundamentos de la decisión, Missak y Melinée encarnan los valores universales de libertad, igualdad y fraternidad, en nombre de los cuales defendió la República. “La sangre derramada por Francia es del mismo color para todos”, remarcó el presidente Emmanuel Macron.
Un reconocimiento de que el patriotismo no es un atributo exclusivo de una bandera. Extranjeros e inmigrantes forzados al desarraigo por persecuciones, matanzas, guerras o crisis económicas y sociales fueron, son, pueden ser también ciudadanos del mundo y, a la vez, patriotas ejemplares en la defensa de la dignidad humana en el lugar que habitan.