sábado 18 de mayo de 2024
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Memorias y desmemorias presidenciales

Entre los organismos estatales eliminados por decreto hay algunos que ni siquiera llegaron a funcionar: inscriptos en la letra, jamás existieron en la realidad. Es el caso del Sistema Nacional de Museos y Archivos Presidenciales. Creado por decreto en 1999 (209/99), tenía como propósito “administrar, custodiar, inventariar, clasificar, preservar y difundir el patrimonio histórico presidencial el cual comprende los archivos, documentos y objetos relacionados con las actividades constitucionales, legales y ceremoniales de los ciudadanos que hayan ejercido la Primera Magistratura desde 1983”.

Curiosamente, fue una idea de Carlos Menem, el único presidente argentino del siglo XX, junto a Victorino de la Plaza, incluido antojadizamente en el flamante Salón de los Próceres del presidente Milei en la Casa Rosada. Nunca funcionó ni tuvo autoridades pero sobrevivió en el organigrama durante 24 años y seis presidencias.

Maria Coutinho, politóloga de la Universidad Di Tella, en su cuenta de X, dio detalles de la frustrada iniciativa que la tuvo como protagonista: “Me tocó intervenir en el diseño de esa norma, medio a regañadientes, aunque intenté incorporar una cuestión de fondo en el que sigo creyendo: preservar el acervo, la documentación y los archivos de los presidentes. El esquema estaba inspirado en EEUU (https://archives.gov/presidential-libraries…) ¿Por qué? Carlos Menem había visitado la biblioteca presidencial de Bush y estaba fascinado. Volvió y dijo que quería algo así. Sobre todo el museo, no tanto los archivos”.

“A mí me tocó investigar y averiguar cómo darle forma”, cuenta Coutinho. Viajó a EE.UU. para interiorizarse de cómo funcionaban allí los archivos presidenciales y museos, hubo reuniones con sus responsables en Washington. “El sistema es fascinante pero difícilmente trasladable, sobre todo la parte que hace a los museos que requieren el financiamiento privado. El sistema no se implementó. Iba a realizarse por ley y terminó siendo por decreto. Generó rispideces en actores del sistema. Creo que más allá del fracaso preanunciado del esquema nos debemos (un) sistema de preservación, sistematización y disponibilidad de los archivos presidenciales”, concluye Coutinho.

Hubo otra iniciativa que sí tuvo concreción parcial: el Fondo Documental Raúl Alfonsín, un proyecto impulsado por quien fuera su vocero, José Ignacio López y la familia Alfonsín, con la donación de papeles, documentos y pertenencias personales del ex presidente que se expusieron en el Museo de la Casa Rosada y están actualmente en la Biblioteca Nacional y el Archivo General de la Nación.

En el desván de la memoria presidencial quedan los considerandos del fenecido decreto firmado por Menem: “Que el ejercicio de la Presidencia de la Nación merece ser registrado y difundido adecuadamente con el fin de favorecer una mejor comprensión de la Institución, de la historia argentina y del sistema político en el marco de la democracia. Que el año 1983 constituye un punto de inflexión en la historia institucional y política argentina por cuanto significó la recuperación definitiva de la democracia y el imperio de la Constitución Nacional”.

¿Habrá alguna relación entre el desinterés en ocuparse de resguardar esta memoria de las presidencias y la concepción patrimonial según la cual cada Presidente es dueño de su cargo antes que un mandatario e inquilino del mismo?

Publicado en Clarín el 16 de marzo de 2024.

Link https://www.clarin.com/opinion/memorias-desmemorias-presidenciales_0_klLJECecmC.html

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