La presentación de las listas de precandidatos para las próximas PASO 2021, dejó mucho material para el análisis político, pero podríamos destacar algunas conclusiones. Primero, solo el 28% de los partidos que presentaron listas tendrán competencia interna, esto es más que el promedio histórico, pero evidentemente las PASO todavía no son un mecanismo que se use de manera extendida.
Segundo, hemos visto esfuerzos desmedidos en varias fuerzas políticas para tratar de evitar la competencia interna, recurriendo a los tradicionales acuerdos de cúpula, que siguen siendo el mecanismo predilecto de los partidos políticos para evitar el desgaste, o los riesgos de una campaña que puede terminar dando la imagen de una pelea interna desfavorable.
En tercer lugar, las PASO entonces no son un mecanismo para democratizar la política, sino un dispositivo para tratar de evitar en el último minuto, las fracturas o las defecciones. Eso no es nada despreciable, de hecho, a Juntos por el Cambio le van a servir en 17 provincias, para tratar de evitar o procesar fricciones que vienen creciendo desde que se dejó el poder, y que amenazaron seriamente la unidad del espacio.
Finalmente, desde el punto de vista de las relaciones de poder, no hubo mayores sorpresas, el gobierno con mayor capacidad de formatear una coalición legislativa, de corte predominantemente kirchnerista, de hecho usará las pasos solamente en seis provincias, mientras que en Juntos por el Cambio, a pesar de la predominancia no hegemónica de Rodríguez Larreta, queda por verse cómo quedan los ganadores y los perdedores, y se verá también en la cancha, los resultados de algunas apuestas riesgosas que tomó en esta etapa preelectoral.
