lunes 11 de noviembre de 2024
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Maduro reabre cárceles de máxima seguridad y amenaza en convertirlas en campos de concentración para opositores

El dictador no descartó que los presos políticos sean obligados a trabajos forzados como la construcción de rutas. Corina Machado pasó a la clandestinidad.

La dictadura de Nicolás Maduro arrecia su represión y persecución en Venezuela. El líder chavista anunció la reapertura de dos cárceles de máxima seguridad para enviar allí a personas que sean detenidas por protestar, denunciar que hubo fraude o exigir que se restituya la democracia.

“Estarán listas en 15 días. Todos los guarimberos van para Tocorón y Tocuyito. Tenemos más de 1.000 capturados y los vamos a agarrar a toditos y no va a haber perdón”, amenazó Maduro durante una alocución.

Guarimberos es la manera despectiva con la que el chavismo se refiere a opositores que protestan en la calle, tanto en marchas como en manifestaciones.

Tocorón y Tocuyito fueron, hasta hace pocas semanas, las dos cárceles más peligrosas de Venezuela. Allí enviaban a asesinos, violadores, secuestradores, narcotraficantes. Por años los presos controlaban los penales, sin que hubiera custodios, policías ni militares dentro.

En el caso de Tocorón ganó resonancia por varios reportajes que mostraron sectores de la prisión en los que había un boliche, restaurantes como “El sazón del hampa”, un banco, ferias ambulantes con venta de alimentos, un zoológico, una cancha de béisbol y una pileta.

Maduro deslizó la idea de instaurar una especie de campos de concentración donde los opositores sean “reeducados” (sic). “Veremos si estas cárceles logran convertirse en granjas productivas, […] como hacían en aquella época. Los sacaban a hacer carreteras. Hay muchos caminos que hacer, que vayan a hacer carreteras”.

En dictaduras anteriores de Venezuela, en el siglo XX, hubo cientos de presos políticos que murieron al ser sometidos a largas jornadas de trabajos forzados como construcción de obras o limpieza de rutas.

Con todo, un primer grupo con 75 presos políticos ya fue enviado a la cárcel de Yare, otra de las más peligrosas de Venezuela, y donde en el pasado también fueron recluidos varios grupos de lo que el chavismo llama “guarimberos”. En un video se los ve con un uniforme celeste. A todos les raparon la cabeza y los obligaron a marchar y hacer un saludo de “Chávez vive y la patria sigue”. Quedaron imputados por terrorismo, traición a la patria, instigación al odio, instigación pública y asociación para delinquir. Quizá sea un adelanto de lo que pretende Maduro para futuras detenciones, en horas en las que no cede violencia chavista.

En la clandestinidad

María Corina Machado, líder de la oposición, blanqueó en una nota publicada en The Wall Street Journal que pasó a la clandestinidad. “Temo por mi vida, mientras escribo esto me pueden detener”.

Machado no aparece públicamente desde el martes, tampoco Edmundo González. Juntos, encabezaron una marcha. En la columna, la dirigente denuncia el acoso al que está sometido su equipo de trabajo y pide a militantes mantenerse atentos para evitar ser detenidos. Insistió en que la oposición tuvo un triunfo histórico y que las actas lo demuestran, pero será clave el peso de la comunidad internacional.

El 3 de agosto convocaron marchas en todo el país.

El comité nacional de Vente Venezuela fue vandalizado por seis hombres armados que irrumpieron a la madrugada, hicieron destrozos y pintadas y robaron computadoras y equipos de trabajo.

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