La elección en la que todo era previsible deja a Venezuela sola con los apoyos del “eje del mal” y a sus simpatizantes regionales sin margen para seguir acompañando al gobierno de Nicolás Maduro. En tanto, el plato fuerte ya tiene contendientes definitivos y muchas especulaciones en torno a Kamala Harris y su gente.
El chavismo agotó toda posibilidad de que los apoyos progresistas de la región puedan darle algo de aire al proyecto que con “buenas intenciones” se ha transformado en un régimen cada vez menos democrático y más centrado en sí mismo, una especie de stalinismo caribeño con líderes que intrigan y se perpetúan en el poder.
En este año super electoral queda la frutilla del postre, la votación más importante, la que tal vez defina o acelere un nuevo orden mundial. Allí está el sobreviviente de un reciente atentado que se llevó parte de su oreja derecha, Donald Trump, que eligió al senador republicano por Ohio J.D. Vance, de 39 años. Nacido con el nombre de James David Bowman, fue criado por sus abuelos maternos -en el seno de una familia blanca de clase trabajadora del Rust Belt – porque su madre era alcohólica y su padre estuvo ausente. Vance, un conservador acérrimo, que sirvió en Irak y se graduó en Yale para dedicarse a las inversiones de riesgo, le da a la fórmula republicana juventud y ascendencia sobre la castigada población del medio oeste que Vance retrató en un best seller.
Pero la novedad más importante la provee el partido demócrata que luego de la renuncia a la reelección de un desgastado Joe Biden dejó en primer plano a su vice Kamala Harris quien acaba de ser confirmada por la Convención del partido y quien ha elegido a su vice, el gobernador de Minnesota, Tim Waltz.
Waltz, proveniente del ala izquierda del partido demócrata no es muy conocido; según una encuesta de NPR/Marist, el 70 por ciento de los votantes registrados no tienen una opinión sobre él o directamente no lo conocen.
Su gestión como gobernador revela su perfil ampliamente progresista. Walz consagró 20 semanas de licencia médica y familiar paga, protegió los derechos de aborto y firmó un par de leyes “escudo” para las personas que viajan a Minnesota para recibir atención médica que reafirme su género, legalizó el uso recreativo de la marihuana, restableció el derecho a voto para 55.000 delincuentes en libertad condicional, permitió que los inmigrantes indocumentados puedan obtener una licencia de conducir y creó un programa de acceso a medicamentos. Además de impulsar los objetivos sobre el cambio climático y energías renovables, Walts convirtió a Minnesota en uno de los seis estados que ofrece almuerzos escolares gratuitos universales y propuso una expansión del crédito fiscal por hijo y fijó miles de millones en aumentos de algunos impuestos.
En caso de que la fórmula Harris-Waltz llegue al poder, se espera una bocanada de aire fresco en la Casa Blanca con el nombramiento de un gabinete de personas jóvenes, aunque no se desprenderá de nombres familiares. Veamos algunos relevantes para nuestra región.
La actual secretaria de Comercio, Gina Raimondo, es popular entre los empresarios y podría ser considerada para el Tesoro. Wally Adeyemo, ahora subsecretario del Tesoro, es uno de los funcionarios de Biden con más probabilidades de ser promovido en una administración de Harris. Otro lugar para hacer historia, tal vez con Michèle Flournoy, quien fue subsecretaria de Defensa para políticas bajo el presidente Obama, como la primera mujer en dirigir el Pentágono.
Tom Nides, embajador de Estados Unidos en Israel con Biden y subsecretario de Estado con Obama, ahora en el gigante de capital privado e inmobiliario Blackstone, suena para ocupar el puesto de Representante comercial de los EE.UU., embajador de la ONU u otros puestos internacionales de alto nivel.
Por supuesto que Harris está en la línea de los llamados globalistas, con fuerte apoyo a Israel e involucramiento con el sostenimiento de la OTAN y el proyecto europeísta.
De Donald Trump se puede esperar más de lo mismo que ya hemos visto en su presidencia, aunque promete aumentar la intensidad de su ataque al “estado profundo” con un enorme desmantelamiento de la burocracia federal, más proteccionismo y un involucramiento menor en asuntos internacionales, reducidos a su creencia de que las relaciones personales entre los líderes mundiales son más importantes que las políticas y las instituciones.
Por ahora hay una paridad en las encuestas y aunque falta mucho para el 5 de noviembre no hay duda que será una elección cabeza a cabeza como la presidencial anterior.