martes 30 de abril de 2024
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Loris Zanatta: “La visión mesiánica de Milei no es aplicable al mundo contemporáneo y a una sociedad moderna como la argentina”

El prestigioso ensayista y profesor de historia de la Universidad de Bolonia habló ante un encuentro virtual organizado por la Fundación Alem y que congregó a numerosos asistentes entre quienes se encontraban algunos de los principales referentes y dirigentes de la UCR de todo el país.

Al disertar en un encuentro convocado por la Fundación Alem, el prestigioso ensayista y profesor de historia de la Universidad de Bolonia, Loris Zanatta, juzgó que Javier Milei al igual que Néstor Kirchner “tiene un relato populista”; describió que el Presidente encarna un “populismo”, que él mismo ha creado “a su medida” para justificar su prédica en pos de “combatir” y “eliminar” al populismo que gobernó y sumergió a la Argentina en la crisis que aún padece el país; dijo que el Presidente carece de una “visión pluralista del mundo” y evidencia una “visión religiosa” que lo lleva a pretender desempeñarse en el poder como aquel “visionario que recibió la ‘tabla de las leyes’ de parte de Dios “o como él dice ‘de las fuerzas del cielo’”, que consideró “difícilmente compatible con la democracia”, tras lo cual no sólo dudó sino que consideró que el camino elegido por el gobierno ‘libertario “no va a funcionar a menos que logre entender que esta visión mesiánica de la historia no es aplicable al mundo contemporáneo y a una sociedad moderna como la argentina”, a la vez que dejó abierto como interrogante que puedan ser “duraderos” los cambios que promueve la administración libertaria con medidas implementadas “a las patadas” y no a través consensos con la oposición.

El prestigioso historiador juzgó que Milei ha planteado en su ‘relato’ que el populismo debe ser “expiado, combatido y eliminado”. Apuntó: “No lo sabemos, pero podría ser que después de la expiación, atravesado el desierto, haya resultados positivos” para la situación económica del país. Y completó: “Puede ser que, efectivamente un programa de shock económico, en el mediano plazo de resultados que terminen mejorando las condiciones de vida de una parte relevante de la población. ¿Si esto no se hace sobre consensos, sino que se hace sobre la base de la guerra cultural, si esto no se basa sobre la legitimidad institucional sino a patadas, como se está haciendo, aun cuando haya resultados positivos, van a ser duraderos?, ¿van a aguantar cuando los ciclos económicos hagan ver el lado negativo de los logros. Esa es mi preocupación”, remarcó ante los numerosos asistentes al encuentro virtual en el que Zanatta recibió la bienvenida de parte del presidente de la Fundación Alem, Agustín Campero, tras lo cual el diputado nacional, Fabio Quetglas, hizo una breve ‘presentación formal’ del prestigioso expositor.

Zanatta dejó abierta ese interrogante al reflexionar sobre qué podría suceder luego de recorrer el camino que abrió el gobierno a partir de las medidas adoptadas en lo que va de su gestión. Dijo que Milei “al igual que Kirchner tiene un relato populista” y encarna un “populismo”, que él mismo ha creado a su medida para justificar su prédica en pos de “combatir” y “eliminar” al populismo. “No hay día en que Milei no diga que está conduciendo una batalla cultural, una verdadera guerra ideológica, una cruzada en contra del populismo. ¿Qué entiende Milei por populismo? Desde su punto de vista el populismo es esencialmente un fenómeno económico y hubo una corriente de estudio del populismo principalmente en los años 70 y 80 en el siglo pasado que identificaba el fenómeno populista esencialmente como un fenómeno económico; el populismo entendido como un abuso en las finanzas públicas; un exceso clientelar en el aprovechamiento de los recursos estatales; un sacrificio de futuro en pro de la ventaja económica inmediata y esto sería el populismo económico y es seguramente a ese tipo de populismo al que se refiere Milei cuando habla del combate el populismo”.

Advirtió que “si lo entendemos así podría caerse en la idea en que ‘los populistas son los demás’ porque cada uno se pone en el lugar del bien e identifica con el populismo el mal. Para Milei, por supuesto, si hace una cruzada contra el populismo, es porque él (piensa que) con el populismo no tiene nada que ver y populistas son los de antes”, puntualizó ya en el inicio de una extensa y profunda reflexión acerca de lo rasgos del populismo para lo cual citó al filósofo e historiador liberal, Isaiah Berlin para sustentar sus consideraciones sobre el perfil populista de Milei.

Describió que, precisamente Berlin refiere que uno de los rasgos del populismo “es que generalmente el populismo es un fenómeno anti político (por el cual) la idea de pueblo no es la de un pueblo artificial, institucional, reglamentado en instituciones políticas, sino que la idea de pueblo es la de un pueblo social, o sea, que se mueve en las relaciones sociales y no en las relaciones políticas; es un pueblo natural, por lo tanto. Es decir, no importa cuál sea el orden político, si es democrático o si es autocrático, sino que el pueblo del populismo es un pueblo que se define a partir de sus relaciones sociales (lo cual) es interesante porque quien conoce la producción del filósofo político predilecto de Milei, Murray Newton Rothbard, sabe que Rothbard no tiene especial simpatía por la democracia liberal moderna”. Y subrayó: “Quien quiera escuchar el lenguaje político de Milei no tiene mucha dificultad en ver el lenguaje anti político. La casta política es el enemigo contra el que quiere construir su pueblo”, consideró Zanatta.

El prestigioso ensayista y profesor de historia de la Universidad de Bolonia, describió que Berlin presenta como otro rasgo del populismo “la idea de regeneración; es la idea de que existe un pueblo que se ha corrompido a lo largo de la historia y que el populismo promete regenerarlo; es un pueblo que se ha corrompido, pero va a renacer por manos de un redentor, de un salvador, de un líder que lo toma de la mano y lo rescata del estado de decadencia en que ha caído. La visión histórica de Milei de que hubo un pasado en que la Argentina era la primera potencia mundial y que por lo tanto Argentina va a renacer en el momento en que haya eliminado el populismo que es su enemigo, esta idea de la regeneración está muy evidente, la idea del camino hacia la tierra prometida a partir de un pasado originario de esplendor queda muy claro en Milei”, dijo.

Aludió como otro de esos rasgos “la idealización del pasado” y manifestó que “en los populismos es común, cualquiera que sea el populismo, plebeyo o aristocrático, religioso, étnico, nacionalista, de derecha o de izquierda, tiene una edad de oro del pasado. En el caso de Milei es evidente. No sabría si esta edad de oro es (Juan Bautista) Alberdi, (Julio Argentino) Roca o ambos; es la Argentina liberal idealizada, por supuesto, en cierta medida sacada de la historia y transformada en una especia de arquetipo de una edad de oro perdida que por lo tanto hay que restaurar. La idealización del pasado cumple una función extraordinaria en la visión del populismo”.

“Todos los populismos ambicionan o diría más, piensan representar a todo el pueblo, a la grandísima mayoría de pueblo, es decir que se piensan así mismo como el único pueblo verdadero. No importa que sean religiosos, étnicos, clasistas. Esto es secundario. El pueblo del populismo no es un pueblo cualquiera; es el pueblo elegido, tiene algunos rasgos, en el caso de Milei son rasgos de los argentinos de bien; se supone que es un pueblo trabajador, autónomo, independiente, que no vive a costa del Estado, ni es un parásito”, apuntó Zanatta, quien continuó: “Pero este pueblo es el único verdadero pueblo; es una parte que ambiciona transformarse en el todo, una parte del pueblo que tiene la pulsión a hablar en nombre de todo el pueblo”.

Y prosiguió: “El quinto rasgo, el más problemático respecto de Milei es la idea de comunidad; que en todos los populismos existe una idea de que el pueblo ha sido fragmentado por el individualismo, el multipartidismo, por la separación de poderes, por las nuevas tecnologías, por el desarrollo, por las trasformaciones de las costumbres sexuales, por lo que sea. Pero el pueblo se ha fragmentado y entonces está en búsqueda de una nueva forma de comunidad. Si lo vemos así Milei parecería muy lejos de este rasgo clásico de todo populismo porque efectivamente la primera impresión, el relato de Milei y las referencias culturales que no casualmente se llaman libertarias y anarco capitalistas dan la idea, efectivamente, de la ausencia en su visón de la dimensión comunitaria y del prevalecer de la dimensión individualista”.

En otro pasaje de su disertación, Zanatta considero que “el fenómeno Milei no creo que pertenezca de ninguna forma a la tradición liberal. La gran polémica del Estado criminal, del Estado delincuente, y de todo lo que le escuchamos decir todos los días, se hace la mayoría de las veces en nombre de una sociedad anterior al Estado”, tras lo cual avanzó en algunas otras consideraciones sobre el Presidente al que le adjudicó “una visión histórica sesgada y muy limitada”; dijo también que “es un hombre que tiene una extraordinaria cultura económica (pero) no tiene mucha cultura histórica. El siglo IXX argentino es siglo de luces; es la pureza de los orígenes, es el hombre en el paraíso terrenal y este hombre se corrompió al comenzar el ingreso del populismo que él (por Milei) hace coincidir con (Hipólito) Yrigoyen con la democracia, por lo tanto. El problema es el ingreso de las masas en la vida política; de la política de pocos a la democracia, a la política de todos”, subrayó.

Añadió: “La cruzada anti populista de Milei, en realidad, es una cruzada profundamente populista en el sentido conceptual e histórico de la palabra. O sea, si entendemos el populismo como un fenómeno como una nostalgia esencialmente de una pureza perdida y del deseo de restaurarla no me cabe la menor duda que el caso de Milei es un caso típicamente populista. Y no estoy utilizando la palabra populista con un sesgo de evaluación sino como una constatación histórica y conceptual”, aclaro el prestigioso ensayista. “No es mi intención demonizar ni exaltar, pero en términos conceptuales del populismo estamos dentro de un típico fenómeno populista que es una visión religiosa del mundo”.

A manera de algunas conclusiones de su propia reflexión, Zanatta habló de las consecuencias de la visión de Milei. “la primera, la visión religiosa del mundo del populismo que Milei encarna es una visión del tipo escatológica; no admite desvío del camino; hay un camino (para él) hacia la salvación; no es un camino que hay que encontrar entre todos; no es el fruto de una inteligencia colectiva; no es el fruto de un debate plural y racional; es el camino de un visionario que recibió la ‘tabla de las leyes de parte de Dios o como él dice de las fuerzas del cielo’”, remarcó y advirtió: “Cuidado porque la visión escatológica del mundo es una visión que tiene diferentes consecuencias y dos de las más relevantes son el unanimismo y estado ético”.

Y describió: “Unanimismo quiere decir que si uno es el camino hacia la salvación no hay otros caminos posibles; hay que seguir ese camino, sí o sí, eliminando a quien se ponga en el medio del camino obstaculizándolo. Y el estado ético implica que hay un relato que lleva a ese camino; puede parecer una cosa secundaria, muy insignificante”, apuntó, tras lo cual graficó: “Pero el Panteón de los Padres de la Patria, de los próceres, creado por Milei es con una elección totalmente unilateral y unívoca; el adueñamiento de la historia nacional por parte de un líder forma parte de un relato típico de un estado ético que interpreta la historia como una anticipación a su llegada. En ese sentido no es tan diferente Milei a Néstor Kirchner o es un Néstor Kirchner al revés o tal vez ni siquiera demasiado al revés”.

“La segunda consecuencia de esta visión escatológica de mundo es transformar un pueblo parcial en un pueblo total. Los argentinos de bien de Milei son el único pueblo legítimo. El trato que tiene Milei hacia toda forma de objeción, de oposición, de obstáculo no un muy diferente de los populismos, que él dice combatir, tuvieron hacia sus enemigos”, añadió Zanatta, quien ejemplificó: “Él (por Milei) dice ‘zurdo de mierda’, palabras groseras de él hacia sus opositores es exactamente como Fidel Casto les decía a sus opositores ‘gusanos de mierda’. O sea, no es una visión pluralista del mundo y por otra parte en la visión según la cual la historia es un relato bíblico que lleva a la salvación, la historia tiene un plan de Dios en el que no hay espacio para el error. El error debe ser purificado, expiado, combatido y si es el caso eliminado“. Fue en ese marco en que el prestigioso historiador planteó: “Que todo esto pueda funcionar en una sociedad moderna y plural como la Argentina lo dudo. Tengo la tentación de decir que no puede funcionar, que no va a funcionar a menos que este gobierno logre entender que esta visión mesiánica de la historia no es aplicable al mundo contemporáneo de una sociedad moderna como la argentina, pero sin duda es una forma de renovar desde otra perspectiva la grieta que ya atraviesa la historia argentina y que crea una división cultural profunda y una mala práctica institucional lamentablemente crónica”, expresó.

Zanatta subrayó: “El único verdadero anticuerpo al populismo es una visión escéptica en el sentido positivo de la palabra, es decir una actitud típica del racionalismo hacia la política. O sea, no buscar salvadores; no interpretar la política como un camino hacia la salvación; no interpretar que todo lo que le hace daño al adversario político es una ventaja” y advirtió: “Los enamoramientos recurrentes que se dan en la opinión pública; que todo el que combate a tu enemigo se transforma en una especie de salvador hasta que el salvador le reservará el mismo trato que le reservó a tu enemigo” lo que significa “una actitud secular hacia la política; una actitud fría, crítica, racional”.

“La política argentina lo que sufre es una visión religiosa como si dela política tuviera que llegar la salvación de las almas”, agregó el historiador. “El populismo, si lo tomamos como concepto, es fundamentalista, sin duda; es una visión maniquea del mundo, escatológica, religiosa y por lo tanto es fundamentalista”, insistió Zanatta, quien alertó: “Toda visión religiosa del mundo, si no encuentra obstáculos, si no encuentra límites es fundamentalista”.

“La democracia es un límite extremadamente delicado entre las instituciones y el pueblo. Lo importante es que las instituciones no prevalezcan sobre el pueblo” porque de lo contrario resulta una “tecnocracia” pero si el pueblo domina las instituciones estamos en el populismo. El punto es encontrar un equilibrio”, sostuvo Zanatta, quien apuntó que “la Argentina tiene una historia de populismo, de diferentes rasgos, que se suceden el uno al otro”, dijo que “el populismo, al dividir al mundo, en buenos y malos genera una actitud populista también en los anti populistas”.

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