lunes 4 de noviembre de 2024
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Lilita Puig: “La política tiene privilegios y esto es inaceptable para quien sufre privaciones o no ve un futuro”

Sobre la actualidad del Mercosur y el escenario político actual conversamos con Lilita Puig, representante argentina en el Parlasur.

¿Cuál es el estado actual de la relación entre Mercosur y Unión Europea en función de los acuerdos que se intentaron llevar adelante en 2019?

El cambio de gobierno en Brasil ha brindado la oportunidad de mejorar la relación entre el MERCOSUR y la Unión Europea. La política agraria del Presidente Bolsonaro y su desprecio por el Acuerdo de Paris brindaba una excusa importante a los agentes de los intereses agrarios europeos que han militado contra el acuerdo. La nueva gestión del Presidente Lula ha prometido compartir la lucha contra el cambio climático y proteger la amazonia desandando el camino de su predecesor.

La pandemia, la invasión rusa a Ucrania y la alteración en el orden de las prioridades de los gobiernos europeos han demorado en Europa el cumplimiento de las etapas previstas. No obstante, nuestros países recibieron durante los últimos años visitas de delegaciones del parlamento europeo y del alto representante de la Unión Europea para las relaciones exteriores y la política de seguridad quienes han manifestado el interés en la concreción del acuerdo. Proponiendo el tratamiento de la cuestión comercial, a la que se debe abocar el Parlamento Europeo, y dejando para cada uno de los países el resto de los acuerdos que requieren ratificación por cada uno de los parlamentos nacionales.

Uno de los problemas que afloraron luego de la firma del acuerdo de 2019 son las propuestas relativas a acelerar la transición energética que no estaban previstas. El acuerdo no puede ser modificado. Su naturaleza jurídica lo impide. De allí que la solución a nuevas agendas es realizar acuerdos complementarios. En estas semanas se han hecho comentarios en este sentido.

Me parece que el problema principal que tenemos son las desinteligencia al interior del MERCOSUR: El gobierno argentino, como en otros aspectos, ha tenido diferentes discursos y actitudes. El Frente de Todos se oponía en 2019. (Tuvimos que enfrentar su negativa en los debates que se llevaron a cabo en el pleno del Parlamento del MERCOSUR).  Cuando llegaron al gobierno la posición varió y ello se notó en el Parlasur con el apoyo que se dio a las propuestas que impulsara Brasil para avanzar en el apoyo al acuerdo. Hoy no está muy claro que es lo que el gobierno quiere. Hace unos días el Canciller Argentino se manifestó por modificar el acuerdo. Como ello no se puede, cabría pensar en un boicot al acuerdo. Brasil, Paraguay y Uruguay son, en este momento, defensores del Acuerdo. Parece haber una mayor conciencia del significado que tendrá el Acuerdo Unión Europea-Mercosur para la mejora tecnológica de nuestras empresas, la ampliación de mercado de bines y servicios, la inserción de las pymes en mercados globales, la superación del agotado paradigma de sustitución de importaciones. Existen plazos suficientes para que nuestras empresas se adecuen a una nueva competencia antes de que caigan los aranceles. Y fundamentalmente, de lo que también se trata es de la preservación de los valores compartidos respecto de la democracia liberal  y los derechos humanos.

¿Qué grado de involucramiento en el tema ves por parte del Parlamento del Mercosur?

El Parlamento del Mercosur ha venido transitando en los últimos tres años un proceso de reconocimiento del valor del Acuerdo  y el año pasado ha constituido una Comisión especial de Seguimiento del Acuerdo Unión Europea Mercosur que integro como miembro. La Presidencia la tiene Brasil y la vicepresidencia Paraguay. El domingo 26 de marzo tendremos la primera reunión para fijar el programa de trabajo.

¿Cuál debería ser el camino que tendría que tomar un próximo gobierno?

El próximo gobierno tiene que definir un programa de trabajo con las empresas y regiones involucradas a fin de favorecer los procesos de reconversión necesarios. En el proceso electoral este debería ser uno de los asuntos públicos a tratar. La ciudadanía debe conocerlo a fondo y debería  estará en los debates presidenciales. Es una cuestión compleja que requiere docencia. Y también colaborar con la acción internacional correspondiente para que el Parlamento Europeo avance en el tratamiento del acuerdo.

Aprovecho para preguntarte sobre la situación política de nuestro país. ¿Cómo ves a la oposición en el actual escenario turbulento que está teniendo el oficialismo?

La oposición, y me refiero a Juntos por el Cambio, que es la coalición con chances de llegar al gobierno, ha estado demasiado involucrada en la cuestión de las candidaturas. La baja institucionalidad de los partidos políticos que la integran y de la propia coalición ha hecho muy difícil el proceso de selección de candidaturas dado el contexto de desesperanza de la ciudadanía. No obstante, la continuidad de las PASO, va a permitir resolver la cuestión si no se hacen campañas electorales divisivas. Es lamentable la falta de reglas internas para la competencia. En estas semanas se va a contar con las líneas generales del programa y creo que eso la va a fortalecer. El consorcio oficialista no va a poder superar sus divisiones y no podrá mostrarse como una alternativa a Juntos por el Cambio. Lamentablemente, el costo en vida institucional del conflicto intragubernamental es enorme. La parálisis del Congreso, el ataque al estado de derecho constitucional a través del juico a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia y  la perdida de legitimidad del Poder Ejecutivo sólo favorecen a intereses y valores antidemocráticos. A ello hay que sumarle la ineficacia y ineficiencia del Estado cooptado y sometido a lógicas prebendarias y corruptelas de distintos orden

¿Crees que el ascenso de las fuerzas antisistema pueden provocar realineamientos en el sistema político actual? ¿Por qué crees que se da el crecimiento de estas fuerzas según las encuestas?

Creo que los problemas que he mencionado contribuyen al crecimiento de fuerzas antisistemas. La falta de bienestar económico y social, el incremento exponencial de la pobreza da la sensación de que si bien la democracia nos libró de la amenaza militar y de la violencia política -luego del Nunca Más y el Juicio a las juntas y a las dirigencias guerrilleras- no resolvió los viejos problemas estructurales que nos hicieron retroceder en nuestro desarrollo. El desencanto con la democracia se vive en otras sociedades hace muchos años. Acá el relato kirchnerista ocultó el agotamiento del modelo de desarrollo cepalino y la corrupción dominante. Hay muchos ciudadanos que han perdido la esperanza. La política tiene demasiados privilegios y esto es inaceptable para quien sufre privaciones o no ve un futuro. En las provincias los privilegios son más palpables: a veces, están tan atados institucionalmente impidiendo la alternancia gubernamental que la ciudadanía se indigna. Demasiadas promesas incumplidas.

La existencia de terceras fuerzas no es novedad en nuestro sistema político. En definitiva han canalizado pacíficamente el descontento social. El Partido Intransigente, la Coalición Cívica –por mencionar dos casos- fueron terceras fuerzas pero no fueron antisistema. Esta es hoy un llamado de atención fuerte para los partidos políticos democráticos que en la campaña electoral tienen que ser capaces de explicar muy bien sus propuestas. Se requiere mucha docencia y menos marketing.

Esta semana la oposición ya ordenó su oferta electoral en Córdoba, Salta, La Rioja y Tucumán. ¿Es un signo positivo de responsabilidad que anticipa un escenario de cambio de época a nivel nacional?

Es bueno que Juntos por el Cambio tenga criterios racionales. A mi me gustaría ver funcionando una comisión de trabajo de Juntos por el Cambio para el diseño del gobierno creo que es muy necesario acordar en la organización del gobierno. No me refiero a reparto de cargos sino a cambios en los ministerios y en la funcionalidad de la Jefatura de Gabinete para ayudar a fortalecer la acción de gobierno federal que tiene que tener coherencia interna pero también programas que articulen los distintos niveles de gobierno. La argentina es un país federal y los procedimientos de vinculación entre el Estado federal y las provincias y municipios deben institucionalizarse y no depender de la discreción del presidente.

Por último, ¿Qué posibilidades vez de cambio de signo político en Santa Fe?

Es muy auspiciosa la novedad del Frente de Frentes. Una coalición integrada por quienes gobernaron con el Frente Progresista con un vínculo fuerte con Juntos por el Cambio le daría al gobierno una gran potencial para atender los múltiples problemas santafesinos. El conocimiento de los problemas públicos es un capital que suma la coalición a los acuerdos electorales. El gobierno de Perotti no es bueno. La cuestión de la falta de seguridad es la que sobresale. Es notable la impericia demostrada por el gobierno provincial al respecto. Ahí hay responsabilidades directas del gobernador en todo sentido. La incompetencia de los ministros de seguridad designados, la falta de articulación con el orden federal, la falta de una política que atienda el incremento del número de presos por efecto del cambio en el proceso penal. Pero, Santa Fe también tiene otros problemas que también tienen que ver con el futuro. La mala situación de la educación se destaca.

El Frente de Frentes tiene la responsabilidad de devolver prestigio a la actividad política. Es un privilegio inaceptable que los senadores de la provincia se amparen en los fueros concedidos por una constitución de 1958 para no presentarse a la justicia. La legitimidad democrática se respalda en la confianza de la ciudadanía en sus representantes. Hoy ella está lesionada y de este gran problema hay que hacerse cargo.

De igual modo, el Frente de Frentes tiene que comprometerse en eliminar la reelección indefinida de los senadores. Ella y el diseño de la boleta única santafesina (cada cargo se elige en boleta separada) potencia intercambios moralmente inaceptables en algunos departamentos. La asociación de senadores de larga permanencia en departamentos poblacionalmente chicos le ha permitido al Senado actuar como actor de veto para iniciativas del gobernador y de la Cámara de Diputados y transformarse en gobernante. Así se han obstruido procesos políticos importantes como la reforma constitucional o la ley de educación provincial, por mencionar solo decisiones importantes para la sociedad. La ley de paridad también estuvo vetada por un tiempo y hubo sanción por el peso social del movimiento de mujeres.
Los privilegios de los senadores en su financiamiento y por sus fueros  constituyen aspectos que exigen al Frente de Frentes una respuesta superadora que no debería excusarse en argumentos legalistas tal como “la constitución lo permite”. La política democrática y progresista debe mejorar las instituciones.

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