lunes 18 de marzo de 2024
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Liliana De Riz: “El clivaje que divide hoy a nuestra sociedad es entre encontrar un lugar en el siglo XXI o en una utopía regresiva”

En nuestra entrevista de esta semana analizamos con Liliana De Riz la coyuntura política actual, los posibles escenarios de salida de la crisis y el papel de nuestra sociedad.

Ya en 2019 estaban dadas todas las condiciones para darse cuenta que el experimento bicéfalo no podía funcionar. De todas maneras la sociedad “compró” algo que era evidente. ¿Hay explicación desde la sociología política para explicar este tipo de conductas?

La opción del peronismo en 2019 surgió del desencanto de muchos con un gobierno de Cambiemos que no cumplió lo prometido y cambió poco, a juicio de muchos, y el agravamiento de la pobreza; un contingente fiel al llamado de los peronismos de todas las especies al que se agregó el malestar de los sectores medios bajos y el clima de crisis con alta inflación, corrida cambiaria, devaluación, etcétera, un escenario que evoca el fin de los breves interregnos no peronistas. Pese al crecimiento de los beneficios sociales y los cheques repartidos desde el Ministerio de Acción Social para mantener bajo control el malestar social a través de  los gerentes de la pobreza, Cambiemos perdió la elección. Los gerentes de la pobreza, los Grabois -un Grabois que hoy tal vez quiera ser nuestra versión de Boric en Chile y como él, joven, nuevo y protegido por el aura papal que aquí funciona como sinónimo de progresismo, aspire a presidirnos- se afirmaron en sus reclamos… Sin embargo, los resultados electorales mostraron un porcentaje muy importante que no  avaló la fórmula pergeñada por Cristina. Todo esto con el agravante de que Alberto Fernández, ex funcionario del matrimonio Kirchner, no ahorró críticas despiadadas a la hoy vicepresidenta, tras abandonar su gobierno… Y sin embargo… regresa y nada menos que a la presidencia por voluntad de su promotora, y hoy está a su merced con la autoridad presidencial cada día más revoleada por ella.

Hoy estamos ante un escenario complejo producto de esa bicefalía ejecutiva del experimento que impulsó Cristina Kirchner para volver al gobierno. ¿Cuáles pueden ser los escenarios en que desemboque esta nueva crisis?

Este es un gobierno derrotado en elecciones intermedias y atravesado por la crisis económica, la  inflación disparada y sin reservas ni posibilidad de obtener préstamos y menos aún de cumplir las metas pactadas con el FMI, con un dólar que vuela al compás de la desconfianza colectiva agravada por un escenario internacional de pandemia, cambio climático y la invasión de Rusia a Ucrania. Empero, esta crisis no es independiente de  la crisis política desatada por lucha interna en un gobierno bicéfalo que en el que la vicepresidenta manda sin gobernar, y el presidente por ella designado, no preside ni manda. Una gestión paralizada en una arquitectura constitucional en la que el poder Ejecutivo es unipersonal. Y una crisis que le estalla al peronismo, ducho en postergar bajo la alfombra la explosiva herencia a los que los sucedan.

Dado el comportamiento errático de los protagonistas, es difícil aventurar cursos de acción futura. Sin embargo, podrían interpretarse los comportamientos de la vicepresidenta como una estrategia “a la Lula”. Como Lula, ella se  considera víctima de lo que denomina law faire y acusa de ser “jueces Moro” a toda la justicia encargada de juzgarla. Esta es una estrategia de regreso al poder con la ola “progresista”: Lula, Boric, Petro… pero el dilema es que se distancia de este gobierno y si el presidente renuncia, ella tampoco parece querer gobernar este caos que no la preserva para aparecer como redentora en 2023. Y si renuncia pierde los fueros… Ahora no puede hacer el Fabregazo sin pagar costos… Incertidumbre total… El llamado al diálogo con la oposición que una nota de García Lema en La Nación elabora con sutileza, no encuentra eco en la oposición. Acaso, como con la votación sobre acuerdo con el FMI que dio ocasión para la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque oficialista en la Cámara de Diputados de la Nación, Cristina Kirchner espera que otros avalan el valle de lágrimas para volver con la promesa de los panes y las mieles. Mientras tanto ,Grabois amenaza con el estallido social y todos apuestan a salvarse del caos que ya está entre nosotros, por no mencionar los recurrente ataques de los supuestos mapuches en el sur… Acaso podremos confiar en que esta vez, muchos argentinos piensen que saldremos adelante a pesar del sufrimiento, como lo hicimos muchas veces, y con calma serena se sucedan las respuestas políticas hasta culminar en acuerdos sensatos.

En las últimas horas se conocieron nuevas declaraciones de la vicepresidenta atacando a la Corte Suprema. Incluso se pudo ver un dejo de resignación cuando señala “la sentencia ya está escrita”. ¿Qué buscaría con estas declaraciones? Te planteo tres escenarios: El primero, correr el foco de la crisis económica. El segundo, buscar una reivindicación posterior a lo Lula en Brasil. El tercero, terminar de hacer eclosionar el sistema político para hacerse definitivamente del poder ante una posible renuncia del presidente. ¿Crees que algunos de estos escenarios son posibles? 

Sobre las declaraciones recientes de Cristina Fernández atacando a la Corte Suprema de Justicia, me inclino por el escenario: buscar una reivindicación posterior a lo Lula en Brasil. No olvidar que ella vio como su marido en Santa Cruz se deshizo de un procurador desconociendo las normas constitucionales y nunca fue repuesto en el cargo. Señora de un feudo sabe de lo que habla y sigue hablándonos como si el país todo fuera la Santa Cruz, ese Dorado que usufructuaron sin límites. Y la Justicia, un territorio a controlar… La Justicia en Brasil tiene mayor independencia que en este país. Lula salió en libertad porque se demostró que era indebido el procedimiento seguido para condenarlo. Lula negoció su candidatura con Fernando Henrique Cardoso, el otro líder de la oposición. Ambos tienen un pasado común y nunca dejaron de dialogar. Un pasado por cierto muy diferente del que tiene el matrimonio Kirchner. Bolsonaro es el adversario, un trumpista declarado. Claro que las predicciones sobre comportamientos de la dirigencia política son conjeturas que pueden resultar obsoletas por quedarnos encandilados con la coyuntura…

En otras oportunidades vimos al peronismo ajustando la economía luego de secar las reservas del Banco Central. A fines del primer peronismo, le tocó a Perón hacer dicho ajuste. En 1975, le tocó a Isabel con el Rodrigazo. En ambas situaciones, los hechos posteriores generaron épica posterior que “exculpa” a dicho movimiento del ajuste que llevaron a cabo. ¿Están buscando los socios actuales (Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa) un escenario donde más allá del momento crítico que puede producirse, el peronismo pueda mantener su “épica” populista? 

En los ajustes peronistas de 1952 con Perón y de 1975, con Isabelita, llegaron los bárbaros que eran una solución y que entonces los encarnaban los sucesivos golpes militares. La barbarie con botas eclipsó los desmanejos de los poderes de entonces. Las crisis que estallaron con Alfonsín y con De la Rúa encontraron soluciones paraconstitucionales o parlamentarias y la democracia resistió. La novedad es que la crisis le estalla ahora al peronismo y no sabemos qué hará con su épica, sólo que ya no aparecen culpables definidos como antes…. Abandonar terreno arrasado no es una estrategia que reditúe a mi parecer, aquí no hay parlamentarismo y si la Asamblea legislativa nombra a un sucesor porque ni él ni ella siguen -no imagino quién- tendrá que asumir descalabros que no basta con decir que fue Macri y fue Alberto y la pandemia y Putin…. A la Cámpora, que maneja las cajas del Estado, ¿quién la pone en caja?, y Grabois y otros representantes de movimientos sociales, ¿qué harían…? Hoy voceros del gobierno dicen: “No tenemos reservas…”. Hoy declaran que están quebrados… y siguen gastando y son ellos los que festejaron imprimir billetes como estrategia de crecimiento… Cómo volver atrás de esto… no lo sé. Siempre ocurren eventos impredecibles en este país que da sorpresas… pero no será fácil renovar la esperanza de los muchos que se ven privados de un futuro aunque los que no tienen otro futuro que un subsidio, los voten.

Saliendo de la coyuntura, pero sin esquivar la estructura política argentina, qué clivaje de división social es más fuerte en nuestro país: “peronismo vs. no peronismo” o “derecha vs. izquierda”.

5. Yo creo que el clivaje que se está definiendo en este país es entre gente del muro y gente de la red, entre nativistas o cosmopolitas, entre modernización o atraso, entre encontrar un lugar en el mundo del siglo XXI o permanecer al calor de una utopía regresiva que nos condena a que el futuro sea puro pasado…

¿Cómo vez a la oposición racional posicionada ante la coyuntura en caso de precipitarse la crisis?

Una pregunta difícil porque lo difícil es encontrar un espacio para dialogar y debatir con un oficialismo ideologizado que no entiende de razones, que no busca el diálogo, que rehúye al debate porque su jefa todo lo sabe… y los militantes no tienen que pensar, tienen que obedecer… y que siempre encuentra el pretexto de culpables de afuera de su círculo para los males de todos. En este país en el que oficialismo y oposición coexisten en el Frente de Todos, la oposición está condenada a un rol secundario en la escena. De todos modos, veo a la oposición más preocupada en construir sus candidatos con miras al 2023 que en presentar alternativas inteligentes que den respuestas a los problemas que este gobierno crea y no puede resolver. Claro que tiene que pensar en cómo ganar las elecciones del 2023, pero también esta crisis exige que para ganar hay que convencer ya a una mayoría de argentinos de que se tiene un plan y los instrumentos para recorrer el difícil camino que nos espera. Un valle de lágrimas, pero finalmente una luz al final del túnel en el que estuvimos encerrados demasiado tiempo.

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