Hay un debate instalado con mucha fuerza en la sociedad, que es, qué hacer cuando una familia, madres en general, tienen un hijo con adicciones, o afectado en su salud mental, y necesita una internación.
Se dice, erróneamente, que es imposible internarlos sin su complacencia, sin su voluntad, no es así. La ley no es el problema, la ley si garantiza la posibilidad de internaciones involuntarias, y para eso dota de un sistema de protección, de control judicial, de control médico, y de abogados gratuitos que lo tienen que asistir durante toda la internación hasta su definitiva externación.
Entonces, no es la ley la que genera el problema que padecen las familias, y padecen los propios enfermos, sino que es la falta de preocupación del Estado, la falta de rigurosidad técnica, en dotar, de todos los medios que la ley ordena, que es, evitar la manicomializacion por un lado, y por otro, dotar de instrumentos como medios alternativos, como casas de medio camino, sistemas de apoyo, tratamientos ambulatorios. Solo en el último caso, hay internación, siempre hay posibilidades, digo para las madres, para las familias, hay posibilidades de internaciones compulsivas, obligatorias, aunque no tenga la voluntad del paciente. Hay que exigirles a las autoridades la creación de estos lugares, con calidad profesional, y gratuitos.