El primer ejercicio de la clase de redacción periodística siempre fue el más difícil porque exige detectar las 5w, jerarquizar los datos y componer oraciones bimembres sin huecos. El primer ejercicio sumó en los últimos años una dificultad nueva: la mayor parte de los estudiantes perdió la capacidad de escribir a mano con cierta velocidad. “¿Podemos hacerlo en casa, Profe?”. “Si lo redacto en el celular y lo mando a imprimir, ¿usted me espera?”.
“En la universidad española resulta raro ver a un estudiante tomando apuntes en papel y esto se nota, dicen los profesores: la caligrafía empeora, se cometen más faltas de ortografía y de gramática, y los alumnos tienen problemas para redactar y organizar las ideas”, informaba días atrás el diario La Voz de Galicia.
Las aulas argentinas, “ventajas” de la pobreza, todavía están más pobladas por cuadernos que por teclados, aunque los dispositivos ganan terreno: algunas notebooks, tabletas e incluso celulares con los que se graba el audio de la explicación y se fotografían las presentaciones (ya no quedan casi clases sin “filminas”, no hay quien las pueda seguir).
En la primaria, la cursiva tampoco es tema. Un buen estudiante puede completar toda su trayectoria sin ser capaz de enlazar una letra con la siguiente. Algunos escriben solo en mayúsculas y otros alternan con alguna minúscula, siempre de imprenta. Eligen la que les gusta.
Más que un capricho vintage
Saber escribir a mano no es un capricho o una exigencia vintage. El mismo artículo de la prensa gallega recordaba que en 2014, un texto publicado por la revista Psychological Science demostraba que tomar notas con una computadora no generaba aprendizajes profundos sino más mecánicos y repetitivos.
“Escribir a mano implica un proceso cognitivo complejo que facilita la concentración, mejora la atención y favorece la retención de información. Es una actividad cerebral que pone en marcha simultáneamente millones de neuronas, algunas muy distantes entre sí, activando áreas cerebrales diversas relacionadas con las memorias“, indica la psicóloga Amparo Botella.
En California, EE.UU., volvió a requerirse este año que los chicos de primaria aprendan a escribir en cursiva, un contenido que se había eliminado en 2010. Lo mismo pasó en más de veinte estados de ese país.
El primer ejercicio de la clase de redacción periodística siempre fue el más difícil. La buena noticia es que, después de algunas semanas, escribir a mano deja de ser un problema. Estamos a tiempo.
Publicado en Clarín el 14 de febrero de 2024.
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