martes 19 de marzo de 2024
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La inmunidad presidencial

El allanamiento por parte del FBI de la casa de Donald Trump de Mar-a-Lago y el debate en Brasil para reformar la constitución e introducir la figura de senador vitalicio para los ex presidentes, ponen en el tapete la inmunidad judicial de los ex presidentes.

La figura de senador vitalicio ya fue utilizada por Augusto Pinochet y por Silvio Berlusconi, y más recientemente, en 2020 fue instaurada por Vladimir Putin que extendió esa inmunidad judicial a su familia. Hasta ese momento, en Rusia, los ex presidentes solo eran inmunes por delitos cometidos mientras estuvieran en el cargo. Aun así, esta protección puede quedar anulada si el ex presidente es acusado de traición o de otro delito grave y los cargos son confirmados por el Tribunal Supremo o el Tribunal Constitucional.

Otro presidente que quiere sumarse a ese tren es Jair Bolsonaro. Ante un panorama que le augura la derrota segura frente a Lula Da Silva, dentro de dos meses, el ex militar tiene dos opciones en vista para afrontar la intemperie legal del llano: exiliarse para sortear los varios procesos judiciales que lo aguardan o realizar una reforma constitucional –a lo Putin- para que los ex presidentes cuenten con el privilegio de transformarse en senadores vitalicios apenas dejan el poder. Los líderes del PT estarían de acuerdo, debido a que ellos mismos han sido procesados al terminar sus mandatos, y en el caso de Da Silva, para evitar que pudiera ser candidato.

Por último, la redada del FBI, ordenada por el Departamento de Justicia, es un hecho histórico en los Estados Unidos. Ningún expresidente – y menos uno que es casi candidato republicano de las elecciones 2024 – se ha enfrentado a una acción de aplicación de la ley pública de este tipo.

La acción del FBI permitió una amplia victimización por parte de Trump, “Incluso irrumpieron en mi caja fuerte”, dijo el blondo en una larga declaración en la que denunció la búsqueda del FBI, a la que parangonó con el caso Watergate. Trump, quien fue el primero en confirmar la acción del FBI, dijo en un comunicado grandilocuente que su resort estaba “sitiado, allanado y ocupado por un gran grupo de agentes del FBI”.

Aunque la investigación sobre el manejo de los registros presidenciales por parte de Trump se ha estado filtrando durante meses, es parte o consecuencia del trabajo que viene realizando el Comité Selecto del 6 de enero que construyó un caso contra Trump, intentando probar que su incitación y planificación de acciones dirigidas a interrumpir la transición del poder después de su derrota en las elecciones de 2020, que tuvo en la toma del Capitolio su colofón.

La Administración Nacional de Archivos y Registros (ANAR) había confirmado en febrero que había tratado de recuperar quince cajas de registros de Mar-a-Lago que consideró que se habían eliminado indebidamente, incluidos algunos marcados como “información clasificada de seguridad nacional”. La ANAR confirmó en ese momento que se habían puesto en contacto con el Departamento de Justicia sobre los documentos recuperados y que hasta entonces habían tenido “comunicaciones continuas” con el equipo de Trump sobre la recuperación de registros presidenciales perdidos. Los investigadores federales han buscado evidencia de que la administración de Trump manejó mal los registros presidenciales e incluso llevó algunas cajas al resort Mar-a-Lago de Trump, las que habrían sido recuperadas en el procedimiento judicial.

Como vemos con estos ejemplos, no serían líderes consustanciados con los valores democráticos liberales los que impulsan o han gozado de la inmunidad de los ex mandatarios, aunque tampoco podemos soslayar que todos han contado con el apoyo de amplias mayorías en sus respectivos países, incluso de aquel que es la principal potencia mundial.

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