Estados Unidos alcanzará este jueves su límite de endeudamiento, lo que obligará a la administración Biden a utilizar “medidas extraordinarias” para evitar el incumplimiento de pago de su deuda.
El techo de la deuda es el límite legal en el que EE. UU. puede pedir prestado para pagar sus obligaciones existentes, incluida la Seguridad Social, Medicare y los salarios militares. El límite actual de la deuda es de casi 31,4 billones de dólares, un tercio de la cual está en manos extranjeras.
Un incumplimiento del pago por parte del gobierno entraña un riesgo significativo, aunque los analistas de Wall Street están divididos sobre si este episodio causaría un cataclismo económico.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, advirtió por carta a los líderes del Congreso que esta situación requiere que la Cámara delibere sobre la aprobación de un aumento al límite del gasto. En esa parada, los demócratas se juegan su gestión ante los republicanos conservadores que ya han anticipado que quieren incluir recortes en el gasto público. Y ahora que el partido tiene la mayoría, la harán valer.
La administración Biden rechaza tales condiciones. “No habrá negociación al respecto”, dijo el viernes a los periodistas la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. “Esto es algo que se debe hacer”.
Llegado el caso, Yellen solo tiene una breve ventana de tiempo para evitar el incumplimiento utilizando medidas extraordinarias. Una de sus primeras balas fue dirigida a suspender las inversiones en ciertos fondos de jubilación del gobierno. La jefa del Tesoro dijo que es probable que las medidas extraordinarias se agoten para los inicios de junio.
“El incumplimiento de las obligaciones del gobierno causaría un daño irreparable a la economía estadounidense, los medios de subsistencia de todos los estadounidenses y la estabilidad financiera mundial”, dijo. En este punto vale la aclaración de que siempre se estiró el límite de la deuda, el asunto es que, por un lado, sirve como elemento de negociación política, y por el otro el continuo alargamiento del tope ha generado una verdadera bomba atómica financiera que ya se ubica en el 132 por ciento del PBI. De ese país
La misiva de Yellen dio el puntapié inicial a lo que se espera sea la batalla por el techo de la deuda más polémica de la historia, incluso después de una serie de episodios recientes en los que la oposición republicana llevó a EE. UU. al borde de la imposibilidad de pagar sus cuentas.
Hay más en juego que nunca a raíz de la prolongada – y por momentos grotesca – lucha del Partido Republicano para elegir a Kevin McCarthy como presidente. El camino tenso del republicano de California para reemplazar a Nancy Pelosi, empoderó a los conservadores de línea dura que quieren usar el debate por el límite de la deuda para obtener recortes de gastos, un enfoque que McCarthy comparte.
La lucha es una tormenta que se avecina sobre la economía porque el mercado de valores del Tesoro de EE.UU. es la base del sistema financiero mundial, y la volatilidad podría afectar desde los bonos hasta las hipotecas. Los funcionarios de la Casa Blanca han comenzado a fijarse en los republicanos moderados que podrían ser útiles en un acuerdo para aumentar el límite de la deuda.
En principio, McCarthy ya tuvo una “muy buena conversación” telefónica con el presidente Biden, sobre el techo de la deuda en la que destacó: “Le dije que me gustaría sentarme con él temprano y trabajar en estos desafíos”.