sábado 5 de octubre de 2024
spot_img

Jorge Piedrahita: la mirada de un argentino en Wall Street

Jorge Piedrahita es un economista argentino. Se graduó en la UBA y luego completó un máster en la Universidad de Wharton, Estados Unidos. Pasó por empresas como Ford y Citibank, y lleva más de 20 años trabajando en servicios financieros en mercados emergentes. Actualmente es asesor del Copernico Recovery Fund y CEO de Gear Capital Partners, una firma de consultoría financiera y de reestructuración de deuda con sede en Nueva York. Con esa perspectiva, opina que el gobierno del presidente Javier Milei alcanzó “logros importantes en tiempo récord”, pero “a costa de un elevado costo social y con una baja en el nivel de actividad”, por lo que la situación “sigue siendo compleja” y “se deteriorará más hacia fin de año”.

Esta es la conversación que Piedrahita mantuvo con NUEVOS PAPELES:

¿La macroeconomía está ordenándose realmente? Si es así, ¿ese orden está llegando a la microeconomía a tiempo como para no complicar la competitividad electoral del oficialismo?

El orden macro ha mejorado mucho, pero a costa de un elevado costo social y con una baja en el nivel de actividad. Ha habido logros importantes en tiempo récord. ⁠Sin embargo, la situación sigue siendo compleja. El gobierno ha dejado los principios para abrazar algunos temas que han sido bandera de la mayoría de los gobiernos en los últimos cien años, como los controles de cambios, el crawling peg, ajustes tímidos en algunas tarifas, etc. ⁠Por otro lado, tiene claros problemas de gobernabilidad, falta de tacto político en algunas situaciones (el asado para festejar que el Congreso no dio vuelta el veto del aumento a los jubilados, por ejemplo) y cierto nivel de insensibilidad social. ⁠Los brotes verdes son muy limitados y está comenzando a pagar el costo del ajuste en las encuestas. Esta situación solo se deteriorará más hacia fin de año.

¿Es razonable tener expectativas sobre la llegada de inversiones extranjeras a corto plazo? ¿Alcanza con orden macroeconómico y fiscal para atraer inversiones? ¿No son obstáculos para ello la profundización de la grieta y el aislamiento global que suponen decisiones como la de quedar fuera de la Agenda 2045?

El ciclo de los procesos de inversión tiene sus propios tiempos, que varían dependiendo cada sector. ⁠Los anuncios llevan años en materializarse y en algunos sectores, como gas, petróleo y minería, estamos hablando de años. Es más: las inversiones pueden tener un  elevado componente de bienes de capital importados que no reactivan la economía local inicialmente. ⁠El quedar afuera de la Agenda 2045 mostró nuevamente una falta de tacto político dentro de un mesianismo claro en el viaje a Nueva York, en donde Milei fue a expresar al mundo su visión (a nadie le importa qué piensa Milei en el mundo) y lo que se debe hacer. Me parece algo ridículo. ⁠Milei es antimultilateralismo, lo cual en una nueva guerra fría como la que enfrenta el mundo no hace sentido. Es un capricho adolescente que busca llamar la atención.

Si la empresa malaya Petronas, efectivamente, desistiera de participar de la planta para producir gas natural licuado en Río Negro, para la que se había anunciado que aportaría 30.000 millones de dólares, ¿qué posibilidades hay de reemplazar esa inversión, ya sea con capitales externos o internos?

El capital se mueve hacia donde los agentes económicos ven la oportunidad. La inversión se puede reemplazar, pero es una mala señal en el corto plazo y posiblemente la Argentina deba mejorar las condiciones para atraer nuevos interesados. Por otra parte, el proyecto también necesita know how. ⁠El hecho es una muestra de que las inversiones no llegan porque el Presidente dé un discurso promercado o porque tenga otra reunión con Elon Musk.

Pese a cierto consenso que sostiene que al gobierno argentino le conviene que Donald Trump gane las elecciones de noviembre en Estados Unidos, dada la afinidad ideológica de Milei con él, pareciera que la política exterior argentina está más alineada con la de Joe Biden y Kamala Harris que con la de Trump. La semana pasada, el vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo que el gobierno será neutral ante esos comicios y la prensa registró tres gestos de la Casa Blanca hacia la Argentina (sacar al chileno Rodrigo Valdés de la negociación FMI-Argentina, pedirle a la jueza del caso YPF que espere para ordenar el traspaso de acciones y las sanciones al medio ruso RT por supuestamente intentar desestabilizar a Milei). ¿Qué opina al respecto? ¿Realmente le conviene a la Argentina que gane Trump?

La mayor coincidencia entre Trump y Milei es el mesianismo que expresan y la hegemonía que buscan lograr. La ⁠Argentina, como país, siempre estuvo más alineada con administraciones demócratas en los Estados Unidos. ⁠Trump es un aislacionista, lo cual sería perjudicial para la Argentina, que es un país que necesita la colaboración del multilateralismo que, si bien es imperfecto, es un mecanismo favorable para países marginales. Por otra parte, la Casa Blanca no “sacó” a Valdés. Él, en un acto de altruismo, profesionalismo y preferencias personales, manifestó que si su presencia era un obstáculo en el diálogo con la Argentina, entonces prefería que “su subordinado” Luis Cubeddu lidere las discusiones técnicas. Énfasis en “subordinado”: vale decir, delegó en alguien que le reporta el día a día, de forma tal que en vez de un éxito para Milei es más bien, en términos prácticos, un insulto enviar al segundo. ⁠Valdés sigue teniendo la posición de jefe del Hemisferio Occidental del FMI. Además, al contratar al argentino por nacimiento José Luis Daza, el gobierno intenta mejorar la relación con el FMI, porque el ministro Luis Caputo parece desconocer el funcionamiento del organismo y durante la administración de Mauricio Macri tuvo una mala relación con la institución. Por lo demás, la intervención del gobierno de los Estados Unidos ante la jueza Loretta Preska tiene un ángulo de relaciones exteriores y no de intervención frente a un sistema judicial independiente. Creo que a veces hay una pésima lectura de la situación. Finalmente, es más favorable para la Argentina que gane Kamala Harris y no Trump. El presidente Milei tiene muy poco conocimiento de la política de los Estados Unidos y sus consecuencias para nuestro país.

spot_img
spot_img

Veinte Manzanas

spot_img

Al Toque

Alejandro J. Lomuto

Ecuador, al borde de otra crisis institucional

Alejandro Garvie

Vuelve la energía atómica

Karina Banfi

El acceso a la información es innegociable