Del 31 de mayo al 2 de junio se llevaron adelante las elecciones de la Universidad Nacional de Córdoba. Así, esta institución con más de 400 años de historia convocó a todos sus claustros para participar de un proceso electoral eligiendo la fórmula de Rector y Vice que conducirán los destinos de la Universidad en los próximos tres años.
Esta fue la segunda oportunidad en que la elección de autoridades se realizó a través del voto directo de todos los claustros. Para esta ocasión se presentaron dos postulantes: la agrupación “Somos” llevó como candidatos a Jhon Boretto y a Mariela Marchisio, quienes se enfrentaron a Alberto León y María Inés Peralta de la lista “Vamos”.
Con una alta participación de todos los claustros, que alcanzó un total de 82.375 votos, resultó electa la lista encabezada por el Magister Boretto, con un abrumador 63.26% del total, mientras que la lista encabezada por León obtuvo un 36.73%.
De este modo, el ex Decano de la Facultad de Ciencias Económicas se convirtió en el flamante Rector de la Universidad Nacional de Córdoba, consagrando un extenso camino recorrido desde su temprana militancia en el movimiento estudiantil como parte de la Franja Morada hasta llegar a convertirse en la máxima autoridad de la “Casa de Trejo”.
Desde Nuevos Papeles nos reunimos con él para conversar sobre estas elecciones y los desafíos a futuro.
¿Cómo fue el proceso de construcción de esta candidatura y el desarrollo de la elección en los diferentes claustros?
Creo que fue un proceso en el que primaron dos conceptos esenciales. Por un lado, la unidad del espacio Somos que consagró a Hugo Juri como Rector y acompañó sus dos gestiones durante estos seis años. Además, tuvimos la vocación de ampliar nuestro grupo y lo logramos. Hubo un debate racional con la mirada puesta en seguir transformando la UNC. “Somos” es un espacio que hace de la pluralidad un valor esencial. Creo que esto nos distingue y es una clave de nuestro rendimiento electoral.
Venís formando parte de distintas gestiones universitarias y recientemente fuiste Decano de la Facultad de Ciencias Económicas. ¿Qué cosas continuarán y qué cosas cambiarán con tu gestión?
Creo que el Rector Juri ha marcado un rumbo, no solo para la UNC, sino también para todo el sistema universitario. Nuestra plataforma se basa en profundizar esas líneas y concretar sus iniciativas emblemáticas. Además incorporamos propuestas innovadoras y transversales a todas las áreas. Cuando hablamos de habitar la Universidad involucramos desde la desburocratización de la institución hasta los procesos de consulta a la comunidad universitaria. La transformación educativa también refiere a todas nuestras prácticas. Una universidad abierta significa estar a la altura de las demandas y los cambios vertiginosos de la sociedad. Fijaremos una agenda común para estimular la innovación, apostar al desarrollo tecnológico y vincular el conocimiento con el entorno socio-productivo de la región.
Tengo experiencia en la gestión y hemos logrado muchas cosas en la FCE. Creemos que estamos en condiciones de hacer realidad estas ideas
¿Qué incidencia tuvo el movimiento estudiantil en esta elección?
El movimiento estudiantil no solo tiene el peso electoral que le otorga el sistema de ponderación en la elección directa y los representantes en los cuerpos colegiados. Además es el claustro que dinamiza la política universitaria. En nuestro espacio conviven muchas agrupaciones estudiantiles y lo hacen adhiriendo a un programa. Este respaldo es fundamental a la hora de concretar los cambios que estamos proponiendo.
La universidad es una institución muy valorada y respetada socialmente. ¿Qué interrelaciones tiene y puede tener con el Municipio, la Provincia y la Nación? ¿Y con el sector privado?
Nos gusta destacar que no solo interactuamos con instancias de todo tipo. Integramos la sociedad, somos parte. Creo que lo que tenemos que hacer es cumplir nuestro rol. La universalización de la educación superior no solo es un eslogan. Es un desafío que tenemos que afrontar de distintas maneras. Las carreras tienen que adaptarse para ser inclusivas sin perder calidad. Las capacitaciones a partir de la extensión universitaria tienen que responder a las necesidades de la sociedad y del mundo del trabajo, que está cambiando. La transferencia tiene que vincularse al entorno socio productivo. Es decir, la Universidad tiene que estar a la altura de los desafíos en un mundo de cambios vertiginosos y muchas veces impredecibles.
Para esto debe tener relaciones permanentes con todos los niveles de la administración pública y obviamente con la sociedad civil y el sector privado. Sin este intercambio es imposible que cumplamos con nuestro rol.
Recientemente se reunieron con los Rectores de la UNL y la UNR. ¿Qué análisis hicieron ? ¿De qué se trata el “triángulo del Conocimiento“?
Fue una excelente reunión donde nos comprometimos a trabajar juntos en todos los planos. Con Franco Bartolacci y Enrique Mammarella nos une una mirada común sobre la Universidad. Las tres Universidades están en la región Centro, es imprescindible que actuemos juntos a escala regional. Esta idea tiene que ver con aportar en el desarrollo de la región en varios aspectos. Seguramente se sumarán más instituciones educativas.
La UNC es la universidad más antigua de Argentina y tiene un peso específico importante dentro del sistema universitario. ¿Cómo será el posicionamiento institucional en el CIN?
La UNC tiene un rol importante en el CIN por su peso específico y por su historia. Creo que el sistema universitario tiene que profundizar la interacción entre sus instituciones y articular desde lo académico. Tenemos que aprender a funcionar como un sistema, justamente. Hay algunos avances, pero tenemos que profundizar este rumbo. De esta manera podremos estar a la altura de las demandas sociales y tener legitimidad para reclamar el presupuesto que necesitamos.