lunes 13 de mayo de 2024
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Israel y Palestina: sensibilidad con el sufrimiento ajeno

El título no puede ser más aleccionador para estas latitudes: “la insensibilidad moral de la izquierda” frente al ataque terrorista de Hamas.

Una exhortación en forma de lo que entre nosotros es ya una tradición, una declaración, acompañada de centenares de firmas de intelectuales, artistas, políticos que viven en Israel, comprometidos con los derechos humanos y la paz como el escritor David Grossman, el pacifista israelí al que el terrorismo le mató un hijo, la socióloga y escritora Eva Illouz, Aviad Kleinberg, presidente del Centro Académico Ruppin, entre otros.

Importa la contundencia de la apelación a “nuestros homólogos de la izquierda a que vuelvan a a una política basada en los principios humanistas y universales, adopten una postura clara contra el abuso de los derechos humanos de cualquier tipo y nos ayuden en la lucha por romper el círculo de violencia y destrucción”, se lee en uno de los párrafos que condensa el espíritu de la proclama.

La condena es a la violencia indiscriminada contra las poblaciones civiles de ambos lados. Sin que esto implique dudar sobre el dramático significado del ataque de Hamas el 7 de octubre que hizo de ese día el más tenebroso en la vida de Israel como para todos los pueblos de la región.

Las muertes, los secuestros, la crueldad del terror de Hamas no admite ninguna explicación. Tan sólo una fuerte condena a ese monstruoso acto de terror que dejó muertos en cantidades todavía inciertas, desaparecidos, odiosa palabra acuñada en Argentina, nuestro país que tiene tantos de nuestros compatriotas viviendo en Israel.

Un ataque de una enorme crueldad que detonó el miedo, la desesperación, pero retrotrajo la lógica de la guerra, y la venganza ante la que parece la inevitable reacción del Estado de Israel para responder a semejante ataque con la invasión militar a Gaza para aniquilar al grupo terrorista Hamas. Muertos vengados por otros cadáveres que se apilan ante nuestros ojos en las imágenes de la televisión, y se deshumanizan con las cifras con las que se cuantifican esos muertos.

Conmocionados y entristecidos por los acontecimientos de la región”, los intelectuales de Israel no dan crédito a la que consideran “inapropiadas” respuestas de algunos intelectuales de izquierda de los Estados Unidos y de Europa ( podemos agregar Argentina) que actuaron con indiferencia y no condenan la violencia de Hamas contra los civiles secuestrados, muertos y torturados por el encarnizado ataque de Hamas.

La ceguera ideológica que deshumaniza el sufrimiento ajeno y me retrotrae a los ensayos de la pensadora Judith Butler en su libro “Vidas precarias”, en respuesta a la voladura de las torres gemelas en Nueva York aquel fatídico 11 de septiembre de 2001. Al igual que este 7 de octubre pasado, esa acción terrorista puso en evidencia la vulnerabilidad en la que vivimos.

Las muertes y el sufrimiento, que ahora nos llega de manera directa por esa transmisión de la historia en vivo que son los telenoticieros. Muertes que detonan miedo y alimentan los discursos antidemocráticos que en nombre de la seguridad cancelan derechos.

Entonces, escribió Butler: “Los acontecimientos hicieron vacilar el compromiso público de los intelectuales con los principios de justicia”, pero, sobre todo, increpan sobre cuál debe ser la respuesta política. Sin duda -sigue la pensadora– el que otros puedan dañar nuestras vidas y la de otros, que dependamos de los caprichos y la crueldad de terroristas, provoca temor y dolor. Pero no es tan seguro que las represalias militares sean la única vía”.

Vale para lo que sucedió el 11 de septiembre y se actualiza su pensamiento ante lo que sucede en Israel, si realmente estamos “interesados en detener la espiral de violencia para obtener resultados menos crueles, hay que preguntarse qué debe hacerse políticamente con el duelo además de clamar por la guerra”.

Aún cuando no tengamos respuestas, ni sepamos cual es la otra vía a la sin razón del odio, las guerras y el terror, ya sea en Ucrania como en Medio Oriente, y las apelaciones pacifistas nos hagan ver como ingenuos o “buenudos”, con toda la carga de desprecio que carga semejante calificativo, vale la solidaridad por la que claman los académicos, investigadores, pensadores, políticos de Israel que nos instan a manifestarnos de manera inequívoca contra la violencia indiscriminada hacia la población civil de Israel como de Palestina. Una apelación también para nuestros compatriotas que han hecho de los sentimientos un campo de batalla ideológica.

Publicado en Clarín el 19 de octubre de 2023.

Link https://www.clarin.com/opinion/israel-palestina-sensibilidad-sufrimiento-ajeno_0_DsE0KpzRZs.html

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