Por Bassam Masoud y Emily Rose.
Gaza/Tel Aviv, 22 noviembre (Reuters) — El Gobierno de Israel y Hamás acordaron el miércoles una pausa de cuatro días en los combates y liberar al menos a 50 rehenes retenidos en Gaza por milicianos a cambio de 150 palestinos encarcelados en Israel.
La primera tregua en una guerra de casi siete semanas, alcanzada tras la mediación de Qatar, fue tomada en todo el mundo como una señal de progreso que podría aliviar el sufrimiento de los civiles en la Gaza sitiada por Israel y traer de vuelta a casa a más cautivos israelíes.
Ministros árabes elogiaron el acuerdo, pero afirmaron que debía convertirse en un primer paso hacia un alto el fuego total.
Israel dijo que el alto el fuego podría ampliarse si se liberaban más rehenes, y una fuente palestina afirmó que hasta 100 rehenes en total podrían ser liberados a finales de mes.
Se cree que Hamás y grupos aliados capturaron a unos 240 rehenes cuando sus combatientes irrumpieron en Israel el 7 de octubre. Anteriormente, Hamás sólo había liberado a cuatro de ellos.
No se esperaba que la tregua comenzara hasta el jueves por la mañana, y a última hora del miércoles aún no se había anunciado oficialmente la hora de inicio.
El martes por la noche, la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, emitió un comunicado en el que afirmaba que se liberarían 50 mujeres y niños a lo largo de cuatro días, a un ritmo de al menos 10 al día. Después de eso, la tregua podría ampliarse día a día siempre que se liberaran 10 rehenes más al día.
El Ministerio de Justicia israelí publicó una lista de 300 nombres de prisioneros palestinos que podrían ser liberados.
“El Gobierno de Israel se ha comprometido a devolver a todos los rehenes a casa. Esta noche ha aprobado el acuerdo propuesto como primera etapa para lograr este objetivo”, dice el comunicado.
Hamás dijo que los 50 rehenes serían liberados a cambio de 150 mujeres y niños palestinos retenidos en cárceles israelíes. El acuerdo de tregua también permitirá la entrada en Gaza de cientos de camiones con ayuda humanitaria, médica y combustible.
Mientras que Israel detendría todas las salidas aéreas sobre el sur de Gaza y mantendría una ventana de exclusión aérea diaria de seis horas durante el día en el norte, afirmaron los islamistas que gobiernan el enclave.
Israel ha sometido a Gaza a un asedio y un bombardeo incesante desde el ataque de Hamás, en el que murieron 1.200 personas, en su mayoría civiles, según los recuentos israelíes. Desde entonces, han muerto más de 14.000 gazatíes, alrededor del 40% de ellos niños, según funcionarios médicos del territorio.
El principal negociador de Qatar en las conversaciones de alto el fuego, el ministro de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores Mohamed al-Khulaifi, declaró a Reuters que el Comité Internacional de la Cruz Roja trabajaría dentro de Gaza para facilitar la liberación de los rehenes.
Afirmó que la tregua significa que no habrá “ningún ataque en absoluto. Ningún movimiento militar, ninguna expansión, nada”.
A la espera del inicio de la tregua, los combates no han cesado. Al amanecer, el humo de las explosiones se elevaba sobre el norte de Gaza en un vídeo en directo de Reuters desde el otro lado de la valla fronteriza.
El ejército israelí difundió imágenes de soldados disparando en estrechos callejones y afirmó que había llevado a cabo nuevos ataques aéreos. Sus “fuerzas continúan operando dentro del territorio de la Franja (de Gaza) para destruir infraestructuras terroristas, eliminar terroristas y localizar armamento”, afirmó.
Una fuente de seguridad egipcia dijo que los mediadores habían fijado la hora de inicio de la tregua para las 10.00 horas del jueves, aunque aún se estaba a la espera de la confirmación de los israelíes, ya que Hamás quería que transcurrieran unas horas desde el inicio para empezar a liberar a los rehenes.
Un portavoz del Ministerio de Defensa israelí dijo que la tregua se establecería probablemente “en algún momento de mañana”.
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‘¿QUÉ TREGUA PUEDE HABER?’
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El acuerdo de tregua es un primer pequeño paso hacia la calma en el episodio más violento del conflicto palestino-israelí, que dura ya 75 años. Las últimas siete semanas han conmocionado al mundo por el sufrimiento de civiles.
“¿Qué tregua puede haber después de lo que nos ha pasado? Todos somos gente muerta”, dijo Mona, una mujer de Gaza cuyos sobrinos se encontraban entre los fallecidos por un ataque aéreo israelí que alcanzó la casa de la familia Seyam.
“Esto no nos devolverá lo que perdimos, no curará nuestros corazones ni compensará las lágrimas que derramamos”, añadió.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue uno de los mandatarios internacionales que acogió con satisfacción el acuerdo. Se espera que tres estadounidenses, entre ellos una niña de 3 años cuyos padres fallecieron en el ataque del 7 de octubre, estén entre los rehenes que serán liberados, según ha declarado un alto cargo estadounidense.
Ministros de Asuntos Exteriores árabes, de visita en Reino Unido y Francia para mantener conversaciones el miércoles, afirmaron que el acuerdo debería ampliarse.
“Cualquiera que sea el acceso humanitario que aumente ahora como resultado de este acuerdo sobre los rehenes, debe seguir en vigor y debe ampliarse”, dijo en Londres el ministro de Asuntos Exteriores saudí, príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, junto a sus homólogos jordano y egipcio.
Ellos lideran un denominado grupo de contacto de países mayoritariamente musulmanes que están presionando a los principales aliados de Israel y al Consejo de Seguridad de la ONU para poner fin a la guerra de Gaza y avanzar hacia una solución permanente al conflicto palestino-israelí.
“Tiene que ser un plan con un final, con plazos, con un mecanismo de aplicación, con garantías, y todo el mundo tiene que estar detrás de él y Estados Unidos tendrá que desempeñar un papel de liderazgo”, dijo el ministro jordano de Asuntos Exteriores, Ayman Safadi.
Sin embargo, tanto Israel como Hamás afirmaron que la pausa en las hostilidades no detendría sus misiones más amplias.
(Reporte de periodistas de Reuters en Gaza, James Mackenzie, Dan Williams, Emily Rose y Henriette Chacar en Jerusalén, Andrew Mills en Doha, Steve Holland y Jonathan Landay en Washington, Ahmed Mohamed Hassan en El Cairo y las oficinas de ReutersEscrito por Lincoln Feast, Raju Gopalakrishnan, Peter Graff y Mark Heinrich; Editado en español por Javi West Larrañaga y Aida Peláez-Fernández)