viernes 1 de noviembre de 2024
spot_img

Isabel y Victoria

En forma inesperada, Victoria Villarroel intervino en la celebración del 17 de octubre con un homenaje a Isabel Perón: colocó el busto de la primera Vicepresidente en el Senado, y dio a conocer la entrevista realizada en Madrid.

Esta movida, que despertó viejos enojos y escasos apoyos, coincide con la de quienes hoy llevan adelante una franca reivindicación de Isabel, que fue deliberadamente apartada del relato oficial del peronismo. La biografía “autorizada “de Diego Mazzieri, Isabel. María Estela Martínez por siempre de Perón. Un vida de lealtad, nutrida de una documentación siempre favorable al personaje, contribuye a ese rescate. Un mensaje reciente del Papa, constituye otra señal.

Se plantea así el interrogante de si la actual recomposición del mapa político, ofrece la oportunidad de relanzar una línea que vuelva a las 20 verdades fundadoras del PJ, inspiradas en el catolicismo social, el nacionalismo y el anticomunismo, vigorosos hace 80 años…

Este regreso remite asimismo a lo sucedido en la crisis terminal de la dictadura militar. Entonces, el almirante Massera, Carlos Menem y otros, en busca del voto peronista, se disputaban el favor de la ex presidente. Ya en la presidencia de Alfonsín, fue incluida en los actos oficiales y protegida por ley de posibles responsabilidades en el accionar de la Triple A. Luego ella misma optó por un prudente silenció, sólo alterado cuando la justicia argentina, de la mano del juez Oyarbide intentó sin éxito encarcelarla.

¿Es un mérito especial ser la primera mujer presidente en nuestro país y en el mundo? ¿Sirve a la causa del feminismo, el ejemplo de quien fue electa por voluntad de su marido, sin contar con méritos fuera del hogar doméstico?

A diferencia de la actual vicepresidente, que se ganó el cargo con su trabajo personal, Isabel fue el instrumento de su esposo para volver a la presidencia. Como vicepresidente permaneció ajena al trabajo parlamentario. Eso sí, siempre se sintió orgullosa de ser “ la esposa, la compañera y amiga del hombre más grande del mundo que se llama Juán Perón”.

No se sustenta la “teoría del cerco”, según la cual un Perón cansado, enfermo y sin voluntad, dejó hacer a los “agentes del imperialismo”, el “Brujo (López Rega) y “la Martínez”. Por su propia mano Perón escribió a su médico personal, días antes de asumir la tercera presidencia que como “a Isabelita” la habían candidateado para vicepresidenta por aclamación, “significa que mis muchachos quieren que gobierne solo…”.

El General falleció meses después, sin que los objetivos que intentó concretar fueran cumplidos. En efecto, el agravamiento de las acciones terroristas lo llevaron a reclamar el aniquilamiento de estos “verdaderos enemigos de la patria”; el Pacto Social no logró reactivar la economía; en sus últimos días, sin forma de arreglar el entuerto, advirtió el error que había cometido al dejar a su esposa esa pesadísima herencia.

El gobierno de Isabel agravó los problemas. Ella, falta de formación política, quedó aislada y dependiente en lo emocional del ministro/mayordomo López Rega.

Para el feminismo, nada que festejar. Eso sí, su lealtad y compromiso con la memoria de Perón, contribuyeron a convertirlo en mito, junto a Evita, venerada por todos sin restricciones. Todo lo malo cayó en la cuenta de la tercera esposa y sucesora constitucional. Ahora, Victoria Villarroel decreta el “fin de la proscripción” de la ex mandataria, que supo, es verdad, no pedir venganza, y mantenerse en la discreta penumbra doméstica, el sitio que nunca debió abandonar.

Publicado en Clarín el 22 de octubre de 2024.

Link https://www.clarin.com/opinion/isabel-victoria_0_1RI0gf1lBO.html

spot_img
spot_img

Veinte Manzanas

spot_img

Al Toque

Alejandro Einstoss

La dualidad del sector energético

Alejandro J. Lomuto

Tres elecciones con pocas sorpresas y una con enorme incertidumbre

Alejandro Garvie

Ahogados en petróleo