Todos sabemos lo que estuvo pasando en Cuba y las movilizaciones populares en contra del régimen y de la represión de la dictadura cubana a esos movimientos. Lo que es interesante es rastrear un poco cuál es la marca cultural de todos estos movimientos. Ahí aparece con muchísima claridad dos cosas fundamentales, primero la importancia del Movimiento San Isidro que fue un movimiento que surgió hace dos años fundamentalmente en contra del Decreto N° 349, que lo que intentaba era reglar la libertad de expresión y eso generó obviamente muchísimas protestas por parte de los colectivos artísticos.
De esto nace un poco el germen de mucho de la efervescencia ciudadana que hay hoy en contra del régimen, pero hay otra marca que es muy importante, y que además es mucho más directa, que es la canción misma del himno, que es patria y vida, que se generó desde la resistencia cubana que además hoy tiene a uno de sus principales hacedores y creadores encarcelados por el régimen.
Hoy está siendo cantado por el pueblo como una suerte de himno y que genera básicamente una unidad en términos simbólicos y en términos de discurso político, que es sumamente interesante porque rompe con mucha dicotomía. No es la vieja discusión dictadura democracia, no es la vieja discusión que se genera en términos políticos más antiguos, sino que en realidad es un canto de paz marcado fuertemente por la cultura y que pone énfasis en la cuestión de la vida