A algo más de un mes de la asunción de Donald Trump como nuevo Presidente de los Estados Unidos, desde sus roles de economistas, investigadores, analistas y diplomáticos, todos ellos de reconocida trayectoria, Pedro Villagra Delgado, Valentina Delich, Ricardo Carciofi y Alejandro Einstoss, disertaron en un encuentro virtual organizado por la Fundación Alem en el que hubo coincidencias respecto del complejo escenario que puede abrirse para la Argentina a partir de las ideas que abrevan en el futuro Jefe de Estado norteamericano que ha sido más que elocuentes en dejar en claro su cierto desde por los principios del multilateralismo y, por el contrario, fue postura en favor de medidas de claro sesgo proteccionista en el plano comercial lo que los llevó a considerar que tal combinación no favorecerá a nuestro país.
Tras las palabras de bienvenida a los expositores por parte del Presidente de la Fundación Alem, Agustín Campero y bajo la coordinación de la charla a cargo de Jesús Rodríguez, prosecretario de la organización, que reúne a especialistas del radicalismo en todas las materias relacionadas con la gestión pública, los disertantes ofrecieron su visión a partir del lema de la convocatoria, ‘Posibles impactos de la victoria de Trump’ y, en ese sentido, con distintas miradas, los cuatro disertantes se mostraron coincidentes en poner de relieve que la Argentina no estará entre las prioridades de la futura administración del republicano futuro Presidente estadounidense.
En ese marco, el diplomático Villagra Delgado, a cargo en distintos períodos de la representación argentina ante los gobiernos de Australia y de Alemania, fue el primero en ‘abrir el fuego’, a la hora de las relevantes exposiciones y, en ese marco, planteó que la cuestión era analizar de qué modo afectara a la Argentina e, incluso a América Latina, el nuevo gobierno de Trump y, al respecto fue tajante: “Con nosotros (por la Argentina) no se ve que vayamos a ser prioridad alguna independientemente de la relación que el presidente (Javier) Milei tiene con Trump que no es la misma relación que tenía (Mauricio) Macri con Trump. Macri lo conocía a Trump”, aclaró, tras lo cual describió que “hay una especie de admiración de Milei hacia Trump, pero no sé hasta donde son amigos, como tal”, refirió el diplomático.
Describió luego que ya puede observarse que habrá fuertes políticas de la futura administración republicana en los EE.UU para “detener la inmigración desde la frontera sur” así como evitar que “inversiones como las de China no ingresen al mercado a través de México” pero remarco que lo que “seguramente va a suceder es una profundización de la competencia estratégica global con China y habrá mayor presión hacia todos los países del planeta para desacoplar sus flujos comerciales con Beijing y ejercer presión en ese sentido”, describió Villagra Delgado, quien auguró que la gestión de Trump “ejercerá presión para que los países de América Latina no hagan mayores concesiones a China en particular”. Y completó: “Esa presión llegará a la Argentina también” aseguró el diplomático que explicó que ella se perfilará en primer lugar en lo que se considera temas estratégicos de la presencia china como por ejemplo en el Atlántico Sur, en pasos y estrechos interoceánicos o bien la proyección hacia la Antártida.
A su turno, Valentina Delich, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y de la FLACSO Argentina, en sus primeras reflexiones al iniciar su exposición, juzgó que como uno de los impactos de la gestión de Trump lo constituye uno de sus anuncios ya conocimos en cuanto a que dispondrá un incremento en los aranceles “en particular contra México y contra China” en el marco de las políticas proteccionistas que se vislumbra impondrá el futuro Jefe de Estado de los EE.UU, tras lo cual abordó otro aspecto en materia de políticas globales y recordó que Trump “ya se retiró (en su momento) del Acuerdo de París de Cambio Climático” y, por lo tanto, “no me lo imagino volviendo”, dijo.
Cuando se focalizó en los impactos que puede generar Trump respecto específicamente en el caso de la Argentina, Delich fue sumamente elocuente: “Para nosotros, los argentinos, la pésima noticia de Trump Presidente es que se trata de una persona que no construye multilateralismo, por decirlo suavemente”.
Sostuvo: “Nosotros como países de ingresos medios no somos hacedores de reglas sino tomadores de reglas en el ámbito internacional (por lo que) necesitamos del multilateralismo que es el lugar en el que mejor podemos influir para construir mejores reglas que nos permitan avanzar en nuestros interesas nacionales. Entonces para nosotros es una mala noticia Trump (presidente) porque no suele ser reconocido por su aprecio a las instituciones multilaterales”, remarcó.
Al momento de su intervención, Ricardo Carciofi, miembro del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y, a la vez, Master en Desarrollo de la Universidad británica de Sussex, el licenciado en economía, graduado en la Universidad de Buenos Aires se mostró coincidente con sus colegas panelistas en que las políticas proteccionistas que se espera adopte Trump al asumir, no resultaran beneficiosas para los países de la región de América Latina y, naturalmente, para la Argentina, no serán beneficiosas.
Carciofi elogió las autoridades de la Fundación Alem por elegir como el lema de la convocatoria ‘los posibles impactos de la vitoria de Trump’, porque –dijo- precisamente “no sabemos la magnitud así como la secuencia que son cruciales para saber qué efectos pueden tener”, advirtió y se focalizó en primer término en analizar la cuestión de la política arancelaria que se aguarda que adopte el futuro presidente de los Estados Unidos.
Para abordar esta cuestión específicamente, Carciofi, optó por plantear un contexto. Recordó que “los aranceles (que dispuso) Trump en el 2018 se aplicaron sobre un subconjunto de productos por unos 380 mil millones de dólares y eso es casi el 80% del PBI de la Argentina”, tras lo cual dijo que “ahora Trump está hablando un 10% flate rate a todas las importaciones de los Estados Unidos, esto significa aplicarlo sobre 3,8 trillones de dólares, o sea que pasamos a casi ocho veces el PBI de la Argentina. Ese es el objetivo más allá de subir en un 60% los aranceles a China y (Trump) dijo días pasados que podían ser del 25% a los aplicables a México y Canadá que son los socios del ex NAFTA”.
Destacó como otra cuestión “crítica” para la Argentina, sobre la que Carciofi llamó a atención y que era la referida a lo que denominó como “la arquitectura económica y financiera internacional y enlazó esa cuestión con lo que hizo Trump en el primero de sus mandatos como Presiente de los EE.UU cuando en ese entonces designó a un norteamericano al frente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) cuando desde su creación hacia fines de los años ’60 “siempre estuvo manejado por latinoamericanos” y ello implicó una “parálisis dentro del banco”, rememoró.
“Y otro tema. Acá se especula que con Trump se podría conseguir facilidades para la ampliación de un crédito del FMI. Esto es probable pero dependerá un poco del manejo del gobierno argentino al respecto (pero también) de cómo reaccionen los otros socios que están sentados en el FMI”.
En tanto, Einstoss, economista, jefe de Instituto de Energía General Mosconi, investigador del IIEP, UBA CONICET y, a la vez, consultor en energía un servicios públicos, advirtió resueltamente que la política en materia petrolera del futuro gobierno de Trump podría significar riesgos para nuestro país. “En relación al petróleo, Trump hizo una promesa muy difícil de cumplir que es reducir el precio de la gasolina en el mercado interno del 50%”, juzgó que “esa promesa se sustenta en aumentar la oferta de petróleo americano en el corto plazo y generar un exceso de oferta que baje el precio. Hoy EE.UU es el principal productor de petróleo en el mundo, produce el 20% de los 100 millones de barriles de petróleo por día que se producen globalmente y si EE.UU avanza en el corto plazo en un aumento de la producción, supongamos de un millón de barriles por día, excedente, que es lo que las agencias están especulando” pueden plantearse –apuntó- dos escenarios.
“En el corto plazo es que ese millón de barriles excedentarios sean en algún punto tolerados por el ‘cártel de petróleo’ y en ese escenario, y esto es que es lo que nos importa a nosotros, se mantendrán las proyecciones globales en relación a los niveles de precios del petróleo que está en una banda de entre 60 y 85 dólares para los próximos años. Eso es decisivo para la Argentina porque todo el desarrollo de Vaca Muerta se estructura a partir de la generación de excedentes de producción cien por ciento exportable”, explicó Einstoss, quien insistió en este punto: “Todo barril de petróleo incremental que sale de Vaca Muerta se exporta, eso explica las proyecciones de más de 30 mil millones de dólares de exportaciones adicionales que aportaría el sector energético en el 2030” pero advirtió: “Para que ello suceda el precios internacional debería mantenerse”.
Einstoss hablo entonces de “un escenario alternativo es que en el mediano plazo ese ‘cártel’ , encabezado por Arabia Saudita y Rusia decidan no compensar más por cantidades y ejercer una suerte de ‘purga de mercado’ y ajustar por precios”, explicó y precisó que de producirse ese escenario “la política de producción de Vaca Muerta tendría un problema serio; Vaca Muerta es competitiva en los costos de producción en un escenario de normalidad. En un escenario de precios bajos de petróleo, en no convencional, que es el que produce la Argentina tiene costos estructuralmente más caros que los petróleos convencionales” como los que producen países tales como Rusia o bien Arabia Saudita.
Por otra parte, Einstoss, diferenció la situación del petróleo como la que se puede platear en el caso del gas y juzgó que “es altamente probable” que la futura administración de Trump elimine las barreras o las limitaciones” para la implantación de nuevas plantas de GNL. “Eso va a devolver al mercado americano a reducir cantidades incrementales de GNL, tras lo cual, al focalizarse en las derivaciones de todas esas políticas respecto de la Argentina, consideró: “Nosotros tenemos la expectativa de comenzar a ser un jugador global de GNL y en ese punto, más allá de la decisión de Trump, nosotros tenemos que poner el ojo en qué es lo que está pasando o qué es lo que pasó en el mundo aún cuando EE.UU se retiró del mercado momentáneamente. El último informe de la agencia internacional de energía nos dice que está por entrar en operación una nueva ola de nuevas plantas de licuefacción que van a aportar al mercado el equivalente al 50% de la actual capacidad instalada”.
“En ese escenario se debería insertar el gas de Vaca Muerta; un gas de Vaca Muerta que para poderse vender en Europa hoy se está vendiendo a 8 dólares. Si hacemos el camino para atrás, esos ocho dólares en boca de pozo son de un dólar y medio. El gas hoy en Vaca Muerta vale tres dólares y medio; es decir, hay ganancias de competitividad pero el camino que falta para poder ser competitivos a nivel global es largo”, describió Einstoss.