El presidente Milei ha mencionado en varias ocasiones que “me gustaría que la Argentina se parezca a Irlanda”. ¿Qué es lo que hizo que el “tigre celta” pasara a ser una de las economías más exitosas de este siglo y en qué se parece y se diferencia de nuestro país?
A fines de los ‘70, la agricultura representaba entre el 15 y el 20% del PBI de Irlanda, una magnitud similar a la del sector agropecuario argentino. A comienzos de este siglo, Irlanda tenía también un gran déficit fiscal, del 4,6% de su PBI; otra similitud con Argentina. Una industria protegida por barreras aduaneras, que se desarrolló entre 1930 y 1960, es otro rasgo que nos emparenta con el caso irlandés.
Sin embargo, en el caso celta, hay dos puntos de ruptura. El primero, a comienzos de los 70, el ingreso de Irlanda a la Comunidad Económica Europea. Hasta entonces, la mayor parte del comercio exterior de Irlanda se desarrollaba con el Reino Unido. A partir de los 70, la Comunidad Económica Europea va socavando el rol del Reino Unido y pasa a ser el principal destino de las exportaciones irlandesas, al amparo de las ventajas que le daba su condición de estado-miembro.
Sin embargo, la facilidad de acceso de la industria europea al mercado irlandés se tradujo también en cierre de industrias y pérdida de empleo; a mediados de los ‘80 la tasa de desempleo había trepado al 20%.
Para contemplar este tipo de situaciones, en 1989 la Comunidad puso en marcha los llamados Fondos Estructurales que significaron un aporte entre 3 y 4% del PBI de Irlanda y sirvieron para dinamizar la inversión en infraestructura.
El segundo punto de ruptura lo genera el masivo ingreso de inversiones estadounidenses, particularmente en el área de tecnología. Empresas como Facebook, Google, Apple, Amazon o Tik Tok, entre otras, deciden instalar su base de operaciones en Irlanda para desde allí operar sobre todo el mercado europeo.
A ellas se sumaron algunos establecimientos farmacéuticos y empresas de arrendamiento de aviones. Incluso algunas empresas multinacionales lisa y llanamente trasladaron sus oficinas centrales a Dublin.
Ello fue impulsado por la creación de un Centro de Servicios Financieros en Dublin en 1987, seguido por una gradual reducción del impuesto a las corporaciones del 40% vigente en 1996 al 12,5% en 2003.
El país se convirtió así en una economía dual: un sector orientado a la exportación de alto nivel tecnológico constituido por empresas multinacionales y un sector mano de obra intensivo dominado por empresas medianas y pequeñas.
La envergadura del sector moderno de la economía alcanzó tal nivel que la Oficina de Estadísticas de Irlanda optó por calcular un PBI modificado restando al PBI total el aporte de las empresas multinacionales. Su contribución al valor agregado bruto es del 70% aunque representan sólo el 2,9% de las empresas y emplea a tan solo un 10% de la mano de obra local.
La crisis financiera internacional de 2007/2009 golpeó fuertemente a Irlanda. El gobierno debió destinar cuantiosos recursos para salvar al sistema financiero, lo cual implicó que en 2010 el déficit del sector público alcanzara al 31,2% del PBI. Merced al apoyo de la Unión Europea y del FMI, Irlanda evitó un default de su deuda pública. La tasa de desocupación alcanzó un pico del 16,2% a principios de 2012 aunque se encuentra ahora en el 4,8% y la tasa de crecimiento del PBI fue del 2,8% en 2022.
La pandemia benefició las exportaciones del país celta, particularmente las vinculadas al sector farmacéutico y a las tecnologías de la información.
En suma, está clara la asociación del éxito económico de Irlanda con su adhesión a la hoy Unión Europea que le permitió operar como plataforma de lanzamiento de exportaciones tecnológicas hacia dicho mercado. La desgravación impositiva a las grandes corporaciones posibilitó que éstas eligieran al país celta para radicarse.
Todo ello no la exceptuó de sufrir la crisis internacional de principios de siglo pero le permitió sortearla merced al respaldo ofrecido por la UE y el FMI.
¿Puede emular Argentina a Irlanda? En primer lugar, debería identificar un sector exportador con alto potencial de crecimiento. ¿Puede ser el litio? La vinculación con Elon Musk puede ser parte de la respuesta. La producción de baterías de litio para los automóviles eléctricos podría convertir al país en el primer productor mundial en la materia, desplazando a China del podio.
Otro rubro es, sin lugar a dudas, el energético, con Vaca Muerta en primer lugar.
Asimismo, La demanda del mercado internacional, en especial la de los países de altos ingresos, se ha concentrado en los alimentos considerados naturales, orgánicos, frescos con garantías de inocuidad. Con un tipo de cambio competitivo, Argentina puede posicionarse en un nicho en el cual explotar sus ventajas comparativas.
El complejo turístico es otro sector cuyo fomento puede convertirlo en un rubro de gran desarrollo como lo ha sido, por ejemplo, en España, donde constituye el principal generador de divisas. Un mejoramiento de la infraestructura hotelera y de la calidad en la atención al pasajero pueden posicionar a la Argentina como un gran destino turístico internacional.
Finalmente, Argentina cuenta con un gran capital humano, de características socioeconómicas y culturales similares a la de los países más desarrollados que debieran permitirle posicionarse internacionalmente en la llamada economía del conocimiento.
Publicado en Clarín el 10 de enero de 2024.
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