sábado 17 de mayo de 2025
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Entre la estabilidad provincial y la baja participación: claves del último domingo electoral

Las elecciones legislativas del 11 de mayo en Salta, Jujuy, Chaco y San Luis revelan una tendencia compartida: la consolidación de oficialismos provinciales no peronistas en contextos de baja participación y de creciente disociación con las dinámicas del centro del país. Más que rupturas, lo que se observó fue un voto territorial, pragmático y alejado del eje peronismo-antiperonismo clásico, con una marcada continuidad en liderazgos provinciales y un rechazo implícito a las opciones disruptivas.

Participación en descenso y continuidad política

La baja participación fue un denominador común: 51% en Salta, 61% en Jujuy, 62% en Chaco y cerca del 55% en San Luis. Se trata de cifras preocupantes para una democracia con voto obligatorio, pero que no se tradujeron en victorias de outsiders. Por el contrario, los oficialismos salieron fortalecidos. En Salta, Gustavo Sáenz logró una sólida mayoría legislativa. En Jujuy, Carlos Sadir ratificó el liderazgo radical local. En Chaco, Leandro Zdero mantuvo el control legislativo, aunque en un escenario más competitivo.

En San Luis, el oficialismo provincial también logró imponerse aunque en un escenario de transición política. El gobernador Claudio Poggi reafirmó su liderazgo con una victoria legislativa que consolida su nuevo esquema de poder. Su espacio Avanzar logró imponerse a Unión por San Luis (alineada al PJ local), en una elección marcada por la baja participación (alrededor del 55%) y la continuidad de un voto ordenado en torno a figuras provinciales más que a referencias nacionales.

Jujuy y Chaco: trayectorias distintas de construcción política no peronista

En Jujuy el radicalismo logró sostener su hegemonía con claridad. La lista del gobernador Carlos Sadir, encabezada por dirigentes jóvenes, se impuso con comodidad reafirmando el camino tomado por los jujeños desde el año 2015. La UCR jujeña gobierna con una estructura territorial fuerte y una narrativa propia, lo que le permitió contener tanto al peronismo como a expresiones emergentes, ubicando a LLA en un segundo lugar, sin mayor impacto en la configuración del poder local.

En Chaco, el escenario fue distinto. El gobernador Leandro Zdero, también de la UCR, encabezó un frente amplio opositor al peronismo liderado por Jorge Capitanich. Si bien La Libertad Avanza formó parte formal de la coalición, su participación en la campaña fue marginal. A diferencia de Jujuy donde la UCR gobierna con trayectoria propia, en Chaco la victoria se construyó en un marco de mayor competencia y fragmentación, con una estrategia más flexible para disputar el poder en un escenario complejo.

Redibujar el mapa político: más allá de Buenos Aires

Si bien a nivel nacional predomina el discurso rupturista, en las provincias sigue funcionando la política tradicional, con liderazgos personalistas y estructuras partidarias adaptadas al territorio.

Estas elecciones no marcan un cambio de régimen, pero sí una transformación en curso: la política se está reterritorialización, los partidos nacionales pierden cohesión, y el federalismo electoral emerge como un dato central. Las provincias siguen funcionando como sistemas políticos relativamente autónomos, con lógicas que no siempre responden al clivaje nacional. No son “el interior” de lo que ocurre en Buenos Aires: son territorios con formas propias de hacer política, y con electorados que siguen apostando por modelos de gobierno que les aseguren alguna estabilidad.

El desafío, entonces, no es solo electoral: es federal, institucional y cultural. Escuchar lo que dicen las provincias es también una forma de preservar la democracia como sistema plural, territorialmente diverso y capaz de contener la incertidumbre sin caer en la antipolítica.

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