viernes 29 de marzo de 2024
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Elsa Llenderrozas: “La relación de la administración Biden con Argentina todavía está en construcción”

Directora de la carrera de Ciencia Política de la UBA y especialista en relaciones internacionales, entrevistamos a la profesora Elsa Llenderrozas para hablar del Mercosur, el Grupo de Lima y la actualidad nacional.

¿Cómo afecta a nuestro país la salida del Grupo de Lima?

En realidad la decisión no sorprendió a los países del Grupo de Lima, ya que el actual gobierno no venía acompañando las declaraciones de condena del régimen de Maduro. Se trata en los hechos de explicitar esa posición. Argentina toma una postura política opuesta a lo ejecutado durante el gobierno de Macri. Esto tiene que interpretarse como un guiño hacia los sectores internos más radicalizados de su coalición, los que niegan la existencia de un gobierno autoritario en Venezuela y por el contrario, quieren revitalizar apoyos y compromisos con el régimen bolivariano. Desde que asumió este gobierno vinimos  observando las piruetas semánticas de varios miembros del gobierno para reconocer la magnitud de la tragedia de violación a los derechos humanos en ese país. Por otro lado, el presidente Fernández no se encuentra cómodo en el entorno regional que él considera dominado por gobiernos de derecha. Es poner la confrontación ideológica por encima la condena a un régimen autoritario que comete violaciones a los derechos humanos. El resultado es que Argentina vuelve a dar giro en su política exterior. Esto tiene un costo en términos de credibilidad, de confianza, y de reputación internacional. Sobre todo cambia la percepción de los países de la región, de los países europeos, de Estados Unidos, que ponen en duda el compromiso de Argentina con la protección de la democracia y los derechos humanos. Dos pilares que han sido política de estado de nuestra política exterior desde el gobierno de Alfonsín. Tampoco viene acompañando las decisiones del Grupo de Contacto internacional, donde hace tiempo que no participa y sus únicas intervenciones   fueron para abstenerse. Por eso Argentina queda en solitario, aislada en su posición frente al tema Venezuela.

¿La pelea con nuestros socios del Mercosur, la ausencia de entendimiento hasta de las mínimas expresiones del lenguaje diplomático, son parte de una estrategia o es simplemente torpeza y producto de las internas que atraviesa el gobierno?

El problema dentro del Mercosur ha escalado de una manera inusitada. Por supuesto que está estancado y en este momento hay claramente miradas divergentes sobre el proyecto del bloque. Hay posturas de algunos socios que buscan avanzar en acuerdos comerciales que están pendientes y en abrir el Mercosur. Se discute así la flexibilización, como plantea el presidente uruguayo Lacalle Pou, y se agitan las aguas entre los socios. La última reunión de presidentes terminó sin lograr una declaración, justo cuando se celebraban 30 años del Tratado de Asunción. Creo que hubo mucho de impericia, torpeza, falta de conversación y de oficio diplomático, todo ello previo a la cumbre. El tono fue inusualmente fuerte de ambos presidentes, y ahora se suman declaraciones recientes del vicepresidente de Brasil con críticas hacia la Argentina. El clima está complicado de acá a la próxima reunión y por eso se requiere de intensas negociaciones y diálogos, escuchar a las partes, conocer cuáles son sus intereses, hacer concesiones mutuas si es necesario, tratar de llegar a acuerdos. Eso hace la diplomacia, por eso se necesitan funcionarios idóneos en la materia. El Mercosur tiene un valor político y estratégico en términos de estabilidad, cooperación y paz regional más allá de ser plataforma para la inserción comercial internacional de nuestros países.

Si bien probablemente no seas especialista en el tema, en los últimos días se empezó a hablar de “la diplomacia” de las vacunas por parte de China. ¿Crees que existe algo así? ¿Cuál podría ser el beneficio de nuestro país dado el alineamiento que en numerosos aspectos se dio en los últimos años, no solo por parte del kirchenrismo sino también del gobierno de Macri?

Al inicio de la pandemia hubo un enfrentamiento entre Estados Unidos y China referido a la responsabilidad por la propagación del virus, que el gobierno chino rápidamente procuró contrarrestar con la donación de barbijos, aunque algunos de ellos resultaran defectuosos. Por entonces se comenzó a hablar de la “democracia de las mascarillas” que se extendió hacia varios de los países más afectados, sobre todo europeos. Ahora podemos afirmar que la cuestión de la distribución de las vacunas se ha vuelto un terreno, un área de disputa geopolítica. No solo China, sino también Rusia, llevan a cabo una “diplomacia de las vacunas”, utilizan las vacunas como una herramienta más para proyectar poder y aumentar su influencia en distintas regiones. Para las percepciones y las imágenes de la sociedad global, la vacuna chinas, al igual que la rusa,  está asociada al poder estatal, no al “mercado” o al sector público, por eso esos países pueden capitalizar mucho más en términos de reputación y poder. Sin embargo, volviendo al caso argentino, no se obtuvo ningún privilegio de acceso ni prioridad en la adquisición de vacunas chinas, y el Estado argentino estaría pagando bastante caro las negociaciones tardías con los pocos laboratorios que disponen de vacunas testeadas y aprobadas. Según información periodística, nuestro país recibe muchas menos vacunas de las pactadas originariamente con el gobierno chino, porque le cuestan cuatro veces más caras que la rusa y diez veces más caras que la de AstraZeneca. No parecen haber servido de mucho esas buenas relaciones con China que mencionabas. Negocios son negocios, no importa si el gobierno argentino está escaso de fondos.

Si bien el gobierno de Biden recién comienza a andar y principalmente las principales medidas se producen en torno a la vacunación de la población a la vez que de a poco su economía empieza a normalizarse, ¿cómo puede ser la relación con nuestro país, dado las cuestiones que antes te mencionamos sobre el grupo de Lima? ¿Puede darse, una vez que en dicho país empiecen a sobrar vacunas, una diplomacia desde los Estados Unidos en ese sentido?

El gobierno de Biden se ha focalizado en la campaña de vacunación y lo ha hecho con mucho éxito, cumpliendo sus objetivos antes de los plazos que se había fijado. Está vacunando rápidamente a toda la población de riesgo. Su imagen y popularidad ha subido mucho desde que asumió. Además ha tomado varias medidas en el plano internacional que vuelven atrás decisiones muy cuestionadas del presidente Trump: “America is back” América está de vuelta, resume las directrices de la nueva administración. La relación con Argentina está todavía en construcción. Creo que el gobierno argentino intentará compensar en otros campos de cooperación bilateral las diferencias que plantea el caso Venezuela, por ejemplo en el área de cambio climático. Las vacunas podría ser otra arena positiva de acercamiento entre ambos países, un asunto en el que el gobierno argentino no ha podido cumplir con las reiteradas promesas de vacunación y ha mostrado un enorme déficit de gestión.

Más allá de las cuestiones de política internacional, ¿cómo vez al gobierno de Alberto Fernández? ¿crees que hay espacio para alterar el calendario electoral previsto?

Precisamente por la combinación de una mala gestión de la pandemia  (medida en términos de cantidad de fallecidos), un plan de adquisición de vacunas y de vacunación que viene lento, sumado a la situación económica de inflación, desempleo y recuperación muy lenta, hay muchas condiciones negativas que hacen que el gobierno quiera ganar tiempo. Alberto Fernández viene cayendo en su imagen positiva de manera sostenida, el nivel de aprobación de la gestión de gobierno también. En ese contexto es claramente posible que el gobierno busque postergar las elecciones con la excusa de la pandemia, para tratar de mostrar una mejora en el escenario económico, y tratar de alcanzar una situación sanitaria más positiva. Ya empezó con esos sondeos políticos en la oposición, habrá que ver qué condiciones se imponen de la otra parte, que garantías se piden, para salvaguardar el proceso electoral, una cuestión que me parece clave en estos momentos de pandemia en los que se han tomado tantas medidas de excepción.

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