miércoles 24 de abril de 2024
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El Proyecto de Presupuesto 2022 prevé un recorte del 6,2% en Educación

Hace más de dos meses que el Proyecto de Presupuesto 2022 estaba durmiendo en la Cámara de Diputados de la Nación. La derrota del Frente de Todos en las elecciones de medio término cambió la correlación de fuerzas en el Congreso y se activaron los reflejos del Gobierno que ahora busca aprobar con urgencia 116 DNU emitidos por Presidencia durante la pandemia y un paquete de leyes -entre las cuales se encuentra el Presupuesto 2022- antes de que llegue el 10 de diciembre y se queden sin mayorías automáticas.

A pesar de la derrota, el oficialismo buscó mostrarse victorioso. Así es como Tolosa Paz, cabeza de lista en Provincia de Buenos Aires, dijo que “ellos ganaron perdiendo y nosotros perdimos ganando” y el Presidente Alberto Fernández manifestó en la Plaza de Mayo que “el triunfo no es vencer, sino nunca darse por vencidos”. Pero detrás de esta mueca de triunfalismo se esconden caras largas y de preocupación: esta fue la peor elección en la historia del peronismo, sacando tan sólo 33% de los votos a nivel nacional y es la primera vez desde el retorno a la Democracia que pierden su mayoría en el Senado y se quedan sin quórum propio.

Por este motivo es que se despabilaron y salieron del letargo parlamentario buscando la aprobación de una pila de leyes con títulos rimbombantes. Pero ni la oposición ni la sociedad son tontas, y como buenos conocedores de las mañas del oficialismo pusieron la lupa en el sentido oculto y la letra chica de los proyectos, encontrando varias perlitas. Una de ellas tiene que ver con un tema que preocupa y ocupa a la sociedad entera: la Educación. Luego de la catástrofe educativa provocada por el cierre de escuelas, que impidió a más de diez millones de niños, niñas y adolescentes su efectivo ejercicio del Derecho a la Educación, el Gobierno presenta un proyecto de Presupuesto 2022 que “prevé una disminución real de la inversión en educación (…) de 6,2% respecto a 2021” según alerta un informe
elaborado por Argentinos por la Educación.

Mientras el Presidente Alberto Fernández gritaba en la Plaza de Mayo que “vamos a seguir trabajando para fortalecer la educación pública
”, el Jefe de Gabinete Manzur anunciaba “más inversión en obra pública, ciencia, tecnología y educación en toda la Argentina
” y el ignoto Ministro de Educación Jaime Perczyk llamaba a construir una “epopeya educativa”, los espadachines del Gobierno en el Congreso de la Nación buscaban aprobar el Presupuesto 2022 con un recorte al sistema educativo.

No les alcanzó con haber mantenido las escuelas cerradas contra toda evidencia científica por un año y medio, provocando una catástrofe educativa que dejó a casi dos millones de alumnos fuera del sistema educativo
, pérdida de aprendizajes y un perjuicio inconmensurable al futuro de las generaciones jóvenes de Argentina. No es suficiente sostener la vigencia de protocolos absurdos que sólo rigen para el ámbito escolar, como la utilización del barbijo en las aulas, que sigue siendo obligatoria para los niños de la Provincia de Buenos Aires, ni tampoco las marchas y contramarchas respecto a las evaluaciones Aprender, fundamentales para conocer el nivel de aprendizaje de nuestros alumnos y tomar decisiones de políticas públicas con más y mejor información.

Así las cosas, a pesar de la tragedia educativa y los grandes desafíos para recuperar la educación en la Argentina, el Gobierno insiste con aprobar un Presupuesto que reduce los fondos para el sistema educativo en un 6,2%, lo cual implica un recorte de alrededor de 34 mil millones de pesos respecto al año anterior. Algunos de los rubros más castigados por esta reducción son los vinculados a Becas estudiantiles, a construcción y fortalecimiento de Jardines de infantes, a formación docente e infraestructura y equipamiento, entre otros. Somos conscientes que el Poder Ejecutivo debe administrar un presupuesto finito ante necesidades infinitas, pero queda claro que priorizaron otras cuestiones antes que las tremendas urgencias del sistema educativo. El “plan platita” propuesto por Gollán nos costó $114.500 por cada nuevo voto que sumó el Frente de Todos desde las PASO, pero no logró torcer la derrota electoral.

Ante un escenario de profunda desigualdad en la Argentina, con el 54,3% de los menores de 14 años y el 48,5% de los jóvenes de 15 a 29 años sumidos en la pobreza, debemos ratificar a la Educación como una prioridad en las políticas públicas. Necesitamos más y mejor educación en nuestro país: para ello debe destinarse un presupuesto adecuado y dedicarse los más grandes esfuerzos desde la gestión para revertir esta realidad que nos condena a un futuro poco promisorio.

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