miércoles 5 de febrero de 2025
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El Papa y los presidentes: llantos de CFK en soledad, la traición de Alberto con el aborto y un feliz abrazo en el debut de Milei

El 17 de marzo del 2013, Cristina Fernández de Kirchner, presidente de los argentinos, almorzó con el Papa Francisco en Santa Marta. El encuentro duró casi tres horas. Ella lloró en varias oportunidades. El arrepentimiento es un acto muy íntimo. Por su parte Francisco, es piadoso: “si Dios perdona, quién soy yo para no perdonar”. Se la vio frágil, sensible. Sola. Su gobierno estaba en un tiempo estresante de movimientos sísmicos que podrían haberle costado la continuidad constitucional. Para este Papa o cualquier otro lo peor que puede sucederle es un golpe en su país de origen. No se trata que sea militar,  el tema es la interrupción de la voluntad popular. Los Papas son jefes de Estado y como tal les corresponde reconocer no sólo a los gobiernos propios sino también a los ajenos. Por eso el recomendaba el cuidado de la presidente.

Se vieron tres veces en Roma, a solas. Coincidieron con eventos que acontecían en Italia, a los cuales ella tenía que asistir. Las otras tres veces que se cruzaron, fue cuando él viajó a Paraguay, Brasil y Cuba. Se saludaron al final de las misas multitudinarias con las que Bergoglio cierra, cada una de sus giras. Es protocolo que los presidentes que reciben al Papa, inviten a otros mandatarios a saludar al pontífice. No fueron ni ocho, ni diez, ni tantas veces como se dice que se encontraron. Eso es falso. Si es verdadero, que luego que finalizó su mandato, la ex presidente y su Santidad no se vieron nunca más. Hubo un pedido de parte de los colaboradores de Cristina Fernández, para despedirse de la vicepresidencia, antes que finalizara. La expectativa era un almuerzo en Santa Marta. Desde el Vaticano, rehusaron gentilmente.

Avanti con Mauricio Macri: La relación entre ellos nunca fue mala. Cuando Francisco fue Papa, en el acto del 19 de marzo, que caminó en la poltrona y ahí es donde se siente, respira, eso que es el poder real. Estaba todo el mundo representado y pendiente de él.  Juliana y Mauricio Macri, cuando lo saludaron, recibieron de Francisco un reproche: ¿Por qué no me la trajeron a Antonia?. Poco tiempo después, la llevaron, aún casi una bebé, para saludarlo. En la primer visita como presidente. Quién se ocupó del protocolo fue la ex canciller Susana Malcorra, con los funcionarios de la Santa Sede.

Ella pidió, especialmente, formalidad, para diferenciarse de la ex presidente.   Francisco no está pendiente de estos detalles, para eso tiene gente que se ocupa. Se respeto a rajatabla. Fue recibido en el Palacio Apostólico, con los gentiluomo, caballeros de la nobleza, más que esto en protocolo no hay. La reunión duró 21 minutos y sonó el timbre que está debajo de la alfombra del escritorio  que ocupa el Papa. Así se dio por finalizado el encuentro. No hubo intercambio de sonrisas, aúnque si con Juliana Awada. Fue un encuentro frío, distante, que se ajustó a las formas. Coincidió también que había muerto, inesperadamente, una  de la recepcionistas de Santa Marta por quien Bergoglio, sentía cariño entrañable, como por todos sus colaboradores. Todo pasa.

Llegó octubre para la santificación de Cura Brochero donde es usual que asistan los Presidentes del país oriundo del santo. Esta vez el Papa recibió a Macri con Juliana Awada, Antonia la hija de ambos, Agustina la mayor de la descendencia de, ex presidente con Ivonne Bordeu  y Valentina, la primogénita de Juliana. La reunión duró una hora, fue distendida, hablaron de cuestiones de Estado y tuvo participación especial Antonia. Quien desde sus cinco años le preguntaba a Francisco, por sus papas y con gran intriga: “vos dormís así vestido, con esa ropa”. El Papa, de la ternura, le contestaba con candor y risueño. La foto final, fue una síntesis fundamental. Todos juntos, abrazados y el Papa con Antonia. Aquí pasó casi desapercibido. Quienes conocen a Francisco saben que esa imagen, fue un mensaje claro para la jerarquía eclesiástica. Su aprobación de brazos abiertos para las familias ensambladas. 

Alberto Fernández, lo demás es silencio: Llego con esa expectativa de no saber qué iba a pasar. La primera vez con Francisco, puede o no ser traumática. Un misterio que se rebela después que sucede. Hay un lema que identifica a quienes conocen muy bien al Papa: “ cuando todos van el vino 40 veces”. Tiene salidas espontáneas que anticipan lo que está por venir. En el saludo inicial le dice Fernández “pase usted” y Bergoglio le responde, extendiendo el brazo izquierdo: “ no primero el monaguillo”. Se anticipó, sin proponérselo, a los años de su mandato. Fue premonitorio. En la biblioteca del Palacio Apostólico, conversaron, a solas, 45 minutos. Debut y despedida. La segunda reunión duró 25 minutos. Puro protocolo y rigidez. Bergoglio jamás sonrió. Fernández, sintió el rigor de no haber cumplido su palabra. Le cayeron encima todas las columnatas de la plaza San Pedro juntas.

El Papa, con la legalización del aborto, contento, no estaba. Cuando es así no existe lugar para justificarse. Francisco marca la cancha. Parece que hubieran elegido a propósito la fecha que se votó la ley: el 17 de diciembre, el día del cumpleaños 84 del Papa. Menudo regalo. Sin retorno. La traición no tiene ética. Bergoglio le llegó a abrir todas las puertas de Europa. Estaba tan preocupado por la economía de su país Fernandez, que en este viaje, para pasar vergüenza, llevó una veintena de periodistas en la comitiva. Si queres irritar al Papa, derrocha plata, en medio de la hambruna. Él sintió que con Alberto se empezó a morir la Patria.

Javier Milei, la economía: nadie esperaba una relación cordial. Tras las declaraciones que el Presidente, había hecho refiriéndose a Francisco durante su campaña. Pidió perdón. Hubo un cambio sustancial. Rápido se puso a la altura. No piensan ni siquiera parecido. Esto no resta respeto, ni cordialidad en el trato. Un dato curioso: Fabio Bartucci, oftalmólogo de Bergoglio, estaba en la Santa Sede, en una de los controles de rutina que le hace a su Santidad. Hablaron de Javier Milei, el ballotage y el resultado de las elecciones. Bartucci, se ofreció para ponerlo en contacto con él y el Papa aceptó de buena gana. Hablaron, lo felicito y en eso estuvieron conversando un rato. 

Es la primera vez que Bergoglio se comunicó con un Presidente aregentino,  para hacerle llegar sus saludos por el resultado electoral. No lo hace por mal educado, sino que no es parte del protocolo Vaticano. Si lo hizo con Joe Biden, mandatario de Estados Unidos, con quien lo une una amistad personal. Bergoglio lo acompañó hombro a hombro, brazo a brazo, en la muerte de su hijo, el segundo que perdió, que lo golpeó al punto que no quería aceptar la candidatura presidencial. Era un hombre que había perdido el sentido de la vida. Bergoglio, sabe qué hacer en estas situaciones, lo contuvo, sanó su alma.

Salió adelante. Bergoglio y Milei, se vieron por primera vez en la ceremonia de canonización de Mamá Antula. Minutos antes, el Presidente, corrió como un niño hacia Bergoglio y le preguntó: “ le puedo dar un abrazo”. Y Francisco lo abrazó, se rio, disfrutó de ese encuentro. Cuando se acercó Karina Milei, le dijo: gracias por ayudarlo. Estaba Guillermo Francos, el jefe de gabinete, quien fue alumno de la Inmaculada Concepción de Bergoglio, en la época que esos discipulos lo apodaban “Carucha”. Hace tiempo que Bergoglio, lo perdonó a Francos, que se copiaba en los exámenes finales. Lo quiere como a toda esa promoción desde que son adolescentes, porque con ellos aprendió a ser padre.

Lo cierto, es que con respeto reverencial  Javier y Karina, confesaron y comulgaron en la misa. Al día siguiente el Presidente y el Papa se reunieron 70 minutos a solas. No hubo conferencia de prensa porque Milei, no quiso. Siempre  es el visitante, el responsable de hablar o no con los periodistas. Decidió no hacerlo. Un gesto bien recibido. La buena relación humana, no implica que el Papa se calle la boca o deje de decir lo que piensa. Bergoglio es Bergoglio. Hace 88 años que no cambia su compromiso inexorable con la doctrina social de la iglesia. Javier Milei, tiene pensamiento propio, en las antípodas de Bergoglio. El malevaje ,extrañado, los mira sin comprender.

Publicado en Newstad el 18 de enero de 2025.

Link https://www.newstad.com.ar/el-papa-y-los-presidentes-llantos-de-cfk-en-soledad-la-traicion-de-alberto-con-el-aborto-y-un-feliz-abrazo-en-el-debut-de-milei

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