Hoy dedicaremos este espacio a Antonio Di Benedetto ya que se cumplen exactamente 34 años de su muerte. Este verdadero prócer de las letras nacionales nació en Mendoza, el 2 de noviembre de 1922 y publicó su primer libro en 1953.
Jorge Luis Borges señaló sobre la obra del mendocino: “…Ha escrito páginas esenciales que me han emocionado y que siguen emocionándome…”.
Por su parte Rodolfo Braceli señaló: “Era un maestro del idioma. Escribía en castellano en el castellano, era una especie de ajedrecista, un minucioso relojero al escribir. En su obra está definido cómo era él: su pasión por las mujeres y el suicidio, por ejemplo”.
Pero no sólo obtuvo el reconocimiento de esta figura intelectual por excelencia, además recibió numerosos premios a nivel mundial.
Dio enormes pasos en Diario Los Andes, nutriendo a estas páginas de un talento inigualable y llegando a ser parte de la dirección.
A lo largo de numerosas entrevistas es posible reconstruir la mirada de Di Benedetto sobre el hombre, aspecto central en el imaginario de todo escritor:
“”Yo creo –señaló en cierta oportunidad- que el hombre no es naturalmente bueno por el contrario, Ias necesidades, el afán de descollar. hacen que el hombre use muchas armas innobles. Si se porta bien es por obligación de la sociedad. Adentro suyo. se tortura. Por eso necesitamos la confesión. Por lo común nos rodean oídos sordos. La confesión busca sacar el veneno que tenemos adentro, busca el perdón. ¿Y quien es el que en forma directa nos otorga el perdón? La madre. Yo la perdí. Lo que yo siento en estos momentos es una soledad individual muy profunda, gran pudor en los sentimientos. Se me ha vuelto un tremendo problema exteriorizarlos. Si me juzgo -como todos los que fuimos inventados por Pirandello o Dostoievsky-, me siento solamente culpable y sin redención. Porque, ¿Quién me perdonaría? La otra alternativa de confesión la da el amor en pareja, que quizá sea la única salvación del hombre en sociedad”.
Toda su timidez a la hora de expresarse, escondía la enorme valentía que demostró a través de Los Andes autorizando la publicación de noticias donde se denunciaban asesinatos y atropellos cometidos por el gobierno militar en los 70′. Consecuentemente fue apresado en las instalaciones de este diario el 24 de marzo de 1976. Tras ser torturado tomó el camino del exilio y en 1984 regresó al país. Murió en Buenos Aires dos años más tarde.
En 1999, una serie de personalidades mendocinas lo eligieron como “el mendocino del siglo XX”, título que sin duda podría revalidar en lo que va del XXI.
Publicado en Los Andes el 10 de octubre de 2020.
Link https://www.losandes.com.ar/opinion/el-mendocino-del-siglo/