Si bien la Organización Mundial del Comercio es una de las varias instituciones trasnacionales en crisis, sigue siendo la única desde la que se pueden establecer reglas al comercio global. Su próxima ronda de negociaciones en los Emiratos Árabes Unidos será de suma importancia.
La OMC se reúne cada dos años para discutir reglas comerciales y la marcha de su cumplimiento efectivo. En la agenda de su treceava Conferencia Ministerial, sus 164 países miembros tienen tres temas cruciales para la existencia humana: el destino de las reservas mundiales de peces, el futuro del comercio digital y la salvaguarda de la seguridad alimentaria.
Hace tiempo que la OMC está estancada debido al abandono del liderazgo estadounidense promovido por Donald Trump cuando en 2019 destruyó el Órgano de Apelación de la OMC utilizado para la resolución de controversias comerciales entre los países miembros, al bloquear el nombramiento de nuevos jueces, argumentando el control de China. A su vez, siendo China una economía controlada por el Estado, contradice el espíritu de libre mercado de la OMC, lo que no impidió que los funcionarios de Pekín avanzaran en la estructura burocrática.
A este inconveniente se le suman la fragmentación económica alimentada por la guerra de Rusia en Ucrania y el avance del populismo que ha establecido barreras arancelarias, como el caso de la guerra comercial entre los EE.UU. y China.
Donald Trump, que durante su primera presidencia violó sistemáticamente las normas de la OMC, ahora amenaza con imponer un arancel adicional del 10 por ciento a todos los demás países si retorna en noviembre a la Casa Blanca, una medida contraria a las reglas de la OMC – abiertamente globalista – y probablemente provocaría represalias similares de los países afectados. También se comprometió a revocar las “relaciones comerciales normales permanentes” con China, preparando el terreno para aranceles adicionales además de los que impuso y Biden mantuvo.
Los tres temas que abordará la OMC son de suma importancia para el futuro del desarrollo. En su ronda anterior de 2022, se alcanzó un acuerdo parcial para frenar los subsidios que amenazan el futuro del suministro de pescado oceánico. La pesca ilegal y la subsidiada o no regulada es un factor clave en el agotamiento generalizado de las poblaciones de peces en el mundo.
Esta semana se intentará lograr un acuerdo más amplio que, con suerte, tendría un impacto mucho mayor en el mantenimiento de una de las reservas de alimentos más importantes del planeta. Si no hay un acuerdo sobre la pesca sería una tragedia de consecuencias impredecibles para 260 millones de personas cuya principal fuente de alimentación es el pescado.
El comercio digital es otro tema y el foco está puesto en que las transacciones de información sigan siendo libres de aranceles, como lo son desde 1998. Sin embargo, desde entonces el mundo ha cambiado de manera drástica, la música, el video y el entretenimiento han perdido su soporte físico y viajan a través de la fibra óptica por lo que los estados quieren recuperar el dinero perdido por la venta de los soportes físicos gravando ese comercio electrónico. Si la OMC acuerda con el arancel estaría yendo en contra de su espíritu globalista. Por eso la idea sería la de prorrogar la libertad de acceso, principal deseo de los empresarios.
Por último, la seguridad alimentaria que es un tema prioritario para la India en su lucha contra el hambre, estará sobre la mesa. La India de Narendra Modi hace una década que, en contra de los principios de libre comercio que orientan a la OMC subsidia el arroz y otros productos agrícolas para asegurar la alimentación del país más poblado del mundo, resistiendo el embate de los productores de los países centrales, sobre todo de los EE.UU.
El libre acceso a la terapéutica contra el COVID-19 y el ingreso de dos miembros a la OMC, son otros dos asuntos que tratará una ronda en la que se juegan muchas cosas trascendentes para el nuevo orden mundial.
