Hace unos días recibí el llamado de un gran amigo que estaba con su hijo adolescente, me explicó que Santi de 17 años quería hacerme una pregunta, puso el manos libres y escuche: ¿Milei es o no es liberal? En primera instancia me agradó escuchar a un joven hablando de ideologías pero me sorprendió su preocupación en camino de definir su primer voto.
Mi respuesta fue Milei es un fisiócrata, una teoría política en desuso hace 300 años.
El capitalismo del siglo XVIII, tenía como escuela predominante a la FISIOCRACIA. Una ideología encabezada por el francés François Quesnay quien sostenía que una ley natural gobernaba el sistema económico regulando al resto de las relaciones sociales. La frase “laissez faire, laissez passer, le monde va de lui même”, dejar pasar dejar hacer el mundo camina solo, proviene de esa época. Epoca anterior a la Revolución Francesa, cuando no existían los estados nacionales, épocas de colonialismo y del auge de la esclavitud en occidente.
En el siglo siguiente a los fisiócratas, entre el 1800 y el 1900, se producen las conformaciones de los grandes estados europeos, se prohibe la trata de personas y concluye el periodo de las independencias americanas. Es allí cuando se conforman definitivamente los países como democracias liberales y capitalistas, cuando el “estado” comienza a desarrollar su rol mediador acompañando el enorme crecimiento poblacional que se comenzaba a percibir.
El Estado invisible de los fisiócratas, el de Milei, jamás existió en una democracia liberal.
En 1883, un precursor del rol mediador del estado, el canciller Otto von Bismarck, impuso las primeras leyes sociales dando inicio a una relación inescindible entre el estado y el capitalismo. Fueron de su creación la ley de accidentes laborales, las pensiones por vejez y por incapacidad, entre muchas otras medidas que prolongó la vida de la monarquía prusiana.
La virtud de Bismarck fue darse cuenta a tiempo que las teorías socialistas empezaban a interpelar seriamente las relaciones entre los trabajadores y el capital. De esa forma, vieron alejarse una revolución comunista que fue exitosa en Rusia, pero fracasó en la naciente Alemania, país donde nació el marxismo.
Con Bismarck, el capitalismo pujante en productividad e inhumano en lo social, encontró en el “estado” a un aliado que le garantizó su reinado hasta nuestros días.
Hacia fines del siglo XIX las sociedades industriales ya no toleraban el “dejar hacer dejar pasar”, las leyes naturales de los fisiócratas no habían logrado que el mundo camine solo.
Jamás existió una sociedad capitalista sin “Estado” en la historia de las democracias liberales.
Lo que propone Milei es imposible.
Ese mundo de los fisiócratas admirados por Milei, tenía 8 millones de habitantes, hoy estamos al borde de los 8 mil millones, el mundo cambio, Milei no.
Milei atrasa.