sábado 14 de diciembre de 2024
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El día que Alfonsín y Antonio Cafiero defendieron la honorabilidad de Illia frente a los carapintadas en la Convención Constituyente

La Asamblea Constituyente que llevó adelante la reforma constitucional de 1994, hace 30 años, tuvo momentos de debates de alto voltaje político que, en algunos casos, hizo temer que en que se produjesen desbordes y agresión entre los convencionales. Uno de ellos sucedió cuando al momento del debate de la incorporación con rango constitucional de los tratados internacionales, entre ellos, aquellos en defensa de los derechos humanos, cuando en medio de la discusión un representante peronista, a contramano del espíritu de su bloque que estaba hegemonizado por el menemismo y otro de la bancada del MODIN en el que se nucleaban ex militares como Aldo Rico y civiles que habían adherido a los intentos de golpe de Estado que encarnaron los llamados carapintadas durante el mandato presidencial de Raúl Alfonsín atacaron la honorabilidad y la rectitud de los procederes del ya entonces el extinto Presidente radical, Arturo Illia, al acusarlo de haber impartido durante su mando la orden de derribar al avión que traía en 1964 a Juan Domingo Perón al país y ante tamaño agravio Raúl Alfonsín no dudo en reaccionar encolerizado y en su contraataque verbal los acusó de “mentirosos”, “sinvergüenzas” y “caraduras”  y hasta, junto a algunos correligionarios, estuvo al borde de un posible enfrentamiento físico con aquellos que habían insultado la figura del ‘Gran Repúblico”. El veterano referente peronista, Antonio Cafiero, descalificó aquellas injurias y terminó exclamando: “Vayan mis respetos al gobierno de ese gran demócrata que fue Illia y a la actitud del gobierno radical”.

Todo sucedió el martes 2 de agosto de 1994 cuando cerca del mediodía se reanudo tras un cuarto intermedio a sesión y, en ese marco, el convencional Cafiero,  reseñaba que desde la comisión de Integración y Tratados Internacionales se había ha abordado la temática sugerida por la ley que declara la necesidad de la reforma constitucional” y, por lo tanto, se proponía modificar un inciso y la incorporación de un nuevo artículo al futuro texto constitucional que se vinculaba con atribuciones del Congreso. “La comisión propone a esta Honorable Convención los siguientes puntos: la jerarquiza­ción con rango constitucional de tratados sobre derechos humanos, la atribución del Congreso, en un nuevo inciso del artículo 67, para dictar medidas de acción positiva vinculadas con la discriminación y con la desigualdad, en particular referidas al derecho de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con alguna discapacidad. Asimismo, busca cubrir una laguna en nuestro orden constitucional a través de un nuevo inciso, vinculado a los procesos de integración, establece los mecanismos de sanción legislativa para aprobar aquellos tratados de integración con otros estados, en los cuales existan delegaciones de competencia”, detallo.

Como ocurría en cada tema la se fue originaron extensas intervenciones de otros constituyentes y cuando habían transcurrido casi cinco horas en las que otros convencionales de distintos bloques exponían acerca de distintos aspectos de la cuestión el clima en que se desarrollaba la sesión se alteró cuando el justicialista santafesino, José Giordano, intervino y enlazó expresiones que se habían escuchado de reivindicaciones en torno a las figuras de Juan Domingo Perón y Arturo Illia. Y disparó: “¿Cómo puede conciliarse una cosa con la otra si cuando Perón regresaba a su patria, la nuestra, en una aeronave española, el presidente Illia y el canciller Zavala Ortiz le dieron orden a la Fuerza Aérea de que si no acataba la prohibición de ingreso en el espacio aéreo argentino —el nuestro, el de su patria— el más eminente ciudadano argentino de ese momento, había que derribar ese avión con sus ciento veinte ocupantes?”, lo que provocó la reacción de Alfonsín, quien a viva voz refutaba las aseveraciones del convencional del PJ que, incluso, ya recibía desde sus propios colegas de bancada, algunas recriminaciones por sus expresiones.

Alfonsín se pudo de pie y lanzó una encolerizada réplica contra las afirmaciones de Giordano y se desató un  griterío de proporciones al que se sumó, por supuesto, el resto de la bancada radical con lo que se hacían casi inaudibles las expresiones con las que el líder de la UCR recriminaba las acusaciones de Giordano, quien, a su vez, se exhibía desde su banca desafiante e iracundo ante los radicales. El jefe de la bancada del radicalismo, de pie, con gestos alguno ampulosos, le exigía al peronista que se retractara ante lo que consideraba una “¡calumnia inaceptable!”, se le escuchó decir.

Alfonsín, enérgico reiteraba sin detenerse sus reproches mientras que justicialista Alberto Pierri, quien en ese momento presidía la sesión intentaba poner calma y orden en el recinto desde cuyas galerías laterales quienes eran asesores de la bancada de la UCR y parte del público también lanzaban epítetos de grueso calibre hacia aquel constituyente peronistas, Giordano, quien había agraviado la figura del extinto Presidente Illia.

El justicialista Alberto Pierri, quien como Vicepresidente primero de la Asamblea, conducía el debate, en un reemplazo momentáneo al Presidente de la Asamblea, Eduardo Menem, buscaba poner orden en medio de cruces verbales entre Alfonsín y los otros convencionales radicales con Giordano y otros que defendían o reprochaban los dichos del peronista y, en ese marco, le cedió la palabra al constituyente del MODIN, Alejandro Vázquez, quien agudizó el clima de conflicto: “Señor presidente: Considero que un hecho histórico ocurrido en 1964, exactamente hace treinta años, no se compadece con los temas en discusión en esta Convención Constituyente”.

Y completó:  “Pero como hecho histórico que es, y del cual fui testigo accidental, ratifico plenamente las expresiones del señor convencional Monti y rectifico absolutamente las expresiones un tanto desacomodadas por su investidura de convencional constituyente, del doctor Alfonsín”, dijo un tanto alterado ya que hasta confundió el apellido de su colega que había desatado el escándalo.

Alfonsín y sus correligionarios no cejaban en su intento de reclamarle a Giordano que se rectificara de sus dichos y más un convencional radical lanzó duros insultos hacia el aquel constituyente del PJ mientras Vázquez, se sumaba al intercambio de agravios con el líder radical y la mayoría de los convencionales de la UCR y, a la vez, le solicitaba a los gritos a Pierri que le concediera la palabra con el argumento de que había sido aludido mientras se entreveraba en la disputa verbal y repetía “…no les voy a contestar…” pero, en ese instante logró que Pierri le permitiese hablar no sin antes solicitarle que se dirigiera “a la presidencia y que no dialogue” con el resto de los convencionales radicales e, incluso, peronistas que a los que en algunos casos se le escuchó enrostrarle “¡usted quiere romper la asamblea!”.

Vásquez atacó verbalmente a Alfonsín: “Señor presidente, no le voy a permitir al convencional Alfonsín, que gobernó el país bajo el estado de sitio, que no cumplió con su mandato…”, y eso fue lo último que alcanzó a expresar y con ello profundizó el altercado con el jefe de la bancada y el resto de los constituyentes de la UCR. El líder de la UCR vociferaba “¡mentirosos!, ¡sinvergüenzas!, ¡caraduras!” mientras le clavaba la mirada a Giordano, a quien se le atribuía cierta empatía con los otrora carapintadas, y en particular hacia Vázquez, quien para agravar el escándalo se burlaba de Alfonsí e, incluso, del convencional radical, Chacho Jaroslavsky, quien de tanto en tanto se desplazaba ayudándose con una muleta en razón a una intervención en su columna vertebral a que a la que se había sometido ya hacía tiempo. “Crápula”, le espetó el radical entrerriano que se acercaba cada vez más hacia quien lo había destratado.

Algunos convencionales radicales y otros que no lo eran buscaban cerrarle el paso a Alfonsín, a Chacho Jaroslavsky y a otros constituyentes de la UCR ante el temor de que la discusión derivara en un incidente de mayor calibre en medio de renovador gritos que proferían desde sus bancas convencionales del PJ y hasta del Frente Grande que tenía como referente a Carlos “Chacho” Álvarez, contra Giordano y Vázquez aunque también las recriminaciones alcanzaban al resto de los miembros de la bancada del MODIN.

El medio un clima de desorden y griterío en el recinto del Paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral donde sesionaba a asamblea y en el que se involucraban convencionales de otros bloques, como los del Frente Grande, que encabezados por Carlos “Chacho” Álvarez, las recriminaciones se dirían a Giordano y a Vázquez. El bloque del PJ que presidía el entrerriano, Augusto Alasino, temió  que la furia de los radicales derivara en el retiro de la bancada de la UCR de la convención con lo cual la convención constituyente, en caso de que ello ocurriese, podía naufragar.

“De esta manera no se puede continuar la sesión. La Presidencia considera que deberíamos volver a la forma en que estábamos sesionando hasta este momento. Es lamentable lo que está ocurriendo. Pero como observo que no existe ánimo de adherir a lo que estoy planteando, vamos a pasar a cuarto intermedio para que puedan reunirse los presidentes de bloque”, expresó Pierri desde el sillón de la presidencia de la asamblea y su desarrollo se detuvo mientras continuaba el cruce de insultos entre radicales y algunos que salían en defensa de Giordano y Vázquez.

Habían transcurrido varios minutos desde el inicio del cuarto intermedio y Pierri volvió a ocupar el sillón de la presidencia. “Hemos estado conversando con algunos presidentes de bloque y llamo a la reflexión a los señores convencionales para que no enturbiemos esta Convención, no sé con qué intenciones, con agravios hacia nosotros mismos, hacia los partidos, hacia todos los que estamos aquí presentes”, tras lo cual apuró el trámite de la votación en general del proyecto en cuestión e impidió que el otrora carapintada, Vázquez, volviese a hablar y le cedió la palabra al convencional Cafiero.

“Hablo por mandato de los compañeros que componen el bloque Justicialista. Por supuesto hemos apoyado la moción formulada por el señor presidente y la votación que acaba de tener lugar. Pero como en este recinto ha habido un previo debate, en homenaje a la verdad histórica no puedo dejar de contribuir, con el conocimiento que me da el haber protagonizado los sucesos que se mencionaron y que fueron fuente de este conflicto, a esta controversia que intenta interrumpir el curso histórico de esta Asamblea Constituyente, que intenta evitar que continuemos dando este ejemplo ante la ciudadanía de nuestra Patria”, dijo el peronista bonaerense

Cafiero prosiguió: “En diciembre de 1964 teníamos a nuestro cargo con un grupo de compañeros la conducción del Movimiento Nacional Justicialista. Dicho sea de paso y en homenaje a la verdad histórica, nuestro Partido Justicialista, proscripto desde 1955, había sido legalizado por el gobierno de Illia” y sólo esa frase originó aplausos desde la bancada radical principalmente. “Habíamos tenido nuestro primer proceso interno democrático en agosto de 1964. Pero teníamos una deuda pendiente con el pueblo peronista y con el pueblo argentino. Queríamos el regreso del general Perón a su patria, y así se lo planteamos a muchos dirigentes radicales. Perón nos había encomendado esa tarea a un grupo de peronistas. Quería venir en son de paz a la República.

Tras una breve reseña histórica de los acontecimientos de aquella época expresó: “no hubo en ningún momento amenaza alguna contra la seguridad física de Perón. Doy testimonio histórico de esto. Sí nos dolió que el gobierno argentino, a través de Zavala Ortiz, le pidiera al gobierno brasileño que detuviese el viaje de Perón en Río de Janeiro. Eso sí nos molestó y nos agravió”.

“Pero no hubo ninguna amenaza a la seguridad física de Perón ni de sus acompañantes. Esta amenaza física tuvo lugar en otra ocasión: en noviembre de 1972, cuando volvimos a traer a Perón a la República. En este entonces el que habla, junto con otros compañeros, recibimos la notificación del gobierno de (Agustín) Lanusse de que corría peligro el avión de Perón y que no se debía intentar esa operación. Dijo Lanusse: “yo no voy a permitir que unos cuantos negros me hagan otro 17 de octubre. Estoy citando a personajes vivos que pueden desmentir o confirmar lo que digo”.

Y completó: “Vayan mis respetos al gobierno de ese gran demócrata que fue Illia y a la actitud del gobierno radical que nos habilitó a la legalidad después de más de veinte años de proscripción. Esa es la verdad histórica, señor presidente, y quienes inventen lo contrario están falsificando la historia para atender a minúsculos intereses de partidos o, menos que de partidos, de facciones, y para hacer abortar el significado histórico y la trascendencia de esta Convención, que debe continuar como siempre. Aquí no ha pasado nada, señor presidente”.

Hubo aplausos y felicitaciones hacia Cafiero.  Sólo un par de minutos después habló Alfonsín: “Señor presidente: sólo quiero decir unas pocas palabras. Agradezco las pruebas de solidaridad que desde todos los sectores ha recibido nuestro bloque con motivo del agravio que se le ha inferido. Así como en el trágico suceso de la AMIA cuando marchamos lo hicimos en silencio, nosotros damos ahora la misma respuesta: no hacemos más discursos pero votamos para garantizar los derechos humanos en la Argentina”. Un prolongado y ruidoso aplauso coronaron las expresiones del líder de la UCR.

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