jueves 26 de diciembre de 2024
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Ejes de la esquiva reforma tributaria

La historia de la humanidad está plagada de conflictos acerca de la tributación. Argentina no es la excepción, y la importancia de los impuestos para financiar al sector público y lograr los objetivos buscados en términos de eficiencia, distribución y crecimiento suele estar en el centro de agitados debates.

Lamentablemente, la de nuestro país durante las últimas décadas es una historia de excesos con dificultades para lograr consensos sobre su nivel y estructura. Resulta imperioso salir de los límites estrechos del debate local, cargado de prejuicios e intereses particulares. Es lo que propone una reciente publicación de por EUDEBA con el título “Aportes al debate sobre la tributación en América Latina”, como homenaje Juan Carlos Gómez Sabaini, quien fuera uno de los más importantes referentes en política tributaria de la región.

La tributación en la Argentina es por demás compleja. Ha probado una gama muy amplia de variantes sin llegar a constituirse en fuente estable, permanente y suficiente del financiamiento público. El nivel relativa e históricamente elevado de carga tributaria se ha basado en la permanencia de tributos extraordinarios, adoptados en la emergencia, pero mantenidos en el tiempo.

En cuanto a la tributación tradicional, resalta la importancia de los impuestos sobre el consumo (IVA, Ingresos Brutos, entre otros), lo que contrasta con una pobre representatividad de la tributación sobre la renta personal y sobre los patrimonios.

Esta combinación hace que el sistema tributario argentino sea percibido como regresivo e injusto. Además, en una economía con elevada informalidad resulta complejo el combate contra la evasión, máxime cuando muchas exenciones y otros gastos tributarios no siempre están debidamente justificados.

Cualquier reforma tributaria (especialmente para la Argentina) debe considerar especialmente las particulares circunstancias en las que se discute y los pasos que definen la transición desde la situación de partida y la deseada.

No es este el espacio para profundizar en los diversos aspectos de la reforma necesaria (cuyas argumentaciones se presentan en la publicación antes mencionada), pero debe resaltarse la necesidad de fortalecer el tributo sobre los ingresos (confusamente denominado “ganancias”) de las personas humanas.

En línea con las reformas del resto del mundo, se trata del tributo que presenta mayores potencialidades en materia de solvencia y equidad, muy ausente e intencionadamente desprestigiado en el caso argentino.

Más allá de ese eje central de la reforma, pueden mencionarse otros que también debieran ser considerados. Por ejemplo, la necesidad de eliminar, aunque sea paulatinamente, el impuesto sobre débitos y créditos en cuenta corriente; la redefinición de los derechos de exportación en relación con la trayectoria del tipo de cambio real; el fortalecimiento de los impuestos sobre productos nocivos para la salud y el ambiente (combustibles, tabaco, alcohol y bebidas azucaradas); la priorización de la sostenibilidad y el impacto distributivo de la protección social al momento de considerar cualquier cambio en las contribuciones sobre los salarios y el monotributo; la negociación de reformas en la tributación subnacional a partir del afianzamiento de la imposición sobre la propiedad, y una gradual reducción de ingresos brutos siempre que no se comprometa la situación fiscal de las provincias, con atención especial al financiamiento del gasto en educación, salud y seguridad.

Publicado en Clarín el 22 de agosto de 2024.

Link https://www.clarin.com/opinion/ejes-esquiva-reforma-tributaria_0_FG8aoJeXnj.html

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