miércoles 24 de abril de 2024
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Edit Gallo: “Las mujeres radicales se comprometieron tempranamente con la causa del sufragio femenino”

Edit Gallo es investigadora en los campos social e histórico y autora de una considerable producción historiográfica. Entre sus publicaciones más destacadas se encuentran: Historia de la Beneficencia en el Buenos Aires colonial (2002), Nuestra Causa (2004), Prensa política (2006), Construcción de un partido político. Las convenciones nacionales de la UCR (2009), Periodismo Político Femenino (2013), Propaganda política de la UCR (2013) y Arturo Illia. Obra de Gobierno (2016). Se desempeña desde hace treinta años como directora de la Biblioteca, Archivo Histórico y Centro de Documentación de la UCR. Con motivo de la publicación de su nuevo libro, Las mujeres en el radicalismo argentino (1890-2020), publicado por Eudeba, realizamos esta entrevista.

¿Por qué era necesario escribir sobre las mujeres del radicalismo argentino, un tema que es poco tenido en cuenta en nuestros libros de historia?

Justamente, lo que me impulsó a investigar sobre la actuación y participación de las mujeres en el radicalismo fue la escasa bibliografía que había sobre el tema, no pasaba lo mismo con la historia de las mujeres anarquistas, socialistas y peronistas. De este modo, era necesario visibilizar las luchas de las mujeres radicales para lograr el reconocimiento de los derechos cívicos y la efectiva inclusión en los espacios de poder. 

De esta manera, fui armando un rompecabezas con el material que  se encontraba totalmente disperso en un período que se extiende desde los orígenes (1890) hasta la actualidad. Recorrí las plataformas electorales, las convenciones nacionales, los documentos partidarios en distintos archivos y hemerotecas, en especial en la Biblioteca y Archivo Histórico de la UCR.

La temática sobre las mujeres radicales viene a llenar un vacío en los estudios sobre el género y la historia de las instituciones políticas.

¿Quienes fueron las pioneras en la militancia feminista en nuestro país?

A fines del siglo XIX la situación jurídico-política de la mujer era comparable a la de una menor de edad. En ese sentido el desequilibrio entre los derechos del hombre y los de la mujer se evidenciaba tanto en el plano civil como en el político. En efecto, Ellas pasaban de la tutela de su padre a la de su esposo, necesitando del consentimiento de éste para disponer de sus propios bienes.

Influidas por voces feministas de otras partes del mundo surgían, los primeros movimientos afines en la Argentina. Un puñado de inquietas mujeres fue dando origen a distintas agrupaciones nucleadas en torno a sus intereses. Así se destacaron militantes anarquistas, radicales, socialistas y distintas personalidades que pertenecían al mundo de la ciencia, de las letras, o de la universidad, como Elvira Rawson, Alicia Moreau,  Julieta Lanteri, Cecilia Grierson, Alfonsina Storni,  Petrona Eyle, Raquel Camaña, Carolina Muzilli, obrera de la aguja y el dedal, entre otras.

¿Cómo participan las mujeres radicales en los primeros años de conformación de la UCR? ¿Qué rol les cabe en el proceso revolucionario de aquellos años?

Tratándose de una agrupación centenaria, cobra un interés especial ir desmenuzando la actuación política de la mujer desde sus orígenes hasta las décadas más recientes, y observarla a través de los múltiples vaivenes de la historia. En sus orígenes, -cuando todavía era Unión Cívica-, la mujer jugó un papel importante durante la Revolución de 1890, a pesar de que en ese tiempo la política era cosa de hombres. Sin embargo, el 26 de julio de 1890, durante la denominada Revolución del Parque, una mujer, estudiante de tercer año de la carrera de medicina, con sólo 23 años de edad curó y socorrió a los heridos, sin tregua ni descanso durante tres jornadas completas, con verdadero valor, tal vez sin siquiera notar que había testigos de su obra. Apenas dos meses después de éstos hechos, a raíz de su destacada actuación, Leandro Alem le obsequiaba un reloj de oro y un pergamino como un homenaje a los merecidos servicios prestados entre los héroes de la jornada del Parque.

A los revolucionarios de boinas blancas los distinguía una divisa con los colores blanco, verde y rosa. En otro ámbito, Josefina Copmartín y Elvira Ballesteros fueron las que confeccionaron banderas, gallardetes y tres mil escarapelas que llevaban todos ellos en el hombro derecho. 

¿Por qué no se les suele dar el rol que merecen a la hora de reivindicar la lucha por el sufragio femenino? Muchos proyectos se presentaron desde la UCR en aquellos años en ese sentido. ¿Por qué no avanzaron?

Las mujeres participaron destacadamente en la vida política argentina, aún cuando todavía no tenían derecho para ello. La Unión Cívica Radical contó con la actuación de pioneras que se comprometieron tempranamente con la causa.

Las agrupaciones feministas debieron luchar primero porque fueran reconocidos los derechos civiles de la mujer. Persistieron en esa batalla hasta que por fin, recién en 1926, durante el gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear, quedaba aprobada la reforma al Código Civil que modificaba la situación de minoridad perpetua de la mujer en la normativa jurídica.

No ocurrió lo mismo con los derechos políticos, pues las iniciativas parlamentarias presentadas por legisladores que provenían de diferentes sectores ideológicos, sostenidos asimismo por las agrupaciones feministas, no lograron convertirse en leyes. Y la dinámica de esta derrota no residía tanto en que hubiera una oposición ferviente argumentando en contra del sufragio femenino, no era la estrategia de obstrucción empleada, sino una, quizá más sutil e inexorable, que consistía en postergar una y otra vez el tratamiento legislativo de los proyectos sobre el sufragio femenino.

Cabe señalar que el diputado radical Rogelio Araya fue el autor del primer proyecto de ley presentado en la Cámara de Diputados de la Nación sobre sufragio femenino en 1919. Unos meses antes la Asociación Pro- Derechos de la Mujer, liderada por Elvira Rawson  solicita al mismo doctor Rogelio Araya, -desde el cargo de presidente del Comité Nacional- la necesidad de reivindicar para la mujer la plenitud de los derechos civiles, políticos y económicos. De este modo, el comité nacional de la UCR convoca a la Convención Nacional para que entre otros importantes asuntos traten el otorgamiento del sufragio femenino.   

¿Quiénes son las mujeres relevantes a lo largo del siglo XX en el radicalismo?

En 1912, se inauguraba y transitaba una nueva era, con la sanción de la Ley Sáenz Peña, que sin embargo aún excluía de su seno el voto femenino. De este modo, alentados por lo que habían logrado, comenzaban una decidida campaña de apertura de locales de la Unión Cívica Radical por las distintas parroquias de la ciudad porteña. Así, asistimos a la formación del Comité Femenino Radical, en 1912, junto con el Comité Feminista Radical de la Provincia de Buenos Aires, organizado en 1916 con la finalidad de apoyar la fórmula propuesta: Hipólito Yrigoyen-Pelagio Luna en las elecciones presidenciales de aquel año.

Sabemos que la UCR contó a lo largo de su historia con la actuación y valor de las pioneras, como Elvira Rawson, la formación de sus propios comités, la resistencia ante las dictaduras, los comienzos de la organización femenina en la estructura partidaria, la aprobación de la ley que les permitió elegir y ser elegidas y el modo en que las protagonistas debieron sortear enormes dificultades para pasar del ámbito privado al público.

A través del siglo XX se destacaron muchas mujeres que actuaron en el radicalismo cada una con su impronta como Tomasa Alem, Clotilde Sabattini, María Roldán, María Teresa Merciadri de Morini, Ana Rivero Almagro, Nélida Baigorria, Margarita Malharro de Torres, Florentina Gómez Miranda, Elva Roulet, Norma Allegrone, entre otras.

Recién en 1973 la doctora María Teresa Morini resultó electa diputada nacional por la provincia de Córdoba durante el período 1973-1977, lo que la convirtió en la primera representante femenina del partido radical que ocupó un sitio en el Parlamento Nacional. Era abogada, se desempeñó tanto en la justicia como en el terreno político con probidad, por su capacidad ocupó los cargos máximos en la conducción política de la UCR. Fue una de las impulsoras de la Ley de Cupo Femenino.

En este sentido ha sido sumamente valioso rescatar del olvido a tantas personalidades del género con admirables convicciones, constatando de este modo que por ellas existe un camino ya inaugurado y transitado. En verdad, las experiencias vividas a raíz de estas luchas fueron democratizando el espacio público, inclusive hoy con el transcurso del tiempo, es posible descubrir a las argentinas como grandes constructoras de la historia.  

¿Cuál es el aporte que hacen al retorno a la democracia y su consolidación definitiva a partir de 1983?  

La mayoría de las mujeres radicales destacadas ya venían resistiendo ante las dictaduras. Tenían en claro la necesidad de la institucionalización del país y que no era mediante la violencia como se iba a conseguir el retorno a la democracia. Hay que tener en cuenta que en los años de dictadura el solo hecho de pertenecer a un partido político era sinónimo de sospecha y significaba un grave peligro, ya que toda actividad política estaba prohibida. Sin embargo, las mujeres radicales  que se comprometieron con la libertad y la democracia han sido invisibilizadas por la historia.

A partir de 1983 emergió un radicalismo vigoroso que captó las demandas de la sociedad. La escasa inclusión de las mujeres en lugares relevantes dentro de las listas del nuevo oficialismo significó que solamente salieran electas tres diputadas nacionales destinadas a integrar la Cámara Baja del Parlamento Nacional. Esta cifra devino en cinco, por la incorporación de legisladoras suplentes, ante la renuncia de los titulares. La presencia  de sólo cinco mujeres en la Cámara de Diputados como Norma Allegrone, Florentina Gómez Miranda, Dolores Díaz de Agüero, Nora Susana Bonomi y Fausta Martínez Martinoli ha sido clave para impulsar la sanción y presentación de proyectos de reforma de la legislación vigente, siempre con la intención de garantizar los derechos de la mujer. En cuanto a la Cámara de Senadores de la Nación, apenas una senadora radical, Margarita Malharro de Torres, -autora de la Ley de Cupo- representante de la provincia de Mendoza, fue quien durante el período 1983-1992, rompió  la uniformidad de voces masculinas, que animaban su bloque.

En 1983, con el advenimiento de la democracia la arquitecta Elva Roulet resultó electa vicegobernadora por la provincia de Buenos Aires. Fue la primera mujer con un mandato electoral en un Poder Ejecutivo provincial. Formó parte de los grupos de expertos e intelectuales que planificaron y estudiaron políticas de Estado.

En ese sentido, durante el gobierno del doctor Raúl Alfonsín, mujeres de reconocida trayectoria ejercieron cargos en el Ejecutivo como la doctora María Teresa Morini que fue nombrada subsecretaría de Culto de la Nación y desde junio de 1985 se desempeñó como subsecretaria de Derechos Humanos. Nélida Baigorria estuvo al frente del Consejo Federal de Educación y le confiaron la titularidad del Plan Nacional de Alfabetización. María Roldán de Foulkes colaboró con el gobierno desde la dirección de la Superintendencia Nacional de Enseñanza Privada. Elsa Kelly, abogada y diplomática  de gran trayectoria. La doctora Mabel Bianco que presidió la Comisión Interministerial de Salud, Mujer y Desarrollo. En agosto de 1987, Gabriela González Gass se convirtió en la primera mujer en ocupar un cargo en la Municipalidad porteña, designada como secretaria de Gobierno.

Se hacía necesario que se lograran más espacios de poder relevantes y que se cumpliera con lo dicho en la plataforma electoral, en donde el estado debía incorporar y fomentar la participación  en favor de  la mujer. Fue a partir de una decisión política del presidente doctor Raúl Alfonsín que se creó la Subsecretaría de la Mujer.   

Florentina Gómez Miranda es tal vez la referente radical más conocida. Gran impulsora de la Ley de divorcio, de la Patria potestad compartida y del cupo femenino. ¿Cómo llevó adelante esos procesos para lograr esos derechos tan retrasados en nuestra legislación? ¿Cuál es su legado?

Florentina Gómez Miranda, símbolo de la lucha de los derechos de la mujer comenzó a militar en el radicalismo en la década del cuarenta. Desde el comienzo de su carrera política tenía en claro sus objetivos. Es así que en 1949, durante el Primer Congreso Nacional Femenino de la UCR, realizado en Córdoba, presentó un proyecto que había elaborado sobre “patria potestad compartida”, estudio que conservaría su vigencia hasta mucho después, cuando fue elegida diputada nacional en 1983 y lo expuso en la Cámara de Diputados de la Nación.

Recién, una vez recuperada la democracia, en 1983, es elegida diputada nacional y reelegida en 1987. Esta legisladora de gran temperamento y convicciones fue una adelantada en la defensa de los derechos de las mujeres, defendió con vehemencia sus proyectos. Cuando en junio de 1989 presentó su proyecto de Ley sobre “despenalización del aborto en la mujer violada” no supuso que traería un verdadero revuelo en la sociedad argentina. Los fundamentos de su proyecto se basan en la defensa de la mujer. Al respecto dijo en un artículo del diario La Nación: “He logrado correr el velo de una hipocresía”. También en 1989 presentó junto a otras diputadas nacionales, de diferentes partidos un proyecto sobre Cupo Femenino. Se definía de esta manera: “siempre digo que soy maestra por vocación, abogada por elección y política por pasión”

¿Podemos considerar esos grandes avances de los primeros años de la democracia, gracias al apoyo además dado por Raúl Alfonsín, antecedentes directos de los logros más cercanos como el matrimonio igualitario o el derecho al aborto legal?

El retorno a la democracia provocó interesantes expectativas para todos, naturalmente también significó una promesa para los grupos de mujeres que se sumaron al radicalismo, convocadas y atraídas por una consigna que hacía referencia a “una entrada a la vida”.  A su vez, dentro del partido radical, y en especial del presidente de la nación doctor Raúl Alfonsín, hubo una preocupación manifiesta por la cuestión de las mujeres. Esto se reflejó en la Plataforma Electoral de 1983, allí se hacía referencia a que la democracia debía volver a cobijar a sus mujeres y a sus hombres, procurando la efectiva y plena incorporación de la vertiente femenina a la vida social, sin discriminación de ningún tipo. Reservó un capítulo específico dentro del programa electoral dedicado al problema de la “Ubicación de la mujer en el mundo moderno”. Entre las propuestas de la UCR se encuentra la equiparación de la mujer en el ejercicio de la Patria Potestad y toda otra forma que implique cualquier tipo de discriminación o menoscabo de sus derechos”.

Además el gobierno del doctor Raúl Alfonsín ratificó la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta Convención fue uno de los instrumentos más poderosos en la lucha por la igualdad de la mujer.

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