Para los líderes democráticos las elecciones se ganan, o se pierden, y eso es lo que sucedió el domingo pasado en la Argentina donde triunfó de manera clara la oposición, especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde por un escaso margen de 1,3%, triunfo Juntos.
Este triunfo se desarrolló en 109 de los 135 municipios, en siete de las ocho secciones electorales. El gobernador Kicillof, comparando la elección general del 2019 con esta, perdió 14 puntos, 1.900.000 votos. Está claro, que la recuperación de 5 puntos desde las PASO a esta elección general, le permitió equilibrar las cuentas en el senado, donde la bancada oficialista tendrá 23 miembros, igual que la oposición. En diputados el bloque oficialista perdió tres escaños, por lo tanto, en términos legislativos, la situación es de equilibrio, pero también lo será para el gobernador el equilibrio, entre el, que no es un jefe territorial, y los intendentes, especialmente en el conurbano.
En la poderosa tercera sección electoral, el promedio de votos fue en todos los casos, de los intendentes superior al 45%, menos, donde gobierna La Cámpora ,en Quilmes, Mayra Mendoza ganó por un punto, 40 a 39. En la primera sección electoral, se destacan las elecciones de Malvinas Argentinas, José C. Paz y San Fernando. Está claro, que este poder de los intendentes, se expresará en alguna reformulación del gobierno, o en algo mucho más importante, que sucederá con la limitación a sus reelecciones.
También el gobernador enfrenta el desafío, de su relación con la oposición, no solamente por la situación legislativa, sino porque juntos, se siente que puede volver al gobierno en el 2023. Un dato sobresaliente, la baja participación, en la provincia de Buenos Aires el 72%, y en nueve provincias argentinas, menos del 70%. Veremos si esto, es circunstancia de la pandemia, o cierta disconformidad con los partidos políticos.
