lunes 30 de diciembre de 2024
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Deconstruir el populismo

El populismo es al mismo tiempo un proceso histórico, una forma de concebir la construcción de poder y una cultura.

Por eso mismo su superación implica no negarlo.

Se trata de un registro histórico, que con matices recorre casi todo Occidente, y hunde sus raíces en el desprecio de la institucionalidad burocrática, y en la asignación de responsabilidades (ciertas o no) de modo muy concreto frente a desafíos públicos incumplidos. En síntesis, simplificación y estigmatización.

Desde Trump a Chavez, ninguno de los lideres populistas reivindican la necesidad de una profesionalidad frente a desafíos complejos. La exaltación del líder es la contracara de la subordinación burocrática.

Por lo demás, muchas sociedades hartas de dilaciones, a lo largo de décadas han perdido la paciencia, no pretenden mayor argumentación, sino más bien saber que alguien lucha contra esa coraza indescifrable de intereses.

La construcción de poder, se sostiene en la medida que el relato simplificado e inquisidor se muestra como verosímil. Los prejuicios históricos y las emociones negativas de las personas o colectivos fundamentan esa construcción.

Por último, es también una cultura, que da por supuesto que el poder político es responsable absoluto de la felicidad de las personas, que establece (más o menos intensamente) una especie de “moral oficial”, y que no reconoce plena legitimidad a los gobiernos alternativos a su ideología.

No es posible salir del laberinto populista, planteando respuestas simplificadoras, buscando lideres salvíficos, o recurriendo a otra perspectiva moral.

Escribí “deconstruir el populismo” (libro publicado por Sudamericana), en la lógica de que la solución, es abrir un tiempo histórico diferente sentado en otras bases, más sólidas, y que por lo tanto pueda ir resolviendo la herencia de dos décadas populistas, pero también de dos siglos de desencuentro nacional.

Argentina puede estar a las puertas de una gran transformación. Se abren algunas décadas de oportunidad para economías con enorme arraigo en el país y otras sobre las que tenemos un potencial inmenso.

Esa transformación puede sacarnos de la inestabilidad macroeconómica, darnos herramientas eficaces para luchar contra la pobreza, permitirnos transformar nuestro estado de modo inteligente, y reconfigurar nuestro territorio en beneficio del equilibrio, pero también del ambiente y de la calidad de vida.

Hacerlo es una tarea compleja, colectiva y persistente. No se trata de un anuncio, de la creatividad de un genio o de un momento circunstancial de buenos precios.

Identificar oportunidades, construir un camino crítico y sobre todo hacerlo con la mirada puesta en la deuda que tenemos con el futuro, es la tarea de esta generación.

Argentina, respetando su ADN, volverá a ser el sueño de los emprendedores y perseguidos del mundo, por calidad de convivencia, por oportunidades, por visión y por nuestro apego a la paz. NO será un regalo del cielo, deberemos trabajar duro, pero tenemos todo para hacerlo.

Publicado en Clarín el 30 de noviembre de 2022.

Link https://www.clarin.com/opinion/deconstruir-populismo_0_VW9RoyFjfH.html

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