La experiencia se repite año a año; llega el calor, el aire acondicionado suma su demanda a la habitual de los días normales y además requiere un mayor aporte de energía reactiva. El sistema opera entonces en su máxima exigencia.
El fenómeno es bien conocido por las empresas. Sus ejecutivos saben que en ese periodo de máxima demanda los sistemas se ponen a prueba; la clientela no tolera los cortes porque la vida se hace insoportable; los gobiernos saben que las fallas serán rápidamente detectadas por la población, y por los medios de difusión.
Por eso los mantenimientos preventivos deben programarse fuera de esos períodos críticos; y, por lógica, las compras de los combustibles deben hacerse con antelación al momento de ser utilizadas; etc. El sistema debe estar preparado para su máxima exigencia.
La Generación: un sistema con fallas estructurales y vulnerable. La realidad se describe a través de varios episodios que se produjeron en los últimos 90 días. No me referiré a hechos “extraordinarios”, sino a hechos que forman parte de nuestra cotidianeidad.
El sistema está integrado por un conjunto de centrales generadoras ubicadas en todo el país; las mismas están conectadas a una extensa Red de Transmisión de extra alta tensión que abarca a todas las provincias argentinas. Las centrales generadoras totalizan una potencia conjunta de 42.947 MW1 integrada por diversos tipos de centrales (termoeléctricas; hidráulicas; eólicas, solares y nucleares). Para describir el funcionamiento real actual del sistema nos enfocaremos en los últimos 90 días.
En base a la información oficial de Cammesa –el operador de Mercado Eléctrico Mayorista – elegiremos tres días: el 6 de diciembre de 2022; el 15 de enero de 2023; y el 12 de febrero de 2023. Las fechas corresponden a los días de máxima demanda para un día hábil, para un sábado, y para un domingo respectivamente dentro del periodo de 90 días analizado. En esos tres días las temperaturas medias estuvieron comprendidas entre 29° C y 33,3 °C; y la potencia máxima demandada estuvo en un intervalo entre 24953MW 28283 MW.
Resulta más que obvio que un sistema como el argentino que cuenta con un parque generador de 42.947 MW está, teóricamente, en condiciones de abastecer con creces las demandas de energía de todo el sistema con reservas suficientes. Nótese que en ninguno de los días con record de demanda, la misma se acercó a dicho valor máximo estando por muy por debajo del mismo.
La realidad nos indica que no fue así; que se cortó la luz tanto por razones imputables a la falta de generación como por fallas en las redes de distribución. Fue necesario recurrir al racionamiento de 180.000 clientes del AMBA por varias horas ocurrió el viernes 10 de febrero. Y en los relativo a los cortes en distribución – con muchos vecinos afectados- hubo varios y además fue necesario movilizar a la Policía de la Ciudad para garantizar la circulación vehicular en la red de autopistas.
Es importante tener presente que para abastecer la demanda de electricidad en los tres días analizados Argentina ve vio obligada a importar energía eléctrica de Brasil sin lo cual los cortes hubieran sido mucho mayores porque el sistema hubiera operado sin reservas lo cual implica un riesgo enorme.
Los partes diarios no mienten. Los partes diarios de Cammesa indican grandes anormalidades; y demuestran que una gran parte del parque generador no estaba operativo en esos momentos críticos.
El domingo 12 de febrero la demanda máxima alcanzó los 24953 MW; pero la generación del parque generador apenas aportó 23568 MW. Para abastecer la demanda fue necesaria la importación de 1276 MW de Brasil más 99 MW de Chile y de Paraguay.
Lo más llamativo, y que nos debería llevar a una reflexión política y técnica profunda, es que un país como la Argentina que posee un parque generador de casi 43.000 MW no haya podido hacer frente a una demanda de 24953 MW que representa sólo el 58 % del total instalado como ocurrió el domingo 12 de febrero.
La causa se esconde en la ineficiencia de la gestión del parque generador y en las extraordinarias fallas de la economía energética implementada por el actual gobierno en flagrante violación de la legislación vigente; basado en un sistema tarifario y de subsidios insostenible e irracional tanto para las empresas como para la economía nacional.
El parte de Cammesa – que es público- describe la falla con claridad: 8121 MW termoeléctricos estaban indisponibles por razones inverosímiles como “falta de combustibles”; por estar en “mantenimiento programado”; o por “problemas técnicos”. Estaban fuera de servicio además la CN Atucha 2 y un conjunto de centrales hidroeléctricas. La indisponibilidad total era en ese momento de 9724 MW; o sea casi un cuarto del parque total de generadores indisponible.
Conclusión. Se necesita un cambio político profundo. La economía energética es insostenible y tiene que ser replanteada. Se requiere una reforma profunda de Cammesa; institución en la cual los roles privados y públicos están confundidos. El directorio privado –que es mayoría- tiene responsabilidad por las decisiones que adopta por seguir las indicaciones del gobierno al margen de la normativa.
La intervención de los Entes Reguladores debería cesar de inmediato, porque con Entes intervenidos “sine die” no habrá nunca solución justa, ni solución técnica.
Publicado en Clarín el 21 de febrero de 2023.
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